XXI

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Salí del baño después de que terminé de secar mi cabello. Había llegado a casa en la madrugada, pero aún así volví antes de Frank y no estuve despierto para la hora en la que él volvió a casa.

La noche transcurrió bien entre Bright y yo, sin embargo, aún nos faltaba sentarnos a charlar como se debía. Sabía que alejarlo no era la manera, pero estaba demasiado abrumado en ese entonces y seguía creyendo que fue lo mejor para mí. Inclusive ahora, no sabía si estaba haciendo lo que necesitaba en ese momento, pero esperaba poder lidiar con mis cosas para no arruinarlo todavía más.

Si en el camino lo encuentro demasiado duro, ya veré.

De cualquier manera, podía tomarme el día para descansar, y eso habría hecho de no ser porque mi celular comenzó a vibrar sobre la mesa de noche, cedía y volvía a encenderse. Jamás se detuvo más de diez segundos.

Me acerqué directo, sentándome en la orilla y dejando la toalla en un costado; era una llamada de mi madre.

Menuda broma.

Me habló para avisarme que encendiera la televisión rápido y que buscara el canal 3.

Fui directamente a la sala, Frank saludó en la cocina, pero no fui capaz de responderle gracias a la insistencia feroz con la que hablaba mi madre.

Cuando por fin agarró el canal, lo primero y único que pude ver era a mi padre, de pie tras un soporte de madera, rodeado de un sinfín de cámaras.

Su discurso ya había comenzado pero llegué justo a tiempo para escucharlo decir exactamente lo que yo me había negado a hacer en un principio.

Le dijo a la prensa que Bright había estado manipulandome todo este tiempo para hacer lo que él quería. Y que cuando trató de ayudarme, yo ya estaba demasiado afectado por su culpa. Y que estaba preocupado porque tenía semanas sin saber nada de mí y que estaba seguro de que estaba en algún sitio pasándola mal y completamente perdido.

Quería predisponer de la prensa para que ellos me vieran y pensaran sin dudar que estaba loco.

Era un completo idiota.

Sí estaba perdido, y por supuesto que estaba pasándola mal, pero no fue por Bright. Y aún sobre eso, tenía muchas libertades ahora que no estaba bajo sus ojos.

Odiaba la imagen que estaba tratando de vender sobre mí. En su tiempo pude haber sido tan imbécil como para encajar en su definición; pero no fue Bright quien supo manipularme toda mi vida, sino él.

- Tu padre es un imbécil. - Espetó Frank parándose alado mío y sosteniendo el vaso de jugo entre sus manos.

Suspiré lentamente, asintiendo a su comentario.

Era el más idiota de todos.

- No puedo creer que se atreva a hacer esto. Quedamos en que dejaría la casa para que esto no pasara.

- No, Win. Tu padre sólo estaba encontrando la manera para salvar su reputación. No estaba haciendo ningún trato contigo. - Me cortó de inmediato.- Pensó en llenarte de miedo para que accedieras a su estúpido juego, pero como no lo consiguió así, está tratando de arrastrarte con Bright para que aprendas tu lección. Es un idiota. No sé cómo puede llamarse padre. - Habló completamente indignado.

Algo dentro mío se apagó de nuevo. Ya sabía la basura que podía llegar a ser mi padre, ¿Pero como conseguía decepcionarme cada vez más?

No hay sentimiento más triste que descubrir que una persona a la que consideraste alguna vez un ejemplo y le mantenías respeto, se quiebra delante tuyo. Cuando sus defectos son mucho más grandes de lo que pudieron ser sus virtudes, y entonces cae sobre ti como balde de agua fría.

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