Capítulo 25

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Kambe se estiró un poco en su asiento de ruedas y observó los papeles que se encontraban sobre su mesa. Todo estaba saliendo como lo había planeado, sin embargo, no esperaba el que Haru cayera en una depresión o que los padres del mismo aparecieran otra vez. Se levantó de su asiento y observó a otros rascacielos por el gran ventanal que rodeaban su oficina, ya tenia el control de un 100% de los bienes, dinero, contratos, y proyectos, entre otras cosas, de la gran familia Kambe. Suspiró y presionó el auricular en su oído para preguntarle a HEUSC por la localización de Haru, pero para su sorpresa, este se encontraba en la casa.

Las horas pasaron y con eso el sol fue cayendo, dándole así un avisó de ir a casa con su omega. Saliendo de su propio rascacielos por empresa, se adentró en su porche de color negro y condujo hacia un lugar un poco más lejano a su casa. En el camino se quito su corbata de color vino, y miró de reojo el asiento de atrás, donde se encontraba una bolsa de regalo. Llegar al lugar tomó unas dos horas, y cuando lo hizo, rápidamente se bajo y miró a la casa frente suyo. Sacó el regalo de la parte de atrás, y antes de si quiera acercarse a la entrada, resguardada por tres guardaespaldas, la puerta fue abierta, dejando ver a la Sra. Subana, quien sonrió.

— ¡Papá!

Las veces que no estaba en la casa con Haru, estaba con Yuu.

Daisuke sonrió y vio al pequeño Yuu, salir detrás de la Sra. Subana para correr hacia el. El alfa mayor, se agachó y tomó en brazos al pequeño alfa y besó su mejilla para dejar que el cachorro le devolviera el beso en la misma, pero con más entusiasmo. Kambe le mostró la bolsa de regalo y ayudo a Yuu a que la abriera para sacar unos carritos de la misma. La Sra. Subana les siguió dentro de la casa y vio como padre e hijo se sentaban en el suelo para jugar a las carreras. Al notar que lo miraban, Kambe se giró y vio de forma seria ha Amaya. Se levantó y dejó a Yuu jugando solo para acercarse a la cuidadora.

— Ya no lo tendrás que cuidar más. -le dijo en voz baja, pero serio.- Por fin podré tener a los dos conmigo. -su mirada se perdió por un instante y la Sra. Subana le miró con tristeza.-

— Kambe-sama, espero que todo le salga bien. Luego de tanto luchar, por fin la familia se reunirá. -mencionó con una sonrisa.- El joven Kambe(refiriéndose a Haru), se pondrá muy feliz.

Kambe asintió y se recargó de la pared para ver a Yuu jugar.

— Fue difícil engañar a mi abuela y a Suzue. Son muy perpicaz y llegué a sentir que el plan fallaría, pero esa copia exacta y sintética de Yuu, fue como anillo al dedo. Ellas lo creyeron. -frunció el ceño levemente.- El oficial y el juez, solo me devolvían un favor. -miró el techo.-

— ¿Por qué no se lo comunico a Haru-kun? -preguntó curiosa.-

— No podía. Lo iba a poner en peligro otra vez, si por mi culpa ocurrió esto, ya tenia que ponerle un fin. Además, ya ha sufrido lo suficiente y solo quiero verle feliz.

— Ah, no has cambiado, Daisuke-sama. Sigues protegiendo aquellos que amas, aunque en el transcurso salgas lastimado tu también. -Kambe se sonrojó y miró hacia otro lado.-

Se quedó una hora más compartiendo con Yuu y cuando llegó el momento de decir adiós, el pequeño tiró de sus pantalones de vestir.

— ¿Mami? -preguntó con ojos vidriosos.-

¿Por qué no?

— -Kambe le miró serio por unos segundos antes de tomar su muñeca y caminar con el hacia el auto.- Ya podemos estar juntos, Yuu. -le dijo y sintió como el cachorro le abrazaba las piernas y ronroneaba como un gato.-

Ambos se montaron, con Daisuke asegurándose de que Yuu estuviera abrochado correctamente. Tomándose las mismas dos horas para regresar a casa, le sorprendió el ver una ambulancia frente a su casa y personal dentro de la misma. Dejando salir un poco de sus feromonas, sin percatarse de que comenzaba alterar a Yuu en la parte de atrás. Nada más estacionarse detrás de la ambulancia, bajó del auto y corrió dentro de la casa. Al entrar, vio guardaespaldas mirando el suelo y otros en una esquina haciendo guardia. La servidumbre caminaba de aquí y allá, pero lo que llamó su atención fue a varias sirvientas, en una esquina llorando.

Llamando la atención de todos ahí con su presencia, pero sobre todo con su aroma pesado, los mismos le miraron espantados y con pena. Eso le irritó y dejó salir un rugido de advertencia antes de acercarse a las mujeres que se encontraban llorando en la esquina del recibidor. Ellas se pegaron a la pared por puro instinto, en especial cuando el alfa frente a ellas se encontraba enojado. Una de ellas sorbió por la nariz para mirarle a los ojos.

— L-Lo siento mucho, Kambe-sama. -murmuró ella.-

Daisuke enarcó una ceja confundido y no creyéndosela. Sus colmillos salieron y justo cuando pensaban en arrancarle el cuello a la mujer, las puertas del ascensor se abrieron, dejando salir al personal de la ambulancia. Ellos empujaban una camilla, no necesito saber de quien era el cuerpo que cubría la sábana por completo. Sus colmillos regresaron a su estado original. Comenzó a reír y pasear sus dedos por sus cabellos para tirar de ellos al final.

— ¡No! ¡No! ¡No! -repitió para terminar por ahogarse con el nudo que comenzaba a formarse en su garganta.-

Daisuke se fue detrás de ellos y gruñó al ver a dos guardaespaldas tratar de detenerlo. Vio a uno de los paramédicos cerrar la puerta de atrás del vehículo y como uno de ellos se acercaba a el.

— Disculpe señor Kambe, pero ¿podríamos hacerle algunas preguntas? -preguntó el paramédico, pero Kambe se encontraba mirando la ambulancia.-

¡Abre la puerta! -gritó usando su voz alfa de manera autoritaria.-

Sin esperar respuesta alguna, Daisuke abrió la puerta de atrás de la ambulancia y se encontró con el cuerpo cubierto por la sábana. Con manos temblando y silenciosas lágrimas bajando, Kambe tocó los pies a través de la sábana y sollozó mientras los apretaba en sus manos. Cerró sus ojos con fuerza aspiró el olor de su pareja en el aire, ahora ya no tan fuerte.

— Por favor, no puedes irte. Yuu te necesita, Haru. -murmuró contra sus pies mientras humedecía la sábana.- Yo te necesito...-suplicó.- Perdóname...

— Señor, tenemos que irnos. -interrumpió el paramédico con nerviosismo.-

— ¡No! No me pueden separar de él, no lo permitiré. -frunció el ceño y negó antes de meterse a la ambulancia y sentarse junto al cuerpo.- Él se levantará, solo esta cansado, yo lo sé. -agachó su rostro y lloró mientras llevaba sus manos a su regazo y entrelazaba sus dedos.- No te dejaré. -limpió su rostro y gruñó al paramédico que trato de acercarse al cuerpo.-

La mirada del alfa se ensombreció al cruzarla con aquel hombre paramédico, quien se alejo rápidamente.

— Traje a Yuu, Haru. -sacó la mano fuera de la sábana y la sostuvo con delicadeza.- Podemos ser una familia otra vez, ya no llorarás en las noches. Haré que el día sea mejor que el anterior, y te amaré mucho por eso tienes que levantarte. Viviremos cada día como si fuera el último, nosotros tres. -siguió hablando con la mirada ahora, nublada por las lágrimas, y su voz quebró al final, pero se aclaró la garganta.- Yuu ahora es mi hijo, es un Kambe como tú.

Luego de haber dicho eso, se quedó en silencio al no saber que más decirle de todo lo que siente por él. ¿Sus palabras serán oídas? ¿Llegarán? Lo amaba en demasía. El paramédico con ayuda de uno de los guardaespaldas, lograron sacar a Kambe de la ambulancia y al verla partir, Daisuke negó frenéticamente con intención de seguirla, no te vayas, no nos dejes... suplicó y se detuvo para girar su cuerpo y sus ojos se cruzaron con los de Yuu, quien estaba en el auto; sonriéndole.

— Yuu-rompió en llanto y se arrodilló en el suelo.-

Lo siento.

Nota: Final. Pensé en hacer otro capítulo como final de un después, pero no creo que lo haga. El final como ven es abierto, es up to you guys si Haru esta vivo o no.

Gracias por haberme leído y comentado.

Buenas noches🎉

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