XVII: Bright II

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Subí al autobús, justo al final de este para poder bajar cuando ya todos estuvieran abajo y no tener que apurarme o escuchar molestos silbidos detrás mío para hacerme mover rápido.

Mi cuerpo aún estaba algo sensible en ciertos moretes pero ya no se veía tan colorido y la hinchazón en mi cara había bajado considerablemente. Según mis cálculos, en un par de días volvería a estar como siempre.

Nunca les había contado a mis padres lo que estaba pasándome, incluso pensé en mantenerlo en silencio esa vez e inventar que habían tratado de asaltarme, pero no quería ser tan idiota con ellos como para mentirles así. Además de que Pear ya sabía todo y ella no iba a dejarme mentirles más con eso.

Esto era algo que debía asumir con mis padres tarde o temprano, no sabía que tan tarde o temprano era, pero sabía que me hubiera gustado reservarlo hasta el momento donde toda aquella etapa fuera concluida y me encontrara en un mejor momento para mi vida.

Supongo que no podemos tener todo lo que queremos.

Sin embargo, estaba demasiado agradecido con las personas que tenía en mi vida, mis hermanos, mis padres, mis amigos, mi jefa, mis profesores y desde luego,Win. Todos ellos me habían entendido y habían tratado de ayudarme dentro de sus posibilidades. Win curó mis golpes, mi madre me hacía las comidas y las traía hasta mi cuarto, mi padre trataba de alentarme y dijo que buscaría ayuda, la señora Elle dijo que no era necesario que me presentara a trabajar esta semana, mis amigos habían ido a verme a diario como si fuese un hospitalizado, Lucas trajó sus juegos y se echó junto a mi para pasar el rato y Pear incluso durmió en el suelo para estar conmigo.

Por ellos es que no podía quejarme de mi vida tanto como uno esperaría. Con gente tan buena a mi lado, ¿Enserio podía enfocarme en sólo lo malo?

Incluso mis compañeros de salón se mostraron algo convalecientes conmigo, cosa que me sorprendió. Me dejaron descansar y dijeron que ellos se encargarían de los últimos detalles del viaje.

Nos habían dado el programa de los grupos que iban a hospedarse en los hoteles, los cuales se iban a dividir por año. Así que no me tocaría cerca de Win, pero si de Pam. ¿Bonitas noticias? no, desde luego que no.

- ¡Bright! ¿Cómo está nuestro chico? - Talay sonrió, sacándome de mi cabeza para arrugar mi cejo con confusión.

Pete, Talay y Zee estaban parados justo enfrente de mí.

¿Cómo es que ellos estaban ahí?

- ¿Qué hacen ustedes en este autobús? - Pregunté cuando al fin los vi sentarse.

- Vinimos a acompañarte, incluso repartimos habitaciones, ¿Quién crees que es tu compañero? - Habló Zee con una sonrisa mientras señalaba a Talay, quién sacudió su mano en mi cara como si fuese un saludo.

De maravilla, justo en el doctor más loco.

- Pero, ¿Pidieron permiso? Ustedes no son de ingeniería. - Hablé.

- Nuestro amigo se está muriendo, ¿Esperas que te dejemos herido y solo en un viaje escolar? Si esos idiotas vienen de nuevo, nos aseguraremos de destrozarles la puta cara. - Soltó Pete con molestia. Yo sólo negué con la cabeza, soltando un suave suspiro.

- No van a regresar, ya me partieron lo suficiente la primera vez.

- Bueno, uno nunca sabe si anden de humor - Me interrumpió Talay.

- Ya me siento mejor, ya les dije que los moretones están bajando.

- Lo sabemos, pero sólo queremos asegurarnos de que vas a estar bien, tampoco te vamos a llevar el desayuno a la cama o te vamos a acompañar hasta el baño, si eso es lo que estas pensando, no tengo intenciones de hacer algo como eso. - Bromeó Pete, haciéndonos reír un poco.

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