"Sugar Daddy" | Muke

"Sugar Daddy"

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" SUGAR DADDY "

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La ciudad de New York es un lugar conocido por ser donde los demás llegan a buscar nuevas oportunidades, y hogar de personas que han logrando el éxito.

Solo que, las oportunidades no se consiguen tan fácil, y el éxito puede llegar a ser más vacío y solitario de lo que parece.

Ellos dos necesitaban algo que el otro tenía. Algo que haría que las vidas de ambos cambiaran por completo.

No era solo porque confiaran el uno en el otro, o porque uno de ellos se encontrara más roto, era la sensación que les provocaba. Era el sentimiento de prohibido lo que los hacía querer más. Aunque hayan olvidado que, mientras más subes, más dolorosa puede ser la caída.

El problema era que, uno de ellos nunca antes había caído, y el otro había caído demasiadas veces como para querer arriesgarse de nuevo.

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PROLOGO

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—. Te han dejado cien dólares —frunció el ceño, caminando en dirección a su amigo —, y eso no me sorprendería, pero... Este billete tiene un nombre y un número en él.

Tomó rápidamente el billete que Calum extendió en su dirección, comprobando las palabras que le fueron dichas al ver un número en la esquina del billete. Sus ojos intentaron leer el nombre que no se entendía demasiado bien y estaba escrito con letra desprolija.

—Luke Hemmings.

•••

—. No entiendo cómo debe sentirse pasar por lo que estás pasando, pero... Puedo ayudarte.

—¿Cómo? —la preguntó salió de sus labios y le frío viento de la ciudad se la llevó, mientras sus ojos miraban a unos que por primera vez le transmitían esperanzas.

—Necesitas dinero, y yo tengo dinero —era obvio, pero todas formas asintió —. Esto sonará loco, pero puedo pagarte por pasar tiempo conmigo.

•••

—Teníamos otro trato —dijo, señalando con el dedo índice el espacio entre Luke y su cuerpo. Él levantó una ceja, fingiendo confusión a lo que blanqueó los ojos —. Si quieres hacer más sutil la parte en la que me harás decirte Daddy-

—De nuevo, no

•••

—No esperaba tener un Sugar Daddy tan aburrido —dijo, logrando que las mejillas de Luke volvieran a sonrojarse mientras él se ponía de pie. Hizo lo mismo, siguiéndolo hacia la salida de su penthouse.

—No soy tu Sugar Daddy

•••

—. He estado unos largos seis meses viviendo por mi cuenta y usando el subterráneo, creo que puedo con todo —aseguró, a lo que el rubio hizo una mueca.

—Que hayas estado bien, no significa que no hayas necesitado ayuda.

•••