Capítulo doce

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TYLER

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TYLER

Efectivamente había terminado con un ojo morado por causa del jabón; el color alrededor de mi ojo aumentó mi enojo hacia la loca que tenía de compañera. Robert se burlaba de mí diciendo que era una cicatriz de una guerra perdida y en cierta medida tenía razón. Yo había perdido contra Emma porque simplemente había decidido dejar de luchar.

Había huido de Rose Valley por una razón: no quería más drama en mi vida. Pero el drama parecía seguirme a todos lados, quizás no con el rostro de mis padres sino que había mutado a una castaña con rostro de niña buena y ojos sobrenaturales que enloquecía con la luna llena. Estaba pensando seriamente en llamar a la perrera.

—Sabes que ella no ha vuelto al dormitorio, ¿verdad? —comentó Paris, esbozando una mueca mientras me observaba.

—Me importa muy poco lo que haga.

—No lo estoy diciendo por ella, lo digo por ti.

Rodé los ojos porque sabía lo que quería decir. Había estado durmiendo en el suelo de su habitación por una semana y mientras a su hermanastro no parecía molestarle, ella quería arrancarme los ojos con las uñas. No podía culparla, estaba siempre allí y solo volvía a mi dormitorio para buscar algún libro o ropa en horarios que sabía no podía cruzarme con Emma Williams.

—Déjame reformular mi oración. —Se aclaró la garganta y estiró su espalda—. Vete ya mismo de mi habitación, Tyler Murphy. Tú tienes una cama perfectamente funcional en el sexto piso, con baño y un bonito balcón. Quiero que te vayas.

Rob chasqueó la lengua con diversión. Estaba sentado a mi lado en los pies de su cama mientras jugábamos en la consola a un Call Of Duty que él acababa de comprar.

—Tyler es un refugiado, su país está en guerra y necesita de nosotros que somos una nación neutral —intervino mi nuevo amigo.

—Su país no está en guerra —aclaró con un tono de sarcasmo que no se me pasó por alto—, su país está desierto mientras en nuestro país hay más habitantes de lo permitido.

Uno y medioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora