todo es para ti, linda

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—Debes pararte e ir a la escuela, Lía— siento como Mila me quita las sábanas de encima— Se que ayer fue el funeral de Michael pero debes salir ya de aquí, en poco tiempo vamos a graduarnos y ahora menos que nunca debes falta a la preparatoria.

Pero yo solo me quedé acostada, viendo a la ventana, viendo a la nada, con la vista pedida.

—No volveré a ir a la preparatoria— dije fríamente— Ni tampoco podré ir a la graduación.

—¿De qué hablas?, levántate, llegaremos tarde— Mila me jala de los brazos haciendo que me siente sobre el borde de la cama— Amelia, reacciona— ella me sacude un poco.

Mis ojos se cristalizaron.

—Sabes, no puedo volver a la escuela, no puedo pagarla— reí con ironía— Michael era el encargado de hacerlo y ahora su cuerpo está hecho cenizas en una caja junto a las escaleras— suspiré evitando llorar— No podré volver a la escuela y menos graduarme porque aún faltan seis meses y no tengo un solo peso ni para pagar el siguiente mes— bajé la cabeza triste.

Mila piensa lo que dije, ella ya estaba vestida con el uniforme, anoche que Harry se fue de aquí supongo que le dijo todo lo que pasó y lo que hice, la habitación seguía hecha un desastre y todo estaba roto, como mi corazón y mi alma.

—Yo podría decirle a Gerardo que te apoye con el pago de la escuela, se que no va a negarse— ella intenta animarme y buscar soluciones.

—Claro que no voy a pedirle dinero a tu novio— fruncí mi ceño— Jamás me ha gustado pedirle cosas a la gente y menos dinero, yo cambié, Mila, ¿recuerdas cuando quería abortar?, me metí a trabajar para hacerlo, y cuando decidí tener al bebé dejé el empleo.

—¿Y por qué no trabaja otra vez?

—La escuela es carísima, me tomaría mucho tiempo juntar dinero suficiente, ya tengo cuatro meses de embarazo y mi estómago ya se nota un poco— dije obvia— Nadie va querer contratar a una adolescente embarazada, y la falda del uniforme de la escuela ya está comenzando a no quedarme, así que no, no volveré a la escuela y ser la burla de todos— me crucé de brazos frustrada.

No he dormido en toda la noche, fue una larga noche más llorando sin parar, mi almohada está empapada de llanto, me siento tan sola estando aquí.

—¿Entonces que harás?, ¿quedarte aquí aplastada todos los días hasta que des a luz?— ella cuestiona.

—No me queda más que hacer— un nudo en mi garganta de formó— Me siento más sola cada vez que pienso en él.

Mila suspiró y asintió, se acercó a besar mi mejilla en forma de despedida.

—Te llamaré después.

Se fue y bajó las escaleras pasando a un lado de la caja con las cenizas.

Este dolor que aprieta mi alma es más fuerte que yo, y parece irreal, todo esto parece irreal, siento que en cualquier momento Michael vendrá y me hará el desayuno o yo se lo haré a él, siento que en cualquier momento vendrá a ver si el bebé y yo estamos bien, siento que en cualquier momento estará parado frente a mi y el hecho de que ahora esté muerto sea solo una fea pesadilla.

Pero nunca volveré a verlo ni a él ni a su sonrisa, solo me quedan sus cenizas y un niño suyo dentro de mi.

¿Debería ser eso algo bueno?

Y tengo que reunirme con Louis el día de hoy, ayer me lo dijo en el funeral, no se para que, pero dijo que era importante, era algo que mi novio tenía para mi.

Me duele su ausencia, y se que está allí afuera, en algún lugar, en algún lugar lejano, y quiero que vuelva. Mi cerebro dice que ya lo supere, pero el no lo entiende, Michael era todo lo que tenía.

𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐏𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐘 | Michael Jackson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora