Amelia no pensaba casarse tan pronto, ahora debía decidir entre 3 hombres y en solo 6 meses cuando su tía la lleva a un lugar extraño para calmar su rebeldía.
"¿Podrías decirme que hacemos aquí?"
"Querida, Lía, uno de ellos es tu futuro esposo. Bien...
Yo aún no podía asimilar completamente lo que había pasado. Pues ahora son las 7 de la mañana del sábado, y el mismísimo Rey, dueño de todo este Campo estaba a mi lado, junto a mi, en mi cama, sin ropa y cubierto con mis sabanas.
Debo estar alucinando.
Dormía plácidamente, su cabello estaba algo desordenado pero igual seguía viéndose tan guapo y pacifico como siempre, y yo estaba a su lado, con una sábana cubriendo mis pechos y me sentía muy bien y feliz, en cambio él dejaba su sabana hasta debajo de su torso, con la luz del sol su pecho se veía claro, y esas manchas cafés por el vitiligo eran más notorias que ayer en la oscuridad, pero eran lindas.
Solo me recosté más cerca de él y alcé mi mirada para apreciarle todavía más, su perfil era precioso y tan puro que una obra de arte así era irreal.
Llevé lentamente mi mano a su pecho y delineé aquellas manchas cafés, me gustaban, no me asustaban, eso lo hacía más especial. De pronto, Michael comienza a moverse y a despertarse, me alejó un poco para darle espacio, restriega sus ojos para hacer su visión más clara y gira su cabeza a verme, me dedica una sonrisa enorme y verlo es como el amanecer en su boca.
—Buen día— murmura con la voz adormilada y más ronca de lo habitual, juro que de solo escucharlo me ha dado otro orgasmo.
—Buen día— respondo suspirando a la vez— No se si eres real o aún estoy soñando— digo animada.
—¿Y que soñaste?— pregunta curioso acomodando su cabello y acercándose más a mi.
—A ti, haciéndome el amor una y otra vez como ayer— confesé mordiendo mi labio seductoramente.
Michael soltó una carcajada y volvió a restregar los ojos, noté sus mejillas volverse rojas por mi comentario.
—Eres muy intensa, Lía— él toma mi cintura y deposita un beso en mi frente— Aún no puedo creer que esto haya pasado entre tú y yo.
—Puedo ser más intensa, lo de anoche solo fue una pequeña prueba— le guiñé un ojo.
—¿Una prueba?— dice divertido y alzando una ceja— ¿Y pasé?
Solté una risita y junté nuestras narices tiernamente.
—Eres increíble en esto, no me quedaron dudas— susurré y lo besé apasionadamente antes de que pudiera decirme algo.
El día parecía perfecto para quedarnos toda la mañana en la cama, pero yo tengo un par de cosa que hacer con Mila y él cosas de negocios. Así que solo estuvimos un rato más aquí dándonos abrazos y más besos.
Hasta que tuvimos que salir.
(....)
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Te desapareciste ayer de la fiesta— Mila me dice mientras tomamos un café cerca de la piscina.
Mis mejillas se sonrojaron de solo recordar la razón de mi ausencia, así que simplemente alcé mis hombros con inocencia.