Capítulo treinta y uno

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EMMA

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EMMA

La música retumbaba en mis oídos con fuerza y comenzaba a sentir calor mientras caminaba entre los cuerpos en movimiento. No podía comprender de dónde había salido tanta gente, sobre todo porque el pueblo lució bastante vacío durante toda la mañana y siesta; sin embargo, el lugar estaba a punto de explotar y se podía ver a las parejas subir hacia el primer piso en busca de privacidad.

Había perdido a Tyler luego de un rato. Al principio habíamos estado juntos mientras jugábamos al beer pong compitiendo contra Prim y su novia. Él se había bebido toda la cerveza que me correspondía tomar porque sabía que no me gustaba el alcohol y sorprendentemente no se había embriagado. Era obvio que esa no era su primera fiesta ni su primera borrachera, de lo contrario, habría vomitado con el vaso número doce.

Había perdido de vista también a Prim, aunque sospechaba que ella se encontraba en su habitación con Vanessa.

Llegué a la cocina con dificultad y me acerqué a la heladera para hacerme de una botella de agua. El chico inglés cuyo nombre había olvidado seguía sirviendo tragos sin mediar palabra con nadie más que con Lara, la australiana, y me sorprendió que rechazara a todas las chicas que iban por él. Incluso a los chicos que querían llamar su atención. Mientras bebía de mi agua, giró hacia mí como si hubiese sentido el peso de mi mirada y me dedicó una pequeña sonrisa mientras sus ojos verdes me escaneaban el rostro.

Era apuesto, como condenadamente atractivo y algo me decía que él estaba al tanto de eso. Despeinó su abundante cabellera rubia que le caía con despreocupación, tapando su frente hasta llegar a sus ojos, y caminó hacia mí.

—¿Aburrida? —preguntó con su fuerte acento inglés.

—Abrumada —confesé—. Hay muchas personas.

—Y todas parecen querer aparearse.

Reí por lo bajo y asentí. Exactamente así era como todos lucían.

—Soy Jaden —se presentó, estirando una mano hacia mí.

—Emma —contesté estrechándola

Uno y medioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora