Amelia no pensaba casarse tan pronto, ahora debía decidir entre 3 hombres y en solo 6 meses cuando su tía la lleva a un lugar extraño para calmar su rebeldía.
"¿Podrías decirme que hacemos aquí?"
"Querida, Lía, uno de ellos es tu futuro esposo. Bien...
—¿Cuál crees que se me vea mejor?, ¿este o este?— le pregunté a Michael colocando sobre mi ropa dos vestidos que tenía en dos ganchos para ropa, ambos me gustaban para armar mi disfraz de hoy pero aún no logro decidirme.
—Linda, lo que quieras ponerte estoy seguro de que se te verá increíble— él se cruza de brazos mientras está recostado en el sofá de mi habitación, le pedí su opinión y quedé sonrojada al oírla, sobre todo la forma en la que me llamaba, hace unos días me comenzó a decir "linda" como un apodo y yo siento que mi corazón se estremece.
—La fiesta es en la noche y sigo sin saber, ayúdame— hice un puchero dejando los vestidos sobre la cama, él sonrió poniéndose de pie y se acercó a mi para abrazarme un poco, yo me acurruqué en su pecho.
—Eres como un bebé gigante, Amelia— dice pasando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
—Soy una niña de 16 años, puedo ser un bebé gigante cuando quiera— reí y después besé su mejilla— Ahora dime que debo ponerme— insistí volviendo a verlo.
—Ya te dije, lo que quieras usar— él repite.
—Bien...— resoplé rendida.
—Tengo que irme, iré a ver que todo esté en orden en el jardín y que la comida y todo eso esté listo, Louis ya debe estarme esperando abajo— Michael comenta separándose de mi— Te veré en la noche— dice acercándose a la puerta como sin nada.
—Hey, ¿no vas a besarme?— fruncí mi ceño bromeando. Una risita se le escapó y tuvo que regresarse, sostuvo mi rostro entre sus manos y sonrió ampliamente.
—Nos vemos en la noche, linda— susurra y besa mis labios rápidamente— Te quiero.
Me quedé viéndolo como boba y todavía más encantada con el solo hecho de su presencia.
—Yo a ti— sonreí también.
(....)
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—Si te sigues moviendo voy a picarte un ojo— Mila me dice mientras ambas reíamos en el baño de su habitación, ella intentaba maquillarme y viceversa, pero nos distraíamos y terminábamos perdiendo tiempo.
—Mejor iré a vestirme— entre risas salí del baño y regresé a la habitación para ponerme el vestido que usaré para mi disfraz, y aunque le pregunté a Michael su opinión y terminó diciéndome que escogiera lo que sea pues así hice. Como no podíamos salir del Campo, todos teníamos que ingeniarnos un disfraz, y eso hicimos.
Mila y yo seríamos dos conejitas sexys por esta noche. ¿Si era atrevido?, lo sé, y lo amo.
Para disfrazarme, me coloqué un vestido negro pequeño y pegado a mi cuerpo, siempre me gustó como se me veía, lo combiné con tacones del mismo color, amarré en mi cuello un listón con un moño blanco y me coloqué unas lindas orejas de conejo que hice con Mila lo mejor posible.
