Sinestesia | SEKS #1

13.

CAPÍTULO TRECE

Demian y yo estamos teniendo una charla bastante amena mientras comemos y siento que haber sabido esas cosas sobre él, me permiten sacarle un poco el halo de misticismo que yo misma puse a su alrededor y bajarlo a la tierra como un hombre real.

—¿En serio? — no puedo evitar reírme.

—Si, ella le dio un puñetazo en el rostro al hombre— me dice—, pero de todos modos se lo merecía, nosotros estábamos advertidos de que el tipo estaba siendo un imbécil, por eso llamamos a la policía.

—¿A eso es a lo que te referías cuando hablabas de personas traumadas usando el bdsm para...?

—Ese hijo de puta no estaba traumado, estaba loco, desquiciado. Rozaba la psicopatía— me dice—. Las tres palabras claves son seguro, sensato y consensuado —me explica—, si te sales de eso, deja de ser algo divertido.

—Pero este hombre iba al club— murmuro— ¿No era parte de la comunidad?

—Dejas de ser parte cuando acosas a alguien, mucho más si esa persona es tu alumna en la universidad.

—Espera...— hago memoria y frunzo el ceño—. ¿Estás hablando del caso de la Estatal?

—Sí, ¿Lo recuerdas?

—Fue el año pasado— digo—, pero pensé que la chica era...

—Una actriz porno, si, lo es— él me observa—, pero eso no es una vía libre para ser acosada.

—No, claro que no— murmuro—, es solo que... se dijeron tantas cosas en la universidad que nunca se aclaró el asunto— le digo—. Incluso publicaron sus vídeos.

—No es mi vida como para contarla, pero ella y su esposo son actores porno. Sé que el tipo este se obsesionó bastante con ella y lo echaron de la universidad— dice—. Luego de esto, su pareja, Killian, habló con la mayoría de los que tenemos clubes o bares con temática bdsm para que estemos atentos a este imbécil. Si lo hizo con ella podría haberlo hecho con alguien más.

—¿Así que tiene la entrada prohibida a Seks?

—Al cielo también, al parecer— dice con una mueca—. Está muerto.

—¿Se murió?

—No precisamente, pero... de todos modos, no es importante— comenta—. Si hubiera entendido las cosas, se hubiera alejado de ella al ver que no había interés.

—Si, supongo que sí.

—Esos tipos son mentes enfermas, son hombres que piensan... olvídalo— Demian se contiene y suelta un suspiro.

—Al parecer no te agradaba.

—Nos deja mal parado a los demás. Si eso hubiera trascendido, hubieran aparecido titulares diciendo que las personas de la comunidad bdsm somos abusadores y acosadores.

—Bueno... yo no pensaba que fueran violadores o abusadores pero sí que hay una patología— murmuro—. Quiero decir...

—Te entiendo, pero no. No hay una patología, no hay un porqué— me dice—, simplemente te gusta o no, lo practicas o no.

—¿Y qué te llevó a meterte en esto? — le pregunto, clavando los ojos en el plato de comida para no demostrar el excesivo interés por saber la respuesta.

—La curiosidad, como a todos— me responde—. Esa es la base para cualquier pregunta, ¿Verdad?

—También para cualquier respuesta— le digo—, aunque a veces no sean racionales— carraspeo—. ¿Así que la curiosidad?