XV

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Esperé a que Bright terminara de bañarse antes de hacerlo yo también. No podía regresar al cuarto de Pear completamente sudado sin levantar sospechas y sin evitar sentirme sucio e incómodo.

Volví a ponerme la ropa una vez que salí de ahí y me encaminé nuevamente hacia el piso de arriba, despidiéndome de Bright frente a las escaleras antes de continuar con mi marcha.

Mi cuerpo aún se sentía raro, mi trasero se sentía demasiado incómodo, pero no me dolía. Había oído que puede ponerse peor en la mañana, tal vez aún seguía con el efecto de aquel acto en mi cuerpo, por lo que no sentía aún las consecuencias de este.

Apenas abrí la puerta pude ver a Pear en la misma posición que antes, pero por fortuna estaba dormida. Pear es de esas personas que cuando duerme no la despierta ni el ruido de un motor. Ella podría estar durmiendo tranquilamente en medio de un tiroteo y ni siquiera se despertaría hasta que pasaran sus horas de sueño, por lo que esperaba que tampoco hubiera escuchado nada de lo que había pasado en el piso de abajo.

Al despertar a la mañana siguiente, mi trasero se sentia algo adolorido e incómodo. Supuse que estaba viviendo crudamente las consecuencias de lo bien que había pasado mi encuentro nocturno con aquel. Más debo decir que no era un dolor insopotable, repito; solo algo incómodo.

¿Podía caminar? claro que podía, pero si en mis manos hubiera estado el decidir si quería hacerlo o no, definitivamente hubiera preferido el no.

Tomé el cambio que habia dejado sobre la silla, encaminandome hacia el baño para cambiarme lejos de la vista de Pear. Ella podría aprovechar para cambiarse también.

Si hubiera tenido cabeza para pensar las cosas en toda su extensión, probablemente no me hubiera visto en la terrible e incómoda situacion de tomar prestada y de forma secreta la base que Pear tenia reposando sobre su tocador, pero fue cuando salí de la regadera que pude ver con claridad las manchas en mi cuello, hombros y clavicula, por lo que aproveche que no la vi cerca para tomar su base y encerrarme de nuevo en el cubículo.

Bright ni siquiera tuvo cuidado, ¿Cómo quería que disimulara esas marcas? Claramente no llegué asi.

Puse una cantidad suficiente de aquel producto hasta que las marcas eran menos visibles y me permitían decir que posiblemente era alguna marca causada por mi forma brusca de rascarme. Ese era mi plan de huída. Aunque sonara algo idiota, es cierto que me rasco demasiado salvaje y a veces marco mi propia piel, asi que no sería del todo increíble.

Cuando por fin tuve un aspecto un tanto presentable y poco sospechoso, abandoné el baño, yendo hacia el piso de abajo para ayudarle a senora Thanatsaran con el desayuno. No soy el gran experto en gastronomía, pero tengo algo que se llama vergüenza y eso no me permitiría sentarme en el sillón comodamente mientras espero que me lleven todo a las manos. Ni siquiera en mi propia casa suelo hacer eso, me resulta algo incómodo ver como llega todo a mí sin mover un dedo. Sé que es su trabajo y que se les paga por ello bastante bien, pero no me quiero sentir tan inútil conmigo mismo, por lo que trato de ayudar aunque sea acomodando los platos y servilletas. Lo mismo que hice esa vez también.
Al parecer la señora Thanatsaran tambien dudaba de mis habilidades culinarias y la verdad es que no podía culparla por ello.

- ¿Dormiste bien, Win? - Sonrió aquella, yo asentí sin pensarlo, devolviendo el gesto.

- Bastante bien, la cama fue bastante comoda.

- ¿No te empujó Pear? todos sus primos dicen que patea por las noches.

- Bueno, tal vez lo hizo por la noche, realmente no senti ninguna patada. - Hablé sonriente.

No sabía si mi suerte era asi de grande como para no ser violentado por la noche, o si eso debía a que no pase la noche entera junto a ella, pero cualquiera de las dos opciones era algo para agradecer.

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