Capítulo XXIII

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Bres estaba muy agradecido por nuestra ayuda con su esposa, tanto así que se ofreció a guiarnos él mismo hasta al reino de Angarth y, de ser necesario, a enfrentar a su padre también. La reina Ériu nos explicó que la entrada se encontraba en alta mar, muy lejos de la costa, así que sería un largo viaje en barco.

Pasamos esa noche en el castillo, el rey nos acogió e incluso nos dio nuevas ropas porque las nuestras estaban hechas unos desastres. Ya al llegar la mañana abrí un portal de comunicación, necesitaba hablar con Gabriel.

—¿Lograste tu propósito, Arden?— me preguntó desde el otro lado.

—Por supuesto, ahora necesito un portal para devolver a Sharian junto a su árbol.

—Estaré ahí en un momento, de todas formas tú y yo debemos hablar.

El portal de comunicación se cerró y yo me senté sobre la cama a esperar que Gabriel apareciera. Sharian había dormido conmigo esa noche porque la pequeña no parecía confiar en nadie más, por eso la estaba despertando para que fuese cuanto antes de vuelta a con su sauce.

Unos minutos después, un portal se abrió en la habitación y salió Gabriel.

—Buen día, Gabriel— le saludé y él solo negó con la cabeza rodando los ojos.

—La niña puede entrar por el portal, la llevará a su sauce.

—Vamos, Sharian, ya puedes ir de vuelta— le alenté con una sonrisa.

—Gracias por todo, señorita Arden, puede visitarme cuando quiera— dijo abrazándome y entró por el portal.

—Bien, Gabriel ¿De qué quieres hablar?— pregunté en cuanto estuvimos solos.

—Sabes que es sobre el hijo de Tritón, él no debería estar con ustedes.

—No veo motivo para ello— me senté sobre la cama cruzando las piernas— ¿Qué más les da a ustedes con quién ande? Miguel le vio el otro día y no dijo nada ¿Por qué entonces tú reaccionas así?

—Miguel, no sabe nada al respecto, pero él no puede seguir contigo— insistió y yo le miré raro.

—Gabriel, ustedes pueden mandar en muchas cosas pero creo que meterse en quién anda conmigo es excesivo. Además, Thristan es el prometido de mi hermana.

—¿Qué?— preguntó sorprendido y yo fruncí los labios con hastío.

—Como lo escuchas, es por eso que está aquí.

—¿Segura que es por eso?

—Totalmente, aunque ya que veo que te afecta su presencia, me hace sospechar ¿Acaso yo y Thristan nos conocimos hace más de un siglo cuando éramos niños?— pregunté arqueando una ceja, necesitaba saber si Gabriel tenía idea de ello.

—Pues no sé nada sobre eso, si le conociste o no, tú deberías saber, ¿no crees?

—Sí, pero quién sabe, tal vez algo pasó...

—No pasó nada— se apresuró a decir sin dejarme acabar.

—¿Seguro?

—Totalmente— su actitud no me denotaba que estuviese diciéndomelo todo, pero no podía presionar más, su tiempo se acababa.

—Debes irte ya— me puse en pie—. Por cierto, necesito un portal dentro de una hora que me lleve de regreso al puerto del Mar del Sur, me causa pereza volver a recorrer todo ese trayecto.

—Arden, sabes que no...

—No te niegues, Gabriel, ya vieron lo que sucedió porque íbamos andando, hazme ese favor, ¿sí?— le pedí haciendo puchero.

Arden (Dark Angel II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora