El avión había aterrizado sin ningún inconveniente en inglaterra, y ya se encontraban instalados en un hotel cinco estrellas. Desempacaron lo necesario y Daisuke se baño junto a Haru, pese al omega declinar primero, para irse directo a la cama después. Kambe le abrazó por la cintura y hundió su nariz en la marca ya cicatrizada que una vez le dejo sobre las mismas cicatrices que ya tenia.
— Te amo mucho, Haru. -murmuró contra su piel para después dejar un beso.-
— -Haru cerró sus ojos a la vez que sus manos las llevaba a su pecho para estrujarlo.-
— Quizás no lo entiendas ahora, pero lo hago para protegerte. Quiero verte bien y feliz. -le dio un beso en la nuca y suspiró al no recibir respuesta de su omega.-
— Me haces sentir muy triste, Daisuke. -confesó Haru y se acomodó mejor en la cama, pese a que su alfa le tenia agarrado para finalmente dormirse.-
La semana que estuvieron ahí, Haru se mantenía cerca de Daisuke para no perderse. En eventos de moda, exhibiciones en galerías de artes y autos nuevos, ambos posaban para las cámaras y luego de una mini sección de fotos para la portada de alguna revista importante, Haru se mantenía detrás de Haru (como se supone que un omega estuviera), mientras Daisuke hablaba con las demás personas de importancia. Al regresar a su habitación en el hotel, Daisuke se aseguraba de que Haru comiera, como lo ha estado haciendo desde lo sucedido con Yuu para que no enfermara. Luego le ayudaba a bañar, lo secaba y vestía para ayudarle a meterse en la cama.
Haru se dejaba hacer, porque pese a la situación en la que se encontraban, y que Daisuke, su pareja, le seguía hiriendo, encontraba calidez en sus brazos. Lo amaba, aunque nunca se lo dijera de vuelta la mayoría de las veces, pero el peso en su pecho y el dolor en su corazón, pesaban más que el amor que tenia por su alfa. En el fondo no le culpaba, pues solo seguía las reglas establecidas por la sociedad. Sin embargo, le dolía en demasía, el mismo hombre que le salvo y a su hijo de las calles, es el mismo que tiempo después lo volvió a salvar y a su hijo para luego matar y arrebatarle lo único que lo hizo no rendirse en las calles; y seguir adelante.
La semana acabó y sin mirar atrás, volvieron a Japón. Haru veía como Daisuke se arreglaba, de manera no tan formal, pero casual para luego acercar y besar sus labios.
— Volveré en la noche, no me esperes y duerme temprano si estas cansado. No olvides tu collar y teléfono celular. -así sin más se marchó.-
Haru tocó sus labios con sus dedos temblorosos antes de bajarlos lentamente y forzar una sonrisa. Otra vez se iba... Se fue a duchar y cuando salió, vistió un pantalón largo de color negro y una t-shirt de color blanca junto con un flannel de líneas de colores rojo, amarillo y negro. Agarró el collar y lo ajusto en su cuello. Dejó el teléfono celular en la mesita de noche, pero no olvidó agarrar la billetera. Ya el guardaespaldas le estaba esperando frente al auto que lo llevaría al destino que quería. El cual era el centro comercial.
El auto se detuvo frente a la entrada del lugar, y Haru bajo. Al adentrarse a dicho lugar, no le sorprendió el verlo tan conglomerado de personas. Aprovechando el gentío, Haru logró perderse entre la gente hasta entrar a una tienda donde compró una gorra para cubrir su rostro y un jacket de color negro. Fue al probador, removió su flannel y colocó el jacket junto a la gorra del mismo color. Llevó sus manos a su cuello y quitó el collar para dejarlo tirado en el suelo y así salir del probador, tiempo después. Se detuvo en una ATM para sacar dinero y dejar su cartera igualmente tirada así como hizo antes con el collar.
Sabía que no podía esquivar todas las cámaras, pero con un poco de suerte, podía lograr esquivar algunas para poder llegar a su destino sin ser monitoreado por HEUSC a pedido de Daisuke. Con dinero en el bolsillo, y con precaución, se dirigió al lugar donde una vez se prostituía. Una vez llegó ahí, uno de los hombres que lo manejaba, le reconoció y sonrió con una ceja levantada. Haru le miró serio e hizo un movimiento de cabeza hacia el callejón a un lado. El hombre captó y le siguió al callejón, vació y con mal hedor.
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A Soul Battle
FanfictionUn omega de 39 años, Haru Katou y su hijo de dos años. Daisuke Kambe, un alfa de 27 años. ¿Qué les deparará la vida a esto dos seres? ¿Cómo sus caminos se cruzarán? {Soy un asco haciendo pequeñas descripciones, así que solo pasen a leer y espero...