—¡Esperen!— escuchamos decir y los guardias abrieron nuevamente el portón dejando ver detrás de él a un chico. Él no estaba vestido con ropa terrestre, por lo menos no con una decente como los demás que se encontraban en el lugar. Traía un pantalón corto hasta las rodillas algo desgastado y un chaleco que parecía ser bastante antiguo.
Él era alto con sus pectorales bien marcados y ni hablar de los brazos, obviamente no como los de Tritón pero sí lo suficiente como para hacer desmayar a cualquiera, a cualquiera menos a mí, claro está. Todo eso contrastaba con con una melena de cabello largo hasta la altura de sus hombros y de color verde, bastante lacio, que se le colaba en el rostro; tenía algunas marcas de ese mismo color, pero más brillante, en sus brazos y un lado de la cara; eran como branquias pero finas y casi imperseptibles, debo admitir que le daban un toque inusual pero lindo al mismo tiempo.
—¿Se puede saber que fachas son esas para venir a una cena con invitados?— preguntó Tritón haciendo que dejara de mirar tan directamente al príncipe y desviara la vista.
—Lo siento papá, estaba con los chicos persiguiendo a unos tiburones, ya sabes, hay que divertirse de vez en cuando— respondió despreocupadamente al tiempo que tomaba asiento en el único lugar que quedaba libre, justo en frente de mí.
—Tenemos visitas desde la tierra, sabes que hace siglos no sucede. Además de que son visitas especiales— aclaró el señor Tritón.
—Ya dije que lo siento, papá, cuando me avisaron vine corriendo y olvidé cambiarme— se excusó vanamente, no me parecía muy arrepentido en absoluto.
En ese momento miró hacia el frente y sus ojos coincidieron con los míos, no lo había notado, pero tenía un ojo de color azul intenso y el otro era verde igualmente intenso; podrá sonar raro, pero me parecieron los ojos más lindos que había visto jamás y eso que había visto muchos tipos de ojos. Incluso fue algo rara la situación, ambos nos quedamos mirándonos fijamente por unos segundos, como extasiados en un transe del cual salimos cuando Tritón volvió a hablar.
—Hijo, te dije que te deshicieras de esa cosa con la que siempre cargas— (se refería al chaleco del chico)
—Papá, no creo que sea buen momento para discutir el tema.
—Thris, por favor hazle caso a tu padre— intervino la reina viendo que él estaba renuente, la verdad importaba poco como vistiera, nadie iba a decir nada.
—Mamá...
—Thristan, hazlo, ¿sí?— le interrumpió antes de que se quejara y le vi blanquear los ojos con molestia.
—Está bien, como quieran— asintió quitándoselo sin más, quedando con toda la parte superior al descubierto. Hayden que estaba a mi lado apartó la vista ruborizada (Imagino que ver pectorales masculinos en tan buen estado no era lo que hacía más seguido) Yo, en cambio, me quedé de lo más normal y solo sonreí mientras observaba la escena— ¿Contento?— preguntó el chico con una sonrisa pícara y Tritón le miró mal.
Estaba segura de que lo hizo para molestar a su padre.
—Sabes que no es correcto que vistas así cuando hay visitantes de la tierra— aclaró Tritón abriendo los ojos como queriendo decirle "¿No ves que estamos ante público terrestre?" O algo así imagino yo, estaba segura de que entre ellos andar casi desnudos era de los más normal.
—Pues me disculpo si a las señoritas les molesta tan hermosa vista— respondió mirándome y yo pinté una sonrisa en mi rostro con una ceja arqueada por la indignación.
¿Con que esas teníamos, eh? Menudo engreído nos había salido el principito.
—¡Thristan!— le reprendió su padre.
ESTÁS LEYENDO
Arden (Dark Angel II)
Fantasy¿Qué pensarías si hubieses vivido más de un siglo sin poder amar? ¿Sin sentir en absoluto ese sentimiento por nadie? Arden ha vivido así durante más de un siglo, está condenada a vivir sin poder amar a nadie, ni familia, ni amigos y mucho menos cua...