—«¿Esos no son tus amigos?»— me preguntó el príncipe.—«Sí, ellos son. Debemos ayudarlos, Thristan»— le pedí preocupada, no tenía idea de cómo habían acabado allí pero debíamos hacer algo, incluso si las sirenas eran demasiado peligrosas.
—«Podemos salir, pero pueden vernos»
—«Son mis amigos, Thristan, debemos intentarlo»
Él accedió a mi petición al tiempo que comenzaba a nadar hacia arriba y luego atravesamos las barreras del todo. A esa altura, a varios metros encima de ellas, tenía una visión panorámica de la situación y pude ver algo más, había una especie de… ¿Persona con capa detrás de las sirenas? No entendí nada pero estaba segura de que esa persona era la culpable de que las barreras estuviesen rotas. De sus manos salía un rayo rojizo que chocaba contra las barreras debilitándolas.
El príncipe comenzó a nadar nuevamente hasta que llegamos detrás de unas rocas, a unos metros de Ulises y Anagashi. Ellos estaban amarrados de los pies pero tenían los ojos abiertos y brillando cada uno de su color, parecían estar despiertos y al mismo tiempo no.
—«Están hechizados»— comentó el príncipe llamando mi atención—« Y deben haber hecho que respirasen debajo del agua, así que están bien»
Yo asentí y me separé de él, hacuenobis visibles, las sirenas no lo notaron porque desde donde estábamos no nos veían, tenía intenciones de ir a desatar a mis amigos pero Thristan me sujetó de la muñeca y no me dejó ir.
—«Yo soy más rápido»— fue su justificación para detenerme y se me adelantó sin dajarme siquiera protestar. Me quedé detrás de la roca bastante enfurruñada, yo podía hacerlo hecho también. Vi como se acercaba a los chicos y les desató con éxito haciendo que ambos, que aún parecían estar inconscientes, subieran a la superficie ayudados por su magia.
Él iba a volver cuando de repente se oyó un canto y se detuvo en seco. Vi como la persona de la capa se acercaba a Thristan quien no se movía de lugar y él o ella, le rodeó acariciando su rostro mientras le cantaba. El príncipe estaba como ido del mundo y le miraba embobado, le habían hechizado definitivamente.
La capucha de la capa se le calló a esa persona y un manojo de cabellos negros se dispersó en el agua, era una sirena, aunque no tuviese cola. Ella le tomó de la mano y le llevó por entre las sirenas que atacaban la barrera protectora, todas, que hasta ahora habían estado intentando entrar, se detuvieron al ver a esa pasar entre ellas.
Yo no pensaba quedarme observando ni un minuto más, si al muy engreído príncipe le habían hechizado, para eso estaba Arden ahí, para salvar al damiselo en apuros (aunque la historia dijera que debía de ser lo contrario) Salí de mi escondite hecha invisible y nadé lo más rápido pude para llegar cerca de ellas.
Estaba justo encima, estar debajo del agua era lo más incómodo que había hecho en mi vida, pero logré moverme bastante bien para ser la primera vez. Me percaté como la extraña sirena miraba a Tritón, que ya no estaba tratando de cerrar la barrera, y, de alguna forma, yo sabía que ella quería que él abriera a cambio de la vida de su hijo, pero como dije, yo estaba ahí para salvar el bonito y escamoso trasero del príncipe.
Usar mis poderes de ángel negro no era lo más fácil allí debajo, las sombras eran muy débiles por la refracción de la luz y la inestabilidad que les daba el estar en otro medio que no fuese el aire; pero resultaron ser suficientes para cumplir mi cometido. Hice las sombras de las sirenas y de los tritones vinieran hasta mí, teniendo que revelar en el proceso mi presencia en el lugar. La mujer que tenía al príncipe hizo coincidir sus ojos con los míos, eran rojos como la sangre, pero ya había visto muchos de esos y no me impresionaban.
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Arden (Dark Angel II)
Fantasy¿Qué pensarías si hubieses vivido más de un siglo sin poder amar? ¿Sin sentir en absoluto ese sentimiento por nadie? Arden ha vivido así durante más de un siglo, está condenada a vivir sin poder amar a nadie, ni familia, ni amigos y mucho menos cua...