Capítulo 11

2K 303 117
                                    

Kambe cargó a ambos y los dejo sobre la cama que compartían. Cerró la puerta tras de sí y fue directo hacia la ducha que una de las 3 habitaciones ahí tenia. Desvistió y adentró a la ducha para luego encenderla y dejar que gotas escurridizas de agua, recorrieran su cuerpo. Trazando músculos y perdiéndose más allá de ellos. Suspiró, cuando escuchó su teléfono sonar, pero le ignoró. Había matado a otra persona, cerró los ojos tratando de liberar la tensión de sus músculos, pero le fue imposible. Su abuela de seguro ya se habrá enterado, quería mantener a Haru alejado de ella.

Se enjabono y enjuago para envolver su cuerpo en la bata de baño. Cogió una toalla pequeña y comenzó a secar su cabello un poco antes de ponerla sobre sus hombros. Salió en pantuflas hacia la habitación, hacia ya un tiempo que no se quedaba en el apartamento, y de cierta manera para no ser tan obvio, extrañaba hacerlo. Así podría ver a Haru y ver como este atendía a Yuu ¿Será así con nuestros cachorros? Frunció el ceño y dejo salir un gruñido, reprendiéndose así mismo por tal pensamiento. Haru no podía tener hijos, y mucho menos un celo normal. Sin embargo, lo quería así. Removió la pequeña toalla de sus hombros y la tiró al cesto de ropa sucia. Cogió la ropa que había usado hoy y la tiró al cesto de basura para prenderla en fuego. Veía como la flamas consumía su propia ropa y como esta se reflejaba en sus ojos oscuros.

Fue a la barra que se encontraba ubicada en una esquina de la sala de estar y se sirvió una copa de Baileys para entonces sentarse en el sillón. Bebió de a poco, pero imágenes de Haru pidiendo ayuda, llorando y ver a ese hombre tocarlo, lo enojó y terminó por beber lo poco que se había servido de una. Dejó el vaso sobre la mesa del medio y se echó para atrás. Cerró sus ojos y a su nariz llegó un aroma a manzanas y canela que lo hizo enarcar una ceja para lentamente abrir los ojos y ver la cabeza de Yuu detrás del mueble; en un intento fallido por esconderse. Sonrió enternecido, pero sonrisa que borró segundos después.

— ¿Qué haces despierto? -preguntó con su semblante serio como de costumbre y vio al pequeño alfa asomar su cabeza para cruzar miradas con la suya.-

— mamá -murmuró y se acercó con pasos dudosos al alfa mayor.-

Kambe le miró y lo tomó en brazos para ponerlo en su regazo. Comenzó acariciarle el cabello y sintió un pesó sobre su hombro para ver como Yuu se acurrucaba en su pecho.

— galleta -dijo Yuu para mirarlo a los ojos-

— A tu madre no le gustará que comas galletas a esta hora. Ven, prepararemos algo. -Se levantó con Yuu en brazos para dejarlo en la silla frente a la encimera para comenzar a sacar ingredientes y cocinar.- Yo no sé cocinar. -confesó al ver a Yuu mirándole curioso-

Yuu dejo salir un gemido lastimero al escuchar esas palabras. Tenia hambre, pero no quiera levantar a su mamá por lo que había ocurrido. Tenia que descansar más. Kambe frunció el ceño y guardo todo lo que había sacado para coger su teléfono y hacer una llamada a uno de los tantos restaurantes caros, donde consumía. Sin olvidar pedir los postres de Haru, colgó.

— Listo, ahora vamos a bañarte a lo que la comida llega. -lo cogió de nuevo en brazos y lo llevo a la habitación que ocupaba.- Deja que me vista y voy contigo.

Se coloco unos pantalones de algodón de color blanco y una camisa color gris. Dejo la bata de baño colgando y llevó a Yuu hacia el baño, ahí le desvistió y removió su pañal antes de meterlo bajo la ducha. Le lavó hasta el cabello y cuando terminó, le seco con cuidado e incluso ganándose una que otra risilla de parte del pequeño alfa. Le colocó el pañal y para su sorpresa, lo hizo correctamente para ser su primera vez. Por último, ayudó al pequeño a ponerse una bata de cuerpo completo de color blanca y calabazas de color naranja y tallo verde.

A Soul Battle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora