𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐏𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐘 | Michael Jackson

despues de ti

—¿Disculpa?— reí un poco sorprendida y confundida— Eso no puede ser posible, es decir... ni siquiera me ha visto en persona, no me conoce, no sabe de mi.

—Oh, no, no, no— Mila se para de la cama exaltada— El Rey sabe todo sobre todos, y sabe de todo, es sumamente inteligente.

—Que pereza— hice una mueca.

—¡Debes ir a conocerlo ya!

—No quiero.

—¡Es tu oportunidad, Lía!, ¡Serás la envidia máxima de todas!— Mila sacude mis hombros.

—Pareces más emocionada que yo— la alejo de mi— ¿Por qué envidia?, es decir, se que soy guapa pero por eso deberían envidiarme, no por un hombre— la miro mal.

—¡Solo ve!— ella seguía alentándome.

—Mejor dime otras cosas sobre este lugar.

—Primero ve a conocerlo y después te diré— la chica me jala sacándome de la habitación.

—¡No quiero ir a ningún lado, quiero irme a casa!— refuté cuando Mila me daba empujoncitos hacia afuera.

—En algún momento deberás conocerlo, todas lo hacemos, ¡así que ve ya!— y Mila me deja ir.

Fruncí el ceño— Ni siquiera se donde está, o cómo identificarlo— dije obvia girando a verla.

—El Rey es sumamente reconocible, nadie se parece a él— Mila suspira— Su oficina es la que está en el último piso, es la única oficina qué hay ahí y su habitación está a un lado, todo el último piso es de él.

—¿O sea que él vive aquí?— reí— Creí que sería un tipo de esos que vive en una mansión con mil guardaespaldas atrás de él.

—El Campo es como una mansión, Amelia, solo que más grande, ya te dije que te la mostrare completa después, ahora ve, ándale— Mila me alienta entusiasmada, pero yo solo bufo dándome la vuelta.

Ni siquiera tengo ganas de ver o conocer a nadie.
Subí por el elevador intentando no perderme hasta encontrarlo, presioné el botón del quinto y último piso y me dirigí.

En mi corazón tenía miedo y rabia, no solo con mi tía por traerme aquí, si no también con la vida porque jamás ha sido justa conmigo, siempre, desde que era pequeña me han pasado tantas cosas malas, desde el abandono o muerte de mis padres, hasta mi tía abandonándome también.

Nadie me ha amado realmente, y Peter, que creía que lo hacía, tampoco fue cierto.

No tenía amigas reales, no soy de esas chicas con una mejor amiga incondicional, tenía solo una amiga, Priyanka, en mi antigua escuela, pero no era muy cercana, seguía siendo solo yo, viendo por mi y sobreviviendo por mi.
Soy quizás uno más de esos seres humanos a los que el amor simplemente les había dado la espalda.

Pero la vida me ha golpeado más veces de lo que me gustaría, y ahora, estoy aquí encerrada, en un lugar que no se aún que es exactamente, o si es bueno o malo, pero, el hecho de que tengo que casarme...

¿Quién carajos se casa a los 16 años?

Esto era una locura.

Una lágrima repentina bajó de mis ojos y la limpié con fuerza, las puertas del elevador se abrieron y salí de ahí.
Mi mente sabía que debería escapar como siempre lo he hecho.

Creo que es mi mejor opción.

Me encaminé hacia la izquierda por todo este pasillo intentado concentrarme en lo que Mila me mandó a hacer.