XXVII

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- voy yo. - indicó Gulf a su empleada al escuchar el timbre sonar. Gulf caminó hasta la puerta y la abrió.

- ¿el señor Kanawut? - dijo el joven repartidor.

- sí, soy yo. - en cuanto Gulf afirmó ser la persona que buscaban, el joven se hizo a un lado y dejó ver a otro cargando un enorme ramo de bellos girasoles. Gulf recibió el ramo en sus manos y quedó sorprendido por el hermoso presente.

- debe haber un error. - dijo Gulf cuando el joven le pidió la firma de recibido. - ¿quien las envía? - preguntó Gulf antes de firmar.

- trae una nota, ahí debe decir. - dijo el joven apuntando a la notita que estaba insertada en medio del ramo. - feliz día. - se despidieron los repartidores.

Gulf cerró la puerta y se dirigió al primer mueble que encontró para poder colocar aquel enorme y pesado ramo. Gulf buscó la nota y la abrió.

'Perdón' era la única palabra escrita en aquella nota, no había más, ni una firma, iniciales, nada.

Gulf comprendió, sonrió al ver el ramo y enseguida buscó un florero para tan bellas flores, no las dejaría marchitar.

horas más tarde...

- papi. - al anochecer, la puerta se abrió y Azul corrió al ver a su padre entrar.

- princesa. - dijo Bright besando y tomando a la pequeña entre sus brazos. - ¿y papi? - preguntó Bright, ciertamente sentía inquietud.

- querido. - dijo Gulf sonriente, se acercó y le dio un ligero beso, beso que sorprendió a Bright, pero se sorprendió aún más al ver los girasoles.

- son lindas, pero no era necesario mandarme flores, tengo un jardín. - sonrió y dijo Gulf al notar que la mirada de Bright estaba fija en las flores.

Bright bajó a la pequeña, quien inmediatamente salió corriendo - ¿quién se atrevió a mandarle flores a una persona casada? - dijo Bright con el ceño fruncido, tomando a Gulf de la cintura.

- ¿no fuiste tu? - pregunta Gulf con confusión.

Bright negó con la cabeza y lentamente se acercó a los labios de Gulf para besarlos.

- perdón, no debí... - las palabras de Bright fueron interrumpidas por los labios de Gulf.

- también dije cosas desagradables. - indicó Gulf al separar sus labios con los de Bright.

- pero nada se compara. - dijo Bright acariciando la mejilla de Gulf, en donde alguna vez su mano cayó con fuerza. - ¿me perdonas? - susurró Bright.

- si estuviera enfadado ¿crees que haría esto? - dijo Gulf antes de besar a su esposo, un roce de labios sin lujuria alguna.

Al separarse de beso, ambos juntaron su frente, viéndose fijamente a los ojos. - siempre estaré para ti. - dijo Bright rozando la punta de la nariz de Gulf con la suya, ambos sonrieron.

- deshazte de las flores. - dijo Bright viéndolas.

- me gustan, ¿qué culpa tienen de la confusión? - indicó Gulf.

- como quieras. - dijo Bright dando una vuelta, mientras cargaba a Gulf de la cintura, al bajar a Gulf, lo besó una vez más.

*

- el pequeño tiene la mano de piedra. - dijo Kaownah tirándole la bolsita de hielo a Mew. - ¿qué le hiciste para enfadarlo? - preguntó, pero vio a Mew sumergido en su propio mundo, ignorando las palabras de su amigo. - te estoy hablando. - dijo Kaownah chasqueando los dedos frente a Mew.

- ¿crees que le gustarán? - preguntó Mew.

- ¿de qué rayos hablas? - dijo Kaownah sentándose al lado de Mew.

- los girasoles. - indicó Mew. - que le mandé a Gulf. - aclaró al ver el ceño fruncido de su amigo, en señal que no tenía la más remota idea de lo que hablaba.

- qué hiciste ¿qué? - dijo Kaownah golpeándose suavemente la frente con la mano.

- ahora lo sé todo, de una u otra manera debo pedir perdón. - habló Mew mientras ponía el hielo en sus moretones.

- no le busques tres pies al gato. - dijo Kaownah con cerrando los ojos, intentando controlar su temperamento. - piensa por un instante, es el esposo de Bright, tu hermano. - Kaownah trató de ser razonable.

- es un matrimonio por negocios, en el cual no hay amor; hay un interés de por medio y averiguaré qué es. - insiste Mew.

- ¡entiende que tienen una hija! - Kaownah alzó la voz, intentando sacar a Mew de su locura. Aunque Kaownah tenía sospechas sobre la paternidad de Azul, pero tampoco ilusionaría a su amigo hasta estar seguro.

- ¿te has enamorado alguna vez? - preguntó Mew fijando su mirada en Kaownah.

- no he nacido para amar, no encuentro lógica en encapricharse y atarse a una sola persona cuando puedes tener a varias. - dijo Kaownah sin interés. Kaownah consideraba al amor irrelevante, había visto a su amigo sufrir y llorar por amor, cosa que no quería hacer; así que si él podía tener sexo cuando quisiese, el amor salía sobrando.

- si no has recorrido el camino del amor, no sabes los sacrificios y locuras que conlleva... y más aún si fuiste un estúpido. - explicó Mew.

Kaownah quedó en silencio, afortunadamente no conocía de ese sentimiento tan maquiavélico llamado amor, por lo que no estaba cegado y podía razonar con claridad. Viendo que su amigo era reacio a razonar, solo esperaría ver a Mew llorar cuando le rompan el corazón. Kaownah no puedo evitar pensar 'masoquista'.

- en la antigüedad, los Romeos así conquistaban a sus Julietas, le gustarán. - habló Kaownah, retomando la primera pregunta de Mew. - juntamente con poesía, aunque con ese cerebrito tuyo, dudo que lo hagas bien. - dijo con burla Kaownah.

- ¿estas subestimándome? - preguntó Mew con seriedad.

(con lo idiota que eres...) pensó Kaownah rodando los ojos. - mi abuelita decía que se conquista por el estómago. - alzó una ceja.

- ya no me entrometeré en tu vida, haz lo que quieras, pero respóndeme. - indicó Kaownah y no habló hasta que Mew asintió.

- ¿Gulf está de acuerdo? se trata de dos personas, no solo de ti, no vuelvas a ser egoísta. - Kaownah tomó a Mew del hombro y continuó hablando. - Soy consciente que es un matrimonio por negocios, pero has pensado en el amor de Gulf hacia ti ¿sigue ahí o se ha esfumado con el paso del tiempo?, ¿qué pasa si ya solo es un amor unilateral? - dijo Kaownah, haciendo que Mew pensara en silencio.







NO TODO ES FÁCILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora