Eighteen

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La cazadora y El buscador

Todos estaban juntos esperando a Madame Hooch, Gryffindor y Slytherin, cada quien es sus asuntos, pero aún así Hanna logro ver cómo Malfoy levantaba algo del sealed y sonreía, pero era una sonrisa...malévola.

-Vieron su cara-comenzó a decir Draco burlonamente para que todos lo escucharan-Tal vez si hubiera usado esto abría recordado caer sobre su trasero.

Malfoy alzó una pequeña esfera de cristal, que todos los Gryffindor reconocieron como la recordadora que Neville había recibido esta mañana en el desayuno.

-Devuélvela Malfoy-Harry hablo y se acercó al platinado amenazante.

-La quieres Potter??-Draco tomó una escoba, la montó y se elevó en el aire-pues ven por ella.

Harry no se quedó atrás, pues tomó la escoba que Ron tenía en las manos y fue tras Malfoy.
Para que Harry fuera nuevo montando en escoba lo hacía estupendo.

Hanna observo como desde el aire Draco le guiñaba un ojo pero eso solo logró molestarla.

-Arriba!!-Hanna dijo y una escoba que estaba tirada en el suelo llegó a su mano inmediatamente, la pelirroja, no lo dudo y monto la escoba.

-Hanna ni lo sueñes, oíste a Mcgonagall y además nunca has montado en escoba-Hermione intento detener a su amiga, pero esta al parecer la ignoro y comenzó a elevarse en la escoba, como si lo hubiera hecho miles de veces-que testaruda- se escucho que dijo Hermione.

En el suelo, todos observaban la escena de los tres niños en el aire, de manera expectante.

-Dámela Malfoy, o te voy a tirar de tu escoba-Harry le gritó a Malfoy.

Hanna vio como Malfoy se burlaba de Harry, la chica no lo dudo y voló rápidamente hacia el ojigris, le quito ágilmente la recordadora de las manos y le sonrió burlonamente al platinado.

Draco no pudo evitar mirarla divertido, y si, algo molesto por humillarlo frente a sus amigos Slytherin.

-Harry!!-Hanna le gritó a su Hermano y lanzó la recordadora.

Como la recordadora era de un color transparente casi no se veía, pero parecía que Harry no la perdía de vista y cuando menos se lo esperaron Harry ya la había atrapado.

Pero lo que los remamos no sabían es que desde la ventana de una de las torres, eran observados por la mismísima Minerva Mcgonagall.

Los Hermanos Potter bajaron al suelo, Harry alzaba la recordadora y pasó un brazo por los hombros e su Hermana.

Todos los Gryffindor aplaudían y celebraban a sus dos valientes amigos.
Pero la felicidad terminó pues una peculiar voz severa y femenina sonó y todos dejaron de hablar y de festejar.

-Hanna y Harry Potter...acompáñenme-la profesora Mcgonagall tenía si habitual expresión severa.

Caminaron por los pasillos del castillos, dieron giros y vueltas, pasaron por michas puertas y aulas hasta que se detuvieron frente a una de ellas.

-Esperen aquí-La profesora les dijo.

Los hermanos solo pasaron saliva y se miraron con cierto nerviosismo, esperando algún tipo de castigo.
La profesora abrió la puerta del aula donde se escuchaban las voces de alumnos y el peculiar tartamudeo del profesor Quirrell.

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