Daisuke Kambe, un joven alfa de 27 años. A esa edad ya era un magnate y joven adinerado como para desperdiciar. Estudió en el extranjero y fue entrenado en diferentes estilos de combate en el Reino Unido. Podía hablar diferentes idiomas: Español, Japonés, Inglés, Chino, Frances, etc. Sus padres murieron en un accidente automovilístico cuando tenia 6 años y fue criado por su abuela a mano dura, junto a su prima. También por su mayordomo, quien era su inteligencia artificial (AI).
Daisuke era un joven de estura baja y tez blanca. Su cabello era de color negro, lacio y ojos de color azul-grisáceo. Siempre a estado solo, pese a la compañía de su abuela, prima y mayordomo entre otras personas del aseo. Su actitud era indiferente hacia otras personas que no conocía bien, algunos le llamaban prepotente, porque era directo al decir las cosas y no tenia tacto alguno. Su meta era ser detective en Japón, y lo logró. No había nada más que le gustara que investigar y cerrar casos. Sabia de ante manos que las personas tenían un precio, y no había excepción alguna.
Y logró su cometido, se había vuelto detective en el Departamento Metropolitano de la Policía en Japón. Reconocía que al principio fue difícil el acoplarse, nunca tuvo amigos y no era que los esperaba cuando ingresara al departamento como detective. Su compañero era Kamei, un beta, gracioso, y de lo más sociable. En cada caso que tenia se iban mil o millones de dólares solo en daños y recompensas.
A veces se sentía solo, queriendo ser recibido en su casa (mansión), por alguien más que no sea su prima a veces (cuando viene de visitas o a trabajar), o sus empleadas. Había tratado con un perro, pero termino por regalárselo a su prima, quien gustosa lo aceptó. Es normal que de vez en vez se acostara con alguien más para tranquilizar sus hormonas cuando llegaba esos días en los que quería aparearse con alguien, sin importar el género. No cuando tienes que calmar tu deseo sexual. Era muy discreto en cuanto a su vida personal. Le gustaba mucho las armas y junto a su prima las construía y vendía.
Un día caminando en las calles de Tokyo, Japón, vio a un chico centímetros más alto que el, de cabellos marrones claros y ojos color ámbar. Este se encontraba recargado de una pared, entrada a un callejón, y cargaba a un niño en sus brazos. La ropa que traía puesta el mayor parece que vio mejores días, y la que el menor traía puesta iba por el mismo camino. Ante esto enarcó una ceja y con mirada oscura y penetrante los escudriño en sus lugares. El mayor se coloco a la defensiva, ante esto Kambe camino hacia ellos. Les olió y frunció el ceño, cuando ese olor amargo dejó un sabor agrio en su boca ¿Por qué? pensó al mirarlos con detenimiento.
Saco su placa y se las mostró.
— Soy el detective Daisuke Kambe -dijo de forma neutra y rostro serio- omega o lo que sea que eres, no puedes ejercer tu trabajo aquí y mucho menos con un menor. Es ilegal. -finalizó-
Haru frunció el ceño y pegó más el bebé a su pecho.
— ¿Lo qué soy? -parpadeo confundido- Soy un varón omega y no estoy laborando ahora. -dijo de forma ingenua y sincera- Es mi hijo, y estará donde yo este.
— No me importa, pero a ti sí te importará cuando llame a los del servicio social y se lleven a tu hijo.
Ante esto, el omega le miro curioso y luego miro a su hijo, quien le miraba atento. Solo estaba esperando ahí hasta que fuera la hora pico para pedir dinero a la gente que pasara por esa acera. Se acerco al detective y le olió, olía a cenizas y pino.
— Yo no me puedo ir de aquí. -confesó y le miro a los ojos- Estoy esperando a las personas que pasan por aquí para pedirles dinero y así alimentar a mi hijo y a mi.
Kambe abrió sus ojos un poco y se aclaro la garganta antes de guardar su placa en su abrigo largo y sacar su billetera para poder extraer de esta unos billetes. Se los tendió al mayor y guardo su billetera de vuelta en el bolsillo de su largo abrigo.
— Aquí tienes, y si te vuelvo a ver no dudaré en llamar a servicios sociales. -amenazo con un tono de voz bajo, que le causo escalofríos al mayor- ¿Entiendes?
— Okay, pero esto es mucho dinero ¿Está bien esto?
— Sí, ahora márchate.
— Kambe, ¡Gracias! -tomo el dinero y le dio una corona de flores a cambio-
Vio al mayor irse junto al bebé en brazos y deseo no volverlos a ver. No era bueno con los niños y no los quería en su vida tampoco, bueno, quería formar una familia para así no estar solo. Un pensamiento egoísta, pero válido. Se giro en sus zapatos y volvió a caminar por la calle, pensaba llevarle chocolates a su prima por su cumpleaños.
Haru se detuvo y giro un poco para ver la espalda ancha de aquel detective ¿Le daba dinero sin pedir algo a cambio? raro. Frunció el ceño levemente y llevo a su hijo al mini colmado para comprarle leche, pan, galletas, agua, frutas y fideos instantáneos para él mismo. También añadió unas cobijas, biberones, pañales, bulto, y toallas húmedas. Cuando pagó por todo, aún le sobraba dinero, así que fue a los baños públicos, ganándose miradas de asco y reprobatorias de las demás personas, para bañarse ambos y así ir directo al cementerio para meterse en su escondite entre unos arbustos y cajas de cartón.

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A Soul Battle
FanfictionUn omega de 39 años, Haru Katou y su hijo de dos años. Daisuke Kambe, un alfa de 27 años. ¿Qué les deparará la vida a esto dos seres? ¿Cómo sus caminos se cruzarán? {Soy un asco haciendo pequeñas descripciones, así que solo pasen a leer y espero...