Me encontraba escuchando la clase del señor Hawkins; la misma clase sin gracia sobre política. Creo que incluso que nos hablara de sus achaques y de como ser viejo y no haber hecho nada por tu vida cuando podías te hacía miserable hubiera sido más entretenido. Tal vez así me hubiera dado el coraje de renunciar a la empresa de papá y regresar el otro año a tomar clases en la facultad de alado, como toda película de Disney.
Anoche me disculpé con Pear, estaba dispuesto a arrodillarme si hubiera sido necesario. Pero no lo fue, claro que me regañó y me habló mil y un veces del porqué no tenía derecho a hablar de Bright o de cualquier integrante de su familia sin antes haber convivido con ellos. Le dije que sí a todo, puesto que no quería tener que volver a discutir con ella. Y también tenía el mal presentimiento de que si insistía, era capaz de juntarme con su hermano a la fuerza para que lo conociera y cambiara mi opinión sobre él. Cosa que definitivamente, no estaba dispuesto a hacer. Puede que mi hermano fuera un completo idiota y malagradecido, pero no iba a traicionarlo de esa manera.
No obstante, aceptó mis disculpas a cambio de ir a cenar hoy con sus padres. Lo más probable es que Bright estaría ahí. De hecho, lo más probable es que todo era plan suyo para que me diera cuenta de lo grandioso y diferente que era su hermano. De todas formas, si quería su perdón, no podía negarme. Así que quedé en verla en la noche apenas saliera de la facultad.
— Hermano, ¿Quieres ir a comer o vas a quedarte ahí todo el día? - Sentí mi hombro ser golpeado antes de escuchar su peculiar llamado.
Era él, el chico que me hizo plática la vez pasada y cuyo nombre seguía sin preguntar.
Me levanté enseguida llevando mi mochila conmigo. Era momento de socializar. Y quería saber su nombre.
Nos dirigimos a la cafetería hablando sobre temas triviales, pequeñas cosas sin importancia, pero que ayudaban para entrar en confianza y conocer un poco sobre la vida del otro.
— Por cierto, no me has dicho tu nombre. - Comenté sosteniendo la charola entre mis manos. Este sólo sonrió.
— Cierto, que distraído. -Rio acomodando sus cosas en una de las mesas desocupadas del comedor. - Soy Frank, ¿Y tú?
— Win...Metawin - Sonreí tomando un poco de pasta con el tenedor.
— Ya veo, mucho gusto. - Habló bebiendo un trago de su limonada. - ¿Todo bien? hace rato te veías muy pensativo.
— Oh, sí. No era nada, tengo una cena en casa de una amiga. Eso era - Sonreí levemente.
— ¿Es bonita? - Me miró divertido, alzando su ceja. Yo sólo le golpeé el hombro levemente, riendo por su expresión.
— Es una amiga. Si quieres puedo presentartela, no tengo interés en ella.
— No gracias, conseguiré la mía. Si quiero que seas mi amigo, definitivamente no voy a meterme con alguien cercano a ti. Pueden salir muy mal las cosas. - Habló antes de meter el tenedor a si boca.
Era cierto que ser amigo de una pareja puede ser complicado cuando las cosas para ellos llegan a su fin, en especial si todo queda en malos términos, pero jamás había visto a alguien considerando eso de una forma tan personal, normalmente la amistad entre la pareja de tu amigo y tu amigo se desarrolla de forma natural y sin pretender que eso suceda, ¿Podía ser que ya había tenido una experiencia similar sobre eso que le había dejado el mal sabor de boca?
Podía preguntárselo, pero no estaba seguro sobre el nivel de confianza que manteníamos de momento.
— ¿Ya viste a alguna chica que te guste? - Pregunté yo ahora, tomando un poco de mi bebida. Él negó con la cabeza.
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Enchanted
FanfictionBright Vachirawit es sólo un chico más de ingeniería lleno de conflictos y rumores que rondan alrededor de su vida privada. A Win no podría inportarle menos, hasta ese día, donde por azares del destino, Bright decide meterse con el chico equivocado...