XXIII Especial: Bright

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Pear bajó la falda de su vestido con sus manos justo antes de bajar del auto, llevaba puesto un vestido nuevo que había comprado especialmente para este día.

Cerré la puerta una vez que estaba afuera, dejándola pasar primero para cuidarla por detrás. Esto último podía ser algo inútil, tomando en cuenta que sólo éramos ella y yo quienes atravesaban la puerta del Karaoke, y los demás me suponía que ya se encontraban dentro de la sala.

Pear había tenido la excelente idea de reunirnos a todos en el Karaoke para pasar un buen rato, al igual que dijo que tenía algo para decirnos al final.

Era algo que desde luego, yo tampoco sabía aún.
Win estuvo toda la semana insistiendome que le contara tan siquiera un poco, y yo me cansé de repetirle hasta el cansancio que no tenía ni idea de qué es lo que Pear se traía entre manos y que estaba tan perdido como él.

Todo era inesperado, incluso Frank estaba dentro de la sala, y no parecía estar muy cómodo sentado allí.

Tampoco podía culparlo. A nadie le viene de perlas estar respirando el mismo aire que la persona que te gusta cuando esta ha estado huyendo de ti. Más para un tipo como lo era Frank. Yo todavía podría arrastrarme un poco, aunque eso estuviera mal. Pero él sabía perfectamente lo que estaba dispuesto a aguantar y se respetaba lo suficiente para no ir detrás de nadie si esta mostraba rechazo. Y Pear es tan terca como sólo ella sabe.

Lo cual me hizo pensar por un momento si de verdad serían una buena combinación.

Agité mi cabeza, despejando mi mente de temas en los que no debía meter mi nariz sin que me lo pidieran, y concentrándome en su lugar en saludar a las personas que compartían espacio conmigo ahora.

Era la amiga de Pear, Win, Frank y la chica que había maquillado a Win en el recital. No sabía su nombre aún, pero había sido bastante agradable cuando la vi la última vez.

Me senté en uno de los sillones, justo a la par de Win, quién ya había ordenado algunos bocadillos y llenaba su boca con ellos, al igual que Frank. Quién me saludo con una sonrisa un tanto incómoda. Gritaba ayuda por todas partes.

Pero no sabía cómo podía ayudarle, a decir verdad. Esperaba que mi compañía le fuese suficiente para no sentirse tan sofocado.

- ¿Todo bien? - Pregunté, interrumpiendo la mano de Win, para tomar algunas frituras en su lugar, y llevarlas a mi boca.

Win sólo me echó una mirada, pero me dejó tomar de ellos y después siguió comiendo él también.

- Supongo que sí. Está por terminar el semestre, y eso me alegra bastante.

- ¿Te ha ido bien?

Él asintió.

- Llevo casi diez en todo. Sólo tuve un problema en dos materias.

- ¿Problemas? - Alcé la ceja.

- Los exámenes. Saqué nueve en general. En ambas. - Repuso.

- Eso no es lo que yo llamaría un problema. En ese caso, mi boleta estaría llena de problemas. - Hablé con vergüenza.

No se me daba mal la escuela, pero tampoco era el chico de dieces. Llegaba a sacarlos, pero los nueves eran mucho más comunes en mi Kardex. Escuchar a Frank decir que tenía un problema me hizo imaginar que estaba casi reprobando alguna. Pero no está ni cerca de la calificación mínima.

- No lo decía de esa forma, ah. - Suspiró. - Aparte tú ya vas en un grado mayor. Debes estar viendo temas más complejos. Lo mío es introductorio.

- Como sea, se ve que eres muy listo, Frank. Vas a levantar el promedio, ya verás. - Le animé.

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