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La alarma sonaba de manera insistente y desesperante, el pálido descansaba entre las mantas de su cama. El único lugar donde se sentía cómodo y sentía que podía olvidar cada una de sus presiones.

Las caricias de su mascota se hicieron presentes en su rostro. La cálida lengua de su canino pasando por sus mejillas y animandolo a despertar de una vez por todas.
Su día libre...

Cuando supo que se trataba de su día libre no pudo con la emoción.

- Adivina, adivina, Holly- dijo apartando las sabanas hasta tomar a su mascota en brazos.- Hoy tendremos el día para nosotros, aunque iré por algunas cosas al supermercado...

El canino le respondió con ladridos emocionados y felices que le hicieron reír. Disfrutaba el tiempo junto a su perro. Se levantó y se dio una ducha rápida para quitarse el sueño, lavó sus dientes y fue hasta la cocina para alimentar a su mascota y así mismo.

YoonGi se sirvió su taza de café y un par de tostadas. Su mascota estaba a su lado comiendo, en la cocina solo se encontraba el ruido que hacía Holly al mascar. Organizó un poco su departamento, y luego de jugar un rato con su perro, juego que solo consistió en estar acostados tomandose fotos, decidió salir para comprar algunas cosas que le faltaban.

Casi siempre su asistente enviaba alguien por esas cosas, pero por esta vez, quiso hacer algo por sí mismo. La vida de idol era complicada, tenías dinero y acceso a muchas cosas, pero también debías atenerte a hacer lo que te dijeran, no era tan fácil, YoonGi había tenido que salir con algunas chicas que eran actrices solo para generar mas audiencia. Ninguna de manera real, no tenía tiempo para eso.

- Volveré luego, Holly- le dijo a su mascota como si se tratara de su hijo- Portate bien, y no hagas desastres mientras no estoy...

El canino ladró, pareciera que daba a entender todo lo que su dueño dijo. YoonGi sonrió, se puso su gorra y cubrebocas negros, salió dejando todo asegurado y subió a su auto.
El camino hacia el súpermercado fue tranquilo y en silencio. Solo deseaba volver a escuchar esa risa tan bonita.

Llegó y se parqueó en el primer lugar que encontró libre y cerca de la entrada. Las puertas automaticas se abrieron y entró. Nadie parecía prestarle atención y suspiró de alivio al saber que quizás podría hacer algo tan simple como las compras, una vez en su vida, desde que se volvió un famoso.

Tomó una cesta, después de todo, solo compraría un poco de fruta, quizás alguna fritura o golosinas, y pasta dental, y obviamente su café.

Con paciencia caminaba por los pasillos, encontrando grupos de adolescentes que quizás harían una fiesta, padres de familia y niños curiosos y muy revoltosos. Sonrió con nostalgia. Caminó por los pasillos y aunque su lista no era tan larga, solo algunas cosas las necesitaba realmente, como su pasta dental y su champú.

Entró al pasillo de dulces y bebidas, mirando algo que le llamara la atención y llevarlo, recordando sí tenía jugo en su refrigerador.
Sumergido en sus pensamientos sintió a alguien tomarle de su pantalón deportivo.

- ¿Eh?- su gesto de sorpresa, fue evidente en sus ojos, y el pequeño ser estaba mirandole con una sonrisa.

- ¿Puedes alcanzarme eso?- dijo con voz suave y señalando algo en los estantes. YoonGi miró curioso al menor, aseguraba haber visto la cara del niño en algun lado, podría jurarlo, piel pálida, labios delgados, y unos ojos bastante almendrados, y lo que realmente le sorprendió fue el ceño fruncido que se fomaba en el rostro del menor.- ¿Esta bien señor?

- Ah... si, claro, ¿qué me pediste?- preguntó reaccionando y saliendo de sus pensamientos.

- Eso...- el pequeño infante señaló con su dedo de nuevo, pero el adulto no sabía a cual de todas las bebidas se refería. Por lo tanto, dejó su cesta en el suelo y lo cargó para que el pequeño alcanzara el envase que tanto quería.- Gracias, señor...

Le sonrió mostrando sus encías y haciendo ver sus ojitos infantiles como dos finas líneas. YoonGi aún con su cubrebocas sonrió. Esa sonrisa se le hacía familiar.

De repente miró a una pequeña niña, llegar hasta donde estaban ellos. Y en ese momento se preguntó si los padres de esos infantes eran tan descuidados que ni siquiera sabían que sus hijos estaban hablando con un extraño.

- Kookie- le dijo la pequeña. El pequeño la miró con una sonrisa- Papi te está buscando...- se cruzó de brazos y miró a su hermano mayor con el ceño fruncido.

- Lo siento...- susurró el otro niño- Pero quería esto... papi dijo que podíamos llevarla...- se excusó.

- Lo sé... pero debiste esperar que vinieramos con papi, juntos...- le abrazó, pues el pequeño niño parecía que iba a llorar por ser regañado.- ¿Usted quien es?- dijo la pequeña mirando al mayor que estaba junto a ellos.

- Mi amigo...- respondió el infante que era abrazado por su hermana.

- Yo... solo quería ayudar- dijo sin saber qué la niña le miraba hasta con aburrimiento en sus facciones. Y volvió a sentir aquella sensación de nostalgia, ojos rasgados, piel pálida y labios delgados, y su cabello oscuro como la noche.- Uh... ¿Kookie?, me pidió que le alcanzara su jugo y solo quise evitar que se lastimara...

- Oh...- dijo y miró a su hermano. Su hermano estaba bien y el adulto parecía buena persona- Gracias por la ayuda, pero debemos regresar con papi...

La pequeña miró a su hemano mayor, aunque no lo parecía, su hermano era igual a su papá, bastante amigable y ella debía cuidarlos hasta que su otro papá regresara.

- Si quieren podría acompañarlos o decirle a un encargado que...- no terminó su oración pues un chico que no pasaba de los veinticinco se acercó corriendo hasta llegar a ellos.

- JungKook, YooJung- su voz se escuchaba agitada y preocupada. Su angustia era palpable para él.

- ¡Papi!- los dos niños se acercaron al adulto, JungKook alzaba entre sus manos el envase de su jugo favorito y YooJung solo corrió para abrazarse a las piernas del mayor.

- ¿Por qué te fuiste? Te dije que esperaras conmigo- el chico rubio comenzó a decir un poco alterado, abrazando a ambos niños. Había dejado sus compras en otro pasillo. Y temió lo peor cuando su niño no estaba junto a él.- Es peligroso que andes solo, pudo haberte pasado algo...- suspiró al ver a su niño con sus ojos llenos de lágrimas.

YoonGi observaba la escena, sintiendose un poco extraño ante la presencia del otro adulto. Se quedó parado sin saber qué hacer. No sabía si presentarse sería adecuado o solo irse.

- Pero papi, el señor fue amable, me alcanzó el juguito- dijo el pequeño niño. El adulto al saberse mencionado volvió a ver al rubio.

JungKook... por alguna razón le sonaba familiar.

- Gracias...- dijo el rubio con una sonrisa, levantandose- Disculpe las molestias que mi hijo pudo haberle causado- mencionó apenado, los niños se abrazaron a sus piernas y le miraron con una sonrisa.

YoonGi solo se encogió de hombros.

- Esta bien, no fue nada...- susurró no sabiendo que mas responder.
Escuchó un suspiro del otro hombre, y sonrió por inercia, aunque su sonrisa era cubierta por su cubrebocas.

- Muchas gracias...- el rubio volvió a agradecer y los niños soltaron una pequeña risa. Algo en YoonGi reaccionó, esa risa...

Se parecía a la melodía que resonaba en su cabeza con frecuencia...

Black SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora