XIV

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- creí que era lo correcto. - susurra Mew, viendo a Gulf desaparecer entre la gente.

Mew toma el aire que sus pulmones le permiten y por más que respiraba, sentía ahogarse, que el aire le hacía falta.

- ¿a dónde vas? - la voz de Bright detiene el paso de Mew.

- iré a fumar. - responde Mew.

- sabes que eso te hará daño ¿verdad? - Bright se acerca a Mew.

- me hace más daño no hacerlo. -

- ven acá, lo mejor está por empezar. - dice Bright tomando a Mew por el hombro. - después iremos juntos a fumar si quieres, pero no te pierdas del espectáculo. - Bright rodea el hombro de Mew con su brazo.

- iremos a hacer méritos mañana, ¿quieres acompañarnos? - dice Bright con una sonrisa. Mew solo asiente perezosamente.

- cariño. - dice al ver que su esposo se encontraba detrás de ellos.

Gulf decide acercarse. Quería disfrutar de la presentación de la prenda, pero el dolor de cabeza le jugó en contra.

El evento fue todo un éxito, ya que el resultado fue mucho más de lo que habían pensado. Brindaron por la noche exitosa que habían pasado. Se despidieron y se marcharon, con rumbo a su hogar, ya que Mew se había ido a su apartamento por separado.

- estoy exhausto. - dice Gulf al entrar al auto de Bright. Bright encendió el motor y echó andar el auto.

- fue una gran noche, estoy orgulloso de ti. - dijo Bright acariciando el cabello de Gulf con una mano. Gulf sonrió ante el gesto de Bright, aunque por dentro tenía una gran confusión, un secreto pidiendo a gritos ser revelado, pero Gulf dudaba por el miedo a la consecuencia que traería consigo... una rivalidad entre hermanos. De tanto pensar, Gulf quedó dormido en el asiento del copiloto.

- ¿qué haces? - pregunta al ver a Brigth desabrochar el cinturón de seguridad y tomarlo entre sus brazos.

- vuelve a dormir. - indica Bright caminando hacia la puerta con Gulf en brazos.

- no es necesario. - dice Gulf, tratando de que Bright lo baje, pero Bright le da un beso en la frente antes de decir 'calla'.

Gulf obedeció, abrazó el cuello de su esposo, cerró los ojos y se acurrucó en su pecho.

Bright subió las escaleras con Gulf en brazos, ¡sí que pesaba!, pero a Bright no le importó porque su esposo estaba cansado, había hecho un buen trabajo, por lo que merecía descansar. Bright soltó aire al dejar a Gulf sobre la cama, provocando que Gulf sonría.

Gulf tira del cuello de Bright, eliminando la distancia que existía entre ellos, haciendo que sus labios se unan en un beso, un beso tímido, disfrutando del roce entre los cálidos labios; la suavidad de los labios de Gulf hizo que Bright deseara más, haciendo del beso cada vez más apasionado, hasta el punto de poder llegar a ser obsceno, haciendo que ambas lenguas juguetearan entre sí.

- espera. - dice Gulf al sentir la mano de Bright introducirse bajo su camisa. Bright se sorprendió por la acción de su esposo y aún más cuando vio que Gulf se levantaba de la cama para salir de la habitación.

Gulf salió de la habitación para dirigirse a la de Azul, la vio dormida abrazando a su dragón. En esa cama dormía su ángel, su vida, su tesoro más preciado, su gran secreto. Gulf se acercó, acarició las esponjosas mejillas de Azul, seguido, dejó un beso. Volteó al sentir la mano de Bright sobre su hombro, quien lo había seguido hasta la habitación. Bright lo abrazó, abrazo que hizo sentir culpable a Gulf, porque hace un instante, mientras besaba a Bright solo podía pensar en unos labios y en caricias ajenas.

*

Temprano por la mañana, Bright y Gulf se dispusieron a salir de su hogar para ir al templo.

- querido, estas tomando el camino equivocado. - dijo Gulf al ver que su esposo tomó otro camino.

- recogeré a Mew... se me ha pasado decírtelo, lo siento. - indica Bright, conduciendo hacia la dirección que Mew le había dado.

Gulf asiente, si Bright estaba con él, no le incomodaba tener a Mew al lado. Bright le brindaba una sensación de seguridad a Gulf para evitar hablar del pasado con Mew.

Bright estaciona el auto frente a un edificio, toma su teléfono y llama a Mew. De su voz solo se escucha un 'estamos aquí' antes de colgar y esperar a que Mew hiciera acto de presencia.

- se está tardando. - susurró Gulf, un poco desesperado por esperar a Mew.

- siempre ha sido así. - dijo Bright. Y vaya que Gulf conocía de la impuntualidad de Mew.

- ahí viene. - señaló Bright, minutos después.

- ¿y Azul? - pregunta Mew al entrar al auto y no ver a la pequeña niña en ningún lado.

- es temprano para que ella esté despierta. - indica Gulf, ya que Azul estaba todavía disfrutando de sus sueños cuando sus padres salieron de casa.

- además, Nancy es de confianza, ella cuida bien de Azul. - agrega Bright, mencionando a la nana de Azul; su nombre era Nancy, pero como Azul no podía pronunciar bien el nombre de ella, terminó llamándole Nany.

Bright condujo hasta llegar al templo, al llegar, bajaron de auto y tomando las ofrendas que llevaban, comenzaron a subir las gradas, que conducían a la puerta del templo.

A pesar de ser temprano, en el templo había muchas más personas, algunos de ellos bailaban, otros oraban, otros haciendo reverencia. Ellos se acercaron al monje e hicieron reverencia, rindiendo sus respetos. Pasado un momento, el monje recitó una oración y los bendijo.

- Tu corazón es noble, veo en ti bondad inconmensurable, deja que permanezca así, no permitas que el odio habite en ti y te arrebate todo por lo que has trabajado. - se dirigió el monje a Bright.

- el miedo es normal, pero no dejes que te domine... si nunca abres el cofre, no sabrás lo que hay dentro. - después de una breve pausa, se dirigió a Gulf mientras negaba con la cabeza.

El monje suspiró, luego miró a Mew - no seas como la liebre, mejor sé como la tortuga... sé paciente, pero constante, porque sabes que corriendo no llegarás antes... aunque a veces es mejor dejar ir. - terminó el monje y sin más qué decir el monje cerró los ojos.

Hicieron reverencia una vez más para despedirse, se pusieron de pie y cuando dieron la espalda al monje y estaban dispuestos a retirarse, la voz del éste los detuvo.

- no sean testarudos. - dijo con serenidad en su voz.

Los tres voltearon a ver al monje, esperando por más, pero el monje cerró lentamente los ojos y permaneció en silencio, volviendo a meditar.



NO TODO ES FÁCILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora