Capítulo 5

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Haru veía como se llevaban a su hijo, unas personas vestidas de azul y blanco, y se perdían tras unas puertas. Su cuerpo tembló y su ceño se frunció levemente al pensar que no vería a su bebé. Se dio media vuelta para encarar a Kambe, quien se encontraba recargado de una pared en la sala de espera. Se acerco a el con cautela y sus temblorosos dedos los llevó a la orilla de su propia camisa para calmar sus nervios.

— ¿Lo volveré a ver? -sus ojos acuosos le decían a Kambe que tenia que responder con precaución- M-Mi hijo, ¿Lo veré? -volvió a preguntar-

— Sí, hay que esperar por el doctor -dijo suavemente-

Ante esto, Haru suspiró de alivio y se sentó en una de las sillas mientras seguía jugando con su camisa ya gastada y rota. El frío que hacía en el hospital lo hizo tiritar y su cuerpo temblar mucho más. El abrigo largo que Kambe le había dado, lo usó para envolver a su hijo y así mantenerlo caliente.

Pasó una hora en la que no supo nada de su hijo, no hasta que vio a unos oficiales acercarse a él directamente.

¿Por qué?

Kambe veía todo en silencio más no intervino por el momento.

— ¿Es usted el padre del pequeño? -habló un hombre de estatura promedio y cabellos dorados- El doctor nos llamó por posible maltrato, usted verá, es algo serio. -le miró serio con esos ojos negros- 

— ¿Qué? ¿Maltrato? ¿Eso qué es? -le miró curioso y el policía solo se molestó-

— Le haremos unas preguntas, sígame -el policía sacó una pluma y una pequeña libreta de notas mientras se detenía en una esquina con Katou-

Kambe al ver suficiente, se acercó y sacó su placa.

— Soy el detective Kambe Daisuke -le miró serio igual- ¿Ocurre algo?

— Detective, nos llamaron del hospital por un posible maltrato infantil -le informó- venimos hacer preguntas y ha tomar custodia del menor si es necesario.

Haru negó al escuchó "tomar" "menor" no pueden llevarse a su hijo. Sacó el dinero de sus bolsillos, que se había ganado estos meses y días por el reciclaje y prostituyéndose. Se lo dio al policía que dijo que iba a tomar a su hijo. Sus manos temblaron, y sus ojos se volvieron más rojos por el llanto e hinchazón.

— T-tome esto y no se lleve a mi hijo. Yo lo cuido muy bien, es mío.  -sorbió por la nariz- por favor -le miró suplicante-

El policía se pasmó y le miró con pena antes de remover las manos de Haru de las suyas; dejando caer el dinero y las monedas al suelo. Kambe gruñó, sin saber a quién en específico, y frunció su ceño al mirar al oficial, quien palideció bajo su intensa y oscura mirada. Haru sollozó mientras se agachaba y recogía el dinero del suelo.

— No hay maltrato aquí, váyase. -espeto más que incómodo sin saber un por qué-

— Vale, pero volveré -le advirtió el policía antes de echar una mirada a Haru e irse-

— Levántate del suelo ahora. -Kambe usó al final su voz alfa para poder dar una orden, más sorprendido estaba que Haru ni se inmutó en absoluto- ¿No escuchas? -le miró con desdén-

Haru le miró confundido y se levantó con sus piernas temblorosas por el frío del hospital. Kambe pasó sus largos dedos por sus cabellos para echarlos hacia atrás y dejar salir un suspiro cansino. Justo cuando salía de trabajar se encontraba con esto.

Vio al doctor salir de la habitación junto con un expediente con muchos papeles. Esté se les acercó y miró a Kambe directamente en vez de a Haru, quien era el padre.

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