𝚂𝚑𝚞𝚝𝚞𝚙, 𝙹𝚘𝚑𝚗𝚗𝚢| 𝙹𝚘𝚑𝚗𝚗𝚢 𝙻𝚊𝚠𝚛𝚎𝚗𝚌𝚎.

CAPITULO 3.

Intentaba regular mi respiración para poder responderle algo, lo que fuera, el me miraba con sus profundos ojos azules mientras limpiaba el sudor de su frente, aparte mi mirada hacia mi brazo que seguía siendo sostenido por este chico.

-¿Que paso haya atrás?- su voz atrajo mi atención hacia el.

-No sé de qué hablas, se cayeron solas- me hacía la tonta mientras miraba como sus compañeros se divisaban a lo lejos.

Resoplo y me miro con una sonrisa sarcástica.

-¿Tengo cara de estupido?-

Lo miré y sonreí- ¿Quieres que responda eso?-

Su rostro se torno rojo y su mano apretó un poco más mi brazo.

-No te hagas la graciosa conmigo- me dijo entre dientes.

-Sueltame- quite mi brazo bruscamente de su agarre.

El solto un pesado suspiro y me miro.

-¿Sabes cuanto cuestan esas motocicletas?- me pregunto, yo lo miraba en silencio.

-No fui yo- volví a mentir, porque realmente no había sido yo, habia sido un accidente pero claramente no diría nada.

El me observo en silencio, me miró de arriba a bajo y se detuvo justamente en mis pechos para después seguir y mirame a los ojos, sonrio.

-¿Sera a caso que todo el show de esta mañana era solo una fachada y lo que querías era llamar mi atención?- metió sus manos a sus bolsillos.

Yo me quedé estupefacta, este tipo estaba loco, debía estar bromeando.

-Debes estar bromeando, ¿poque en tus cinco sentidos crees que yo me fijaría en ti?-pregunte más molesta de lo normal.

-No lo sé, por eso te pregunto yo a ti-

Resople, este chico debía de estar loco, enserio el creía que esto era coquetear.

-¿Que pasa Johhny?- pregunto uno de sus amigos cuando al fin llego a la par con nosotros.

El me sonrió mientras se giraba a ver al recién llegado.

-Le comentaba aquí a...- se giró a mi esperando que dijera mi nombre, yo me quedé en silencio, no le diría mi nombre, el me vio esperando una respuesta. Yo negué con la cabeza y el seguí mirando con un estupida sonrisa en la boca. Gire mi ojos para después responder.

-Alex- le respondí al final.

-Le comentaba aquí a Alex, que esas motocicletas eran costosas- el giro a ver a su amigo.

-Cierto,¿Como las pagarás?- pregunto otro tipo que iba llegando, tenía el cabello rubio y en punta.

-Ya le dije a su amigo aquí presente, que yo no hice nada- me cruce de brazos.

Los tres me miraron con cara de pocos amigos y después se miraron entre ellos. No me estaban creyendo el hecho de que yo no había tirado la motocicletas, pero me rehusaba a retroceder en mi mentira, tenía orgullo y seguiría diciendo que no fui yo hasta los últimos días de mi vida.

-Deja ya de mentir- respondió el rubio-tienes dos opciones- me dijo mientras sacaba sus manos de si pantalón y me mostraba dos dedos de su mano. Yo lo miraba en silencio, al ver que yo no decía nada el continuo.

-Puedes pagarnos las reparaciones de las motocicletas- dijo mientras baja un dedo- o puedes hacer lo que nosotros te digamos, por seis largos meses- bajo el otro dedo.

Yo me quedé callada y en shock, realmente quería hacerme un tipo de esclava.

-¿Y bien preciosa?- pregunto el tipo que había llegado a lo último.

Yo los miré con cara de confusión.

-Mira, para que veas que no somos malos, te daremos hasta mañana- me dijo el rubio mientras sonreía ampliamente- si mañana no tenemos respuesta le pasaremos la factura a tus padre y barato no sera-

Los otros dos soltaron una estupidas risillas.

-Johnny, volveremos a la cafetería, allá se quedaron los chicos, te esperamos allá- comento uno de los idiotas al rubio, este sintió y los otros dos regresaron por donde habían venido, mientras se giraban de vez en cuando para vernos.

El tal Johnny me miraba con una mirada penetrante.

-Espero que mañana tengas una respuesta- hablo después de unos segundos en silencio- y espero que sea favorable- finalizó, me dio un pequeño golpecito en el brazo mientras se giraba y se marchaba por el lugar que se habían ido sus amigos, cuando ya no lo pude divisar, me senté en el suelo y comencé a sacar mi enojo.

-¡Maldito idiotas! ¡Cuando los vea de nuevo les pateo el trasero!- gritaba cosas al aire, mientras las personas que se encontraban cerca me miraban con caras de preocupación, no me importaba, estaba molesta y enojada por ser tan torpe y haber tirado esas estupidas motocicletas, me levanté después de mis veinte segundos de berrinche y emprendi el camino a casa, claramente tuve caminar ya que el autobús me había dejado y no traía dinero para pedir un taxi, este día no podía estar peor.

Más tarde ese día, me encontraba acostada en mi cama viendo el techo de mi habitación, pensando en lo que había dicho aquel tipo antes de irse, ¿qué carajos significaba una respuesta favorable? ¿Quería el dinero? ¿De donde sacaría yo ese dinero?, me había dado por vencida con la historia de que no había sido yo la causante de que las motos se cayeran, ninguno me había creído, un golpe en mi puerta me sacó de mis pensamientos.

-Pase-

Dylan apareció en la puerta de mi habitación, su negro cabello estaba despeinado como siempre y sus ojos color miel me miraban con curiosidad.

-Pense que irías a mi trabajo hoy, por tu dinero- entro a mi habitación y se dejo caer en mi cama.

-Ah si, no tuve tiempo- menti.

-Te perdiste de algo súper entendido, al parecer alguien tiró las motocicletas de unos chicos- comenzó a relatarme, yo me removí incomoda en mi lugar- y al parecer estos chicos son un dolor en el trasero, algunos dicen que la persona que tiró las motos fue una chica, pero yo creo que una chica no pudo haber hecho eso, de todas formas no me gustaría ser esa persona- finalizo para mirarme mientras esperaba una respuesta.

-Si, pobre alma en desgracia- le respondí un poco preocupada por lo que había dicho.

El comenzo a sacar algo de su bolsillo y me lo dio- aquí esta tu dinero, ya no te debo nada- se levantó para después salir de mi habitación.

Me sentía ansiosa después de escuchar lo que dijo mi hermano, me levanté y me calce mis converse, necesitaba salir de ahí, corri fuera de mi cuarto y luego bajé rápidamente las escaleras, salí como rayo de mi casa, comencé a corre hacia el único lugar donde tenía un amigo, cuando al fin estuve frente al complejo de departamentos donde Daniel vivía, cai en cuenta que no sabía cuál era su departamento, entre por una puerta verde y me topé con una alberca medio llena con agua sucia, mire a mi al rededor y me encontraba con el rey de Roma, se encontraba hablando con otro chico.

-¡Daniel!- lo llamé, este se giró y me miro un poco sorprendido- Hice algo estupido, necesito tu ayuda- le dije sinceramente, el me miró aún más confundido. Necesitaba que alguien me ayudara.

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𝐀𝐥𝐨!! 𝐀𝐪𝐮𝐢 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐞𝐥 𝐭𝐞𝐫𝐜𝐞𝐫 𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨, 𝐦𝐞 𝐩𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐮𝐩𝐞𝐫 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐳 𝐪𝐮𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞𝐧 𝐲 𝐝𝐞𝐧 𝐥𝐢𝐤𝐞, 𝐠𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐨, 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫𝐞 𝐬𝐮𝐛𝐢𝐫 𝐦𝐚́𝐬 𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐢𝐝𝐨, 𝐧𝐨𝐬 𝐥𝐞𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐧𝐭𝐨!
𝐂-𝐘𝐞𝐡𝐞𝐭♡