Capitulo 17

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Capitulo 17

"el reencuentro"

*Andree

Abrí los ojos lentamente, me dolía el cuerpo, mis ojos aullaban a gritos seguir durmiendo, mire a mi alrededor, me encontraba en un cuarto azul totalmente, acostada en una cama blanca, gire mi cuerpo a la orilla de la cama para levantarme. Aún traia la ropa que Brenda me había dado, pero una punzada en la espalda me regreso de nuevo, me queje en voz alta, dolía más que cualquier otra cosa. Lo intenté nuevamente, logrando sentarme en la orilla de la cama.

Aparte de mi vestimenta, busque lesiones en mi cuerpo, pero solo pude encontrarme con mis manos enrojecidad y la extraña placa que me rodeaba la cintura, toque mi espalda como pude y pude notar como de una zona sobresalía una aguja que se encontraba dentro de mi piel.

-¿Qué cara...?- insulté para mi misma.

-¿Con esa boca besas a tu madre?- una voz hablo de algún lado de este cuarto, mire hacia la puerta de metal con una ventana, un chico de cabello rubio y ojos azules se asomaba desde la ventana.

-¿Quién eres?- pregunté amenazante.

-Soy Hades- su voz era grave y amenazante al igual que la mía, podía aterrarte con solo decirte hola.

-¿Es enserio?- pregunté con un tono irónico.

-Claro que no, pero puedes conocerme por ese nombre, en fin. SAL. Gritó repentinamente.

Me pare lo más rápido que pude en una pose amenazante. Abrió la puerta, su vestimenta era negra totalmente, tenía un tatuaje en el cuello. Tenía una tablet en sus manos

-¿O te saco? , tu decides pero que sea ahora- miro su reloj.

-Ni creas que te voy a hacer caso- respondí más amenazante aún, mi cuerpo estaba tan rígido que podía pasar por una estatua.

-Sabía que dirías eso- levanto su tablet y después de unos tecleos, habia vuelto al abismo.

Luche contra el, trataba de serenar mi mente lo más posible, no forzarla a comprender algo. Al final del abismo me encontré en una habitación completamente negra, y en medio una tele de una época muy antigua, había una silla de madera enfrente de el.

Me acerque lo más siguilosa que pude a la silla, entonces para mi sorpresa, era hades en el televisor.

-Vamonos- Ordeno, caminando con seguridad salió de la habitación.

La pantalla lo siguió, cada ciertos segundo esta se oscurecía, dejando completamente oscura la sala, afortunadamente no duraba mucho. Fue cuando comprendí, ese cinturon, te aislaba completamente del manejo de tu cuerpo. Y aquel cuarto, era como yo veía el procesamiento de mi cerebro, gracias a todas las peliculas vistas, este era aterrador.

La pantalla siguío avanzando, por pasillos, armería, cafeteria, parecían muy bien armados, pero no entendía donde aún me encontraba, finalmente se paro en un pasillo verde, con una puerta café, que en la pared decía "sala de juntas".

Entre detrás de aquel chico amenzador, dentro se encontraba un señor con un traje elegante y la chica de la mascará.

-Vaya vaya,... miren quién esta aquí, es la chica que tanto problema me ha dado. – dijo el hombre en el extremo de la mesa, suspiró profundamente, se levanto de su silla y se acerco lentamente hasta tenerlo frente a frente- es impresionante¿ no crees Andree?.

-¿nos escucha acaso?- preguntó la chica con rudeza.

-Por supuesto que si, claro suponiendo que dejo de preocuparse o combatir el control, digamos que mientras más alterado el organismo, menos pueden ver, es una simple lógica- se sentó detrás de una larga mesa para ocho personas, parecía de marmol, en la silla más lejana al fina de la misma.

-Quitale el control, quiero hablar con ella- ordeno aquel hombre, la mujer que ahora tenía la voz más grave, fue cuando deduje que no era chica, deseaba saber quien era, pero esa máscara aun la interrumpia, era como si alterara su voz..

De pronto algo me regreso, era como viajar por un tunel pequeño blanco.

Mi cuerpo se tambaleo ligeramente, notaba las articulaciones un poco adormecidas, parpadee un par de veces para ver bien.

-Oh! Mi querida Andree, Andree, hemos aquí de nuevo- dijo el señor.

¿De nuevo? Pensé.

-Podría decir que eres la persona que más deseaba ver, pero mentiría, como sea,.. quiero que te unas a mi equipo- lo miré confundida – la verdad es que, no soy tan malo como crees, solo quiero darle a la gente algo que se les fue negado, te imaginas, el conocimiento ¿de que paso?¿como paso?¿que sucedió después?, un poder,... del cuál tu serías dueña, y la que elegiría que hacer con este poder, ¿Qué te parece?- comencé a dudar con sus palabras.

-¿Por qué lo haría?- trate de manteneren mi postura.

-Por que es tu lo quieres más que nadie, ¿no es así?- mire a todos en la habitación, no podía adivinar los gestos de cada uno, pero todos estaban particularmente serios.

Era cierto, quería saber muchas cosas, muchas dudas, respuestas a todo lo que el mundo debería saber,.. y lo que pasó,.. cuando mi mamá salió de esa puerta. Claro es un deseo reciente, pero aún así,... creo que necesito buscarla.

El señor, que se había trasladado al lugar donde me encontraba, extendió su mano, yo inmovil lo miré seria o eso trataba.

-Tu... te la llevaste- susurré -Tu deberías decirme que sucedió con ella- cerre mi puño tanto que las venas de mi brazo comenzaban a sobresalirse, sentía como empezaban a partirse.

-Esta bien, te lo diré- respondío con una voz burlona -Mira mira,.. a tu alrededor, no notas algo ¿fuera de lo común?- inhalo profundamente,- algo más... familiar...- sonrío de lado a lado.

Mire rápidamente hacia los alrededores, no me había percatado que estabamos en una habitación completamente oscura con ligeros toque verdes.

-Digo Andree me han hablado muy mal y bien de ti,... O es acaso que estás tan concentrada en tus noñerías, que es que no te das cuenta, de lo que necesitas ver y eso te tiene ciega- su voz incitaba al odio cada véz más en mi. Mire nuevamente alrededor

-YA BASTA- gritó una voz, una voz que la habría reconocido en cualquier lado. La mujer, aquella mujer de la mascara,... había gritado, el hombre ahora se encontraba molesto -Este no fue el trato Fusher,.. y lo sabes, dijiste que solo era para tenerla a salvo.

-Entonces tu dile la verdad – se retiro de nuevo a su lugar, esta vez dejo de ser burlon.

La mujer comenzó a retirarse la máscara. Estaba pintada de los ojos, se quito los pupilentes lentamente, su cabello negro me impedía ver completamente, como en cámara lenta ella aparto el pelo de su rostro.

No pude contener más mis lágrimas, ni mis ganas de llorar.

-Lo siento -susurró, extendió sus brazos con suma alegría.

Salí corriendo hacia esos brazos, esos calidos abrazos que me habían arrebatado... era mi madre. 

El Mundo de TeithatorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora