Capítulo treinta y dos

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TYLER

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TYLER

La cabeza me dolía desde antes de despertar, sentía un martilleo constante en la nunca y un poco de malestar en el estómago. No debería haber bebido toda esa cerveza al jugar al beer pong y mucho menos whiskey después. Me arrepentía en demasía de mis decisiones.

Y pensando en malas decisiones fue como recordé la situación que había tenido lugar en la fiesta, en la tumbona frente a la piscina. Había besado a Emma. No había sido un beso a causa de un juego o malentendido y tampoco uno para distraer a un viejo compañero de instituto, había sido un beso por completo consentido y que había buscado.

Tan solo había pasado una noche a solas con ella lejos de la residencia y ya había metido la pata. Joder, había querido besarla porque lucía angelicalmente bella en ese momento y porque sus labios me atraían como una droga atraía a un adicto. Ella había aceptado y había sido un buen beso. Pero no debería haberlo hecho porque después de eso todo se había tornado incómodo.

Demonios, al menos había tenido la decencia de rechazar a Kendall cuando me insinuó que nos revolcáramos y había corrido lejos de ella con la excusa de que necesitaba un taxi. No podría siquiera imaginarme el lío que se hubiese armado de haber besado a esa chica y luego a Emma. Tenía que darme puntos a mí mismo por eso.

Apreté mis ojos sintiendo el dolor en aumento, no me servía pensar mucho cuando tenía una resaca digna de los dioses. Necesitaba un consejo porque no podía bajar a desayunar fingiendo que nada había sucedido. Mi compañera de habitación no besaba a muchachos porque sí y tenía un poco de miedo, que ella se enamorara de mí no estaba dentro de mis planes. Sonaba ególatra ese pensamiento, la realidad era que yo sabía que no era bueno para una relación y ella merecía a alguien que no dudara en elegirla.

Tomé mi teléfono móvil de la mesa de luz, desconectándolo de su cargador y abriendo un ojo busqué en la lista de contactos el nombre que necesitaba.

¿Tyler Murphy está llamándome antes de las doce? —soltó mi amigo Taylor desde el otro lado—. ¿Se ha incendiado Nueva York o qué mierda ha sucedido?

Uno y medioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora