tu me entiendes

322 42 6
                                    

Ayer después de aquella llamada solo quise desaparecer y no saber nada más de nadie, me metí a dormir esperando a que hoy fuera un mejor día. Estaba sentada frente a mi tocador pensando un poco, saqué mi celular y me tomé una foto, me veía algo cansada pero no tanto, supongo.

Terminé por ir a ducharme y salir a pasear al jardín sola, mis clases se suspendieron hoy porque el internet del Campo está fallando así que quiero distraerme

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Terminé por ir a ducharme y salir a pasear al jardín sola, mis clases se suspendieron hoy porque el internet del Campo está fallando así que quiero distraerme.
Cuando salí del baño me coloqué una blusa básica blanca, unos tenis del mismo color y unos jeans negros, me maquillé un poco y dejé mi cabello suelto para que se secara.

Tenía muchos mensajes de Mila en mi celular, no contesté ninguno así que bajé para ir al jardín.

—No se si me estás evadiendo pero quería decirte hola— una voz me habla por detrás y yo volteo a ver cuando caminaba por el césped verde recién cortado.

—Hey, Liam— intenté no verme muy apagada— ¿Qué haces?, creí que deberías estar trabajando o algo— digo mientras empiezo a caminar junto con él por el césped. Habían algunas chicas practicando deportes en las canchas o en la piscina disfrutando, todo se veía muy limpio y bonito si lo aprecias bien, es de lo poco que me gusta de este lugar, sobre todo que es gigante.

—Escuché que las clases se cancelaron y vine a buscarte para ir a desayunar— Liam me mira mientras caminábamos, yo solo veía al frente o al piso.

—Oh, está bien, tengo hambre— respondí.

No era cierto, no tengo ánimos de nada.

—Excelente, preciosa— el tipo pasa uno de sus brazos por detrás de mis hombros acercándome a él y yendo hasta la cafetería. Su contacto me da escalofríos después de lo qué pasó entre nosotros la otra noche.

Llegamos al comedor y pedimos un poco de fruta y huevos revueltos con jugo, nos sentamos en una mesa junto a una ventana a desayunar.

—Creí que ya no querías verme— Liam dice comiendo de su fruta— Hasta pensé que no te había gustado estar conmigo aquella vez— me guiña un ojo intentado ser seductor.

Y no me gustó.

He tenido muchas cosas que hacer— alcé mis hombros restándole importancia y jugando con mi plato de comida— Últimamente las cosas me han ido raro.

—¿A qué te refieres?

—Pues...

—Señorita, Karev, la espero en mi oficina— fui interrumpida aquella voz masculina me dejó helada, subí la mirada hasta toparme con esos ojos marrones oscuros y brillantes a veces.

Mierda.

—Buen día, Rey— Liam le saluda tranquilamente.

—Señor Massimo— El Rey le da un asentamiento de cabeza correspondiente a su saludo y vuelve a mirarme.

𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐏𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐘 | Michael Jackson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora