VIII

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- ¡adiós tío Mew! - dijo la pequeña agitando alegremente su manita, despidiéndose de su tío.

Mew lanzó un beso al aire como respuesta, luego esbozó una sonrisa.

- visítanos con frecuencia, Mew, esta también es tu casa. - dijo Bright cortésmente.

- ¡por supuesto que lo haré! - dice Mew abrazando a Bright.

- nos vamos. - se despide Tulay.

- adiós madre. - dicen al unísono Bright y Gulf.

La familia Suppasit se retira de la casa Vachirawit. Al estar dentro del auto, a Mew le asaltó la duda, no podía guardársela, así que decidió preguntar.

-mamá ¿cuándo adoptaron a Azul? - indaga Mew.

- ¿Estás loco? ¿fumar tanto te ha dañado el cerebro? - dice la madre de Mew sorprendida por la pregunta, al mismo tiempo expresando su disgusto de que él fume. Soltando un suspiro después de la carcajada, continua. - Bright se casó con el mejor hombre: educado, apuesto, humilde y lo maravilloso, doncel. - expresa con una sonrisa en el rostro y con ojos luminosos.

- ¡¿DONCEL?! - grita Mew, asustando a su madre.

- ¡sí! - confirma la madre de Mew, dándole un ligero golpe en la cabeza por haberle provocado un susto - aunque haya nacido antes de tiempo, es una niña muy sana e inteligente - agrega Tulay. A todo esto, solo se escucha la risa del padre de Mew, quien iba manejado.

"¿por qué nunca me lo dijo?" Mew queda en silencio, nunca se enteró de que Gulf fuese un doncel. Aunque honestamente, nunca hablaron sobre muchas cosas.

- ¿Bright no te lo dijo? - pregunta el padre de Mew, San.

- no lo sé. - expresa Mew. San frunce el ceño ante la respuesta.

En ese instante, Mew recordó cuando dejó colgado a Bright al teléfono. Bright empezó a hablar sobre su pareja, a Mew le pareció aburrida la plática, por lo tanto decidió salir a fumar al balcón mientras Bright hablaba al teléfono, esta acción la hizo en repetidas ocasiones, así que Mew dedujo que en una de esas tantas llamadas, Bright le había contado.

- nunca le presté atención. - dice Mew en un susurro inaudible.

Después de un largo viaje de regreso a su apartamento, Mew se baja del auto de sus padres, se despide de ellos y se dirige a su piso.

Al abrir la puerta, notó que las luces estaban apagadas, señal de que Kaownah aun no regresaba de la fiesta en la que Mew no pudo ir. Mew se saca los zapatos y se dirige hacia su habitación que era el único lugar en todo el apartamento que sí estaba ordenado.

Se lanza a su cama, con los brazos extendidos sobre ella, los pensamientos no dejan su cabeza. "es un doncel, es su hija biológica, está casado, ¿de que más me he perdido?". Sacude su cabeza sacándose todo tipo de pensamiento, decide darse una ducha.

Después de una ducha caliente, se puso ropa para dormir y se dirigió a su cama. Los recuerdos no lo dejaban dormir, pasó horas dando vueltas y vueltas sobre la cama, que cuando pudo conciliar el sueño, lo despertó un fuerte ruido, proveniente de la sala.

- ¡Kaow! - dijo entre dientes y jalando mechones de su cabello.

Dio vuelta sobre la cama, quedando boca abajo, se puso la almohada sobre la cabeza, pero fue en vano, porque se seguía escuchando los ruidos.

No aguantando más el escándalo, decidió ir hacia la sala. Prendió las luces, ¡menuda sorpresa!, Kaownah se encontraba acompañado y ebrio, normalmente no se pasaba de copas, siempre regresaba a casa acompañado, pero en sus cabales. Esta noche fue la excepción.

Al ser sorprendidos, la chica que acompañaba a Kaownah, tomó una prenda de vestir y se cubrió con ella.

- solo vengo por agua, no seas ruidoso. - dice Mew dirigiéndose hacia la pequeña cocina. Pero lo detiene un "ignóralo" de parte de Kaownah.

- Kaow, te compro un apartamento para ti solo. - dice Mew sin voltear a ver a Kaownah.

Al escuchar eso, Kaowna deja a un lado a la chica y se pone de pie ante Mew.

- si tú no estás en ese apartamento, no lo quiero... - dijo Kaownah, sorprendiendo a los presentes. - porque si estoy solo no puedo joderte la vida. - continua con una sonrisa.

- Kaow necesitamos espacio personal, un espacio privado. - volteó a ver a Kaownah.

Kaownah quedó en silencio, tratando de pensar muy bien sus siguientes palabras, pero esta ebrio.

- eso no decías cuando me rogaste que viviera contigo. - dice Kaownah con un puchero, cruzando los brazos.

- el trato fue de un año, ¿cuántos años han pasado? - dice Mew.

Cuando vivieron en España, al principio vivían en apartamentos separados, pero Mew se sentía demasiado solo en esa habitación, así que le pidió a Kaownah que vivieran juntos en uno solo, ¡grave error! porque cuando Mew quiso vivir solo ya no se lo pudo quitar de encima.

- Mew, ya no me necesitas ¿verdad? - dice Kaownah con un nudo en la garganta. - por eso me echas. - susurra.

La chica estaba atónita ante la escena, quién iba a pensar que el apuesto y varonil Kaownah llorara porque lo echen del apartamento.

- deja de ser idiota y duerme. - expresa Mew, revolviendo su cabello con la mano.

La chica recoge lentamente sus cosas, intentando no interrumpir a ambos hombres, pero es inútil porque Kaownah se da cuenta.

- no te vayas. - dice Kaownah al ver a la chica dirigirse a la puerta, pero ella lo ignora y se retira de aquel apartamento.

- hijo de puta, la espantaste. - dice Kaownah agarrando a Mew del cuello de su camisa.

- no seas problemático, duerme. Tenemos que hablar mañana. - dice Mew mientras dirige a Kaownah a su cama, lo acurruca y lo deja dormir.

A la mañana siguiente, después de haber dormido unas cuantas horas, Mew y Kaownah se encontraban en la cocina tomando su desayuno.

- me duele la cabeza, ¿por qué me cuentas eso? ¿conozco a Bright? - dice Kaownah después de escuchar la inédita historia de Gulf.

- ¡claro que lo conoces! es el ahijado de mis padres. - aclaró Mew, tomando un bocado más de su desayuno.

- ¿es aquel que dijo que se había casado por negocios? - preguntó Kaownah sin interés alguno.

- ¿por negocios? -

NO TODO ES FÁCILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora