•Capítulo 21•

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—pero no podes salir?— me pregunta Ro haciendo puchero.

—no, una verga, pero bueno, además mira mi ojo, me re duele hoy, porque dormí mal— digo y ella me abraza.

—ay ya vas a estar bien chiquito, tranqui— dice y suspiro por como me dijo.

—no me digas chiquito, porque todos me dicen así— digo y ella frunce el ceño.

—quienes son todos?

—mi mamá...gala me decía así, martina— digo y ella rodea los ojos.

—gala una boluda, y martina no se, otra más, yo soy tu mejor amiga y tengo permitido decirte así— dice sonriendo tierna el cual me contagia la sonrisa.

—bueno, vos salí tranquila igual, no te preocupes por mi— digo y ella hace puchero. —no me mires con lástima.

—bueno salgo entonces— dice y yo asiento. —pero...— no la deje terminar.

—pero nada, salí y disfrutá— sigo insistiendo.

No quería que se quede conmigo cuando toda la semana me estuvo rompiendo las pelotas con salir, y estaba muy emocionada así que no quiero que no vaya porque no puedo ir.

—bueno, te amo mateito— dice abrazandome.

—yo más— digo y agarra sus cosas para salir de mi pieza e irse.

Yo me quedo tirado en la cama, no tenía nada más que poder hacer, escuchar música, joder, pensar en cómo me chapé a Luna capaz, pero no, me voy a ir a hacer un café.

Salí de mi pieza y fuí a la cocina, estaba mi mamá, que por fin hoy había ido al médico y le dieron unas pastillas.

—ya estas mejor?— le pregunto. —yo te dije que necesitabas ir al médico.

—más o menos, voy a tener que estar un tiempo más con las patillas, porque le duele— dice.

—bueno, pero por suerte no tenes nada muy grave— digo y ella asiente.

—vos ponete un poquito de hielo en el ojo, que ya va mejorando, y la próxima no te me cargues a trompadas— dice y me río.

—bueno, perdón, además ya te conté porque era— digo y ella sonríe.

—si, esta bien que digas lo que dijiste, pero no que reacciones así— dice y yo asiento. —pero bueno, ponete hielo ahora y anda a acostarte.

—me pongo hielo, pero no me acuesto.

—Mateo, que estés suspendido no significa que tengas un fin de semana largo, te mandaste una cagada— dice y yo asiento.

—sisi, ya me lo dijiste muchas veces eso— digo entrando a mi pieza, después de la mamá que es re comprensiva, está la otra que me caga a pedos.

Además no puedo salir, y los chicos se fueron de joda, porque yo les dije y esta perfecto, así que no tengo más nada para hacer.

Después de unos minutos buscando que hacer, me puse a ver Netflix y de paso agarre unas milanesas frías de la heladera.

. . .

Hoy después de que terminé de comer, fuí a lo de Ro, ya que mi mamá me dejó venir.

Codigos ; Trueno [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora