CAPITULO 5.

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Era viernes por la tarde y me encontraba recostada en el sillón de la sala, no tenía nada que hacer y por si fuera poco, ni una sola amiga con quien salir, y lo que me parecía aún más extraño es que no me había topado con Johnny y sus estupidos amigos, había sabido de ellos por medio de Daniel, quien me había dicho que tuvo una pequeña pelea en las pruebas para el equipo de fútbol, tristemente yo no estuve ahí, ni siquiera para decirles hasta de lo que se iban a morir. Pero lo que me parecía más extraño es que Johnny no me haya molestado ni una sola vez con lo de ser su sirvienta, eso me preocupaba un poco sentía como si estuviera tramando algo. Unos golpes en la puerta principal me sacaron de mis pensamientos, me levanté con un poco de pereza y caminé hasta la puerta, abriendo la de un tirón, del otro lado me encontré a un muy sonriente Daniel.

-Hey- lo saludé.

-Hey- me devolvió el saludo un poco nervioso-Oye... eh, vine para saber si no querías ir a cenar conmigo- me dijo mientras me miraba con ojos de preocupación, tal vez por mi respuesta.

Yo sonreí sin mostrar los dientes.

-Claro, solo deja me cambio de ropa,¿Quieres pasar?- pregunte abriendo aún más la puerta.

-Eh... no, no, te espero aqui- me respondió tartamudeando.

Yo asentí cerré la puerta detrás de mi, corrí escalera arriba hacia mi habitación, entre violentamente y comencé a sacar toda mi ropa para encontrar que ponerme, al final me decidí por una falda rosa a cuadros y un suéter blanco, dejé mi cabello suelto y me calce las converse blancas, baje dando saltos las escaleras.

-¡Voy a salir!-grite para que me escuchara mi madre, quien estaba en su oficina.

-¡De acuerdo cariño!cariño- me gritó de vuelta.

Salí de la casa para encontrarme a Daniel recargado en el gran árbol que había frente mi casa, al escuchar cerrarse la puerta ese se giró para verme, me sonrió y se acercó a mi.

-Espero no haber arruinado ningún otro plan- me comento el.

-Mi mayor plan de esta noche era mirar la televisión y comer un paquete de galletas-le respondí poniendo mi ojos en blanco.

El solto una sonora carcajada.

-Espero no te moleste tener que tomar un autobús para poder llegar al centro comercial-

Yo negué con ma cabeza y así emprendimos nuestro viaje hasta la parada del autobús.

-¿No estás preocupada por los idiotas aquellos?- me pregunto Daniel, mientras esperábamos a que llegara el autobús, el cual se acercaba por la calle.

-No, hasta ahorita por gracia de algún dios divino no me han molestado y espero que así siga- aún que yo sabia que eso no era verdad, ellos me molestaran en algún momento.

Nos subimos al autobús y no sentamos hasta el final de este. Daniel me contaba lo mucho que extrañaba su ciudad natal y asus amigos y yo le conté sobre mis pocas amigas y como ni siquiera me habían enviado una carta aún, nos reímos de uno que otro chiste que Daniel soltaba. Estar con el me relajaba y me hacía olvidar cualquier otra cosa, en ese momento el autobús se sentía como si fuera solo de nosotros. Llegamos al centro comercial y bajamos.

-Freddy, me dijo que aquí había una pizzería deliciosa-comento entusiasmado mientras empujaba la puerta del centro comercial. Me guio hasta dicha pizzería y nos sentamos en una de las mesas más alejadas.

-Oye, ¿ y qué con esa chica rubia con la que siempre hablas?-  le pregunté mientras tomaba un pedazo de pizza y lo ponía en mi platos.

El místico el pedazo que tenía en la boca y lo tragó rápidamente.

𝚂𝚑𝚞𝚝𝚞𝚙, 𝙹𝚘𝚑𝚗𝚗𝚢| 𝙹𝚘𝚑𝚗𝚗𝚢 𝙻𝚊𝚠𝚛𝚎𝚗𝚌𝚎.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora