Capítulo XXXII

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La noche terminó bastante rápido luego de nuestra plática con mis padres. Hayden ni siquiera me miró y era de esperarse, a ella al parecer el gustaba de veras Thristan. Me sentí algo mal, por primera vez me sentí culpable de algo. Creo que esto de Thristan me estaba cambiando; pero tampoco podía hacer nada, si ella le quería, yo le amaba, y él me había elegido a mí, así que no le dejaría ir.

Subí a a dormir a mi habitación, Angeline tendría una distinta que mis padres le darían para que pasara esa noche y a la mañana siguiente yo la mandase para Atlantis.
Casi no pude dormir de la emoción, aún sentía escalofríos de solo pensar en sus besos (Bueno, por recordar libremente sin recriminarme todos los que nos habíamos dado) Sonreía como tonta mientras daba vueltas en mi cama, estaba demasiado feliz y ni siquiera recuerdo en el momento en que me quedé dormida.

La luz que entraba por la ventana me hizo darme cuenta de que había amanecido. Yo estaba envuelta totalmente debajo de mis sábanas y pinté una sonrisa tonta en mi rostro para luego volver girarme emocionada sobre la cama. Para mi sorpresa choqué con algo, o más bien con alguien. Me quité la sábana de encima y cuando vi quién era di un grito.

—¡¿Qué haces aquí?!— me quejé tirándole mis almohadas y cojines a la cara, él comenzó a reír.

—Eres tan tierna— dijo pellizcándome la mejilla como si fuera una bebé.

—¡No deberías estar aquí, Thristan!

—No veo el problema— respondió riendo.

—¡No es gracioso!

—Sí que lo es.

—¡Te odio!—dije metiéndome de nuevo debajo de las sábanas, estaba totalmente avergonzada: uno, por mí estado deplorable luego de dormir toda la noche; y dos, porque me vio dando vueltas como una tonta emocionada.

—Arden, sal de ahí.

—No lo haré— respondí haciendo puchero y le sentí reír.

—No me hagas buscarte, sal de ahí ahora, Arden— me pidió moviéndome pero yo solo me removí alejándome hasta el otro lado de la cama.

Entonces noté como se acostaba a mi lado y entraba debajo de las sábanas.

—¡Oye, sal de aquí!— dije empujándole pero me sujetó de las muñecas.

—Ya deja de ser tonta, como sea ya te vi toda despeinada— sonrió.

—¡Thristan!— le reprendí ruborizada.

—Deja de quejarte y ven acá— dijo atrayéndome hasta él y envolviéndome en sus brazos—. Eres tan tierna así de gruñona.

—Y tú eres un tramposo— me quejé pero me acomodé en su pecho y correspondí su abrazo mientras sonreía discimuladamente—. Me gusta esto— admití ruborizada y él besó mi cabello.

—A mí igual.

—¿Cómo llegaste hasta aquí, Thris?— pregunté aún acurrucada.

—Bueno, en realidad, vine a traer a Angeline, nos está esperando fuera.

—¡Y ahora lo dices!—exclamé levantándome de golpe—. Sal un momento necesito cambiarme.

—Por supuesto— dijo y se fue, no sin antes darme un rápido beso de despedida.

Me arreglé rápidamente y les abrí la puerta de mi habitación. Para mi sorpresa, aunque era más que obvio, Kian estaba ahí también. Los tres entraron y luego de una cálida despedida de "amigos", entre Kian y Angeline, abrí el portal y ella lo atravesó.

Arden (Dark Angel II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora