—Por favor, Allaric, sé delicado— dije mientras levantaba mi manga y le entregaba mi muñeca.
—¿Estás segura de esto?— preguntó y yo asentí.
Estábamos en su camarote sentados sobre su cama, ya habían pasado tres días desde que zarpamos y esta era la primera vez que él se alimentaría de mi sangre. Debo admitir que bastante había tardado, me costaba asimilarlo y creo que él lo notó, por lo que me estaba dando espacio, pero un trato es un trato y debía cumplir.
Vi como hacía crecer sus colmillos y los clavaba en mi muñeca, me recosté del espaldar de la cama, me estaba doliendo mucho y de paso me dejaba sin fuerzas. Allaric no bebió demasiado, no quería que terminara inconsciente y mi sangre de alguna forma no solo era más "deliciosa", sino también más nutritiva, por decirlo de cierta forma.
Pensando así me sentía como comida. Era terrible.
Ambos salimos de su camarote, yo me dirigí algo mareada hasta la proa del barco y me recosté mirando el mar. Esos tres últimos días habían sido exhaustivos, nunca pensé que llevar a flote una embarcación fuese tan pesado. Por lo menos estábamos avanzando a grandes velocidades gracias al poder de Thristan, él nos había ayudado mucho.
Desde aquel día en la playa a penas habíamos intercambiado palabras, solo las necesarias y eso me tenía algo sacada de onda. Me sentía horriblemente mal por no recordar y eso me estaba volviendo algo loca.
No pude estar mucho tiempo ahí, necesitaba tumbarme un rato sobre mi cama por lo mal que me sentía, así que iba a retirarme hacia mi camarote, estaba muy mareada. Me di vuelta y sentí que iba a caer, pero dos brazos me sostuvieron con firmeza. Cuando miré hacia el frente era Thristan quien estaba ahí.
—Lo siento— me disculpé alejándome—, estoy algo mareada, ya me voy— comencé a caminar pero sentí como tomaba mi mano.
—¿Podemos vernos esta noche?— me preguntó y yo le miré sorprendida.
—Estamos en un barco de tan solo algunos metros, es imposible que no nos veamos esta noche— bromeé con algo de mareo aún y una sonrisita.
—Hablo de la media noche, cuando todos duerman, quiero que nos veamos a solas.
—Está bien, nos vemos entonces— asentí sin problemas y seguí caminando hasta mi camarote, en el camino me encontré con mi hermano y Ulises; ambos cargaron conmigo y me dejaron sobre la cama.
—¿Por qué estás así?— me preguntó Ulises que estaba sentado junto a mí sobre la cama.
—Allaric bebió de mi sangre y estoy algo mareada.
—Te dije que no era buena idea— me regañó Kian—. No dejaré que lo hagas más, Arden.
—Por favor, Kian, solo es un poco de mareo.
—No me gusta para nada esto.
—Ya basta lo dos, no podemos hacer más nada. Salgan de aquí, quiero descansar un rato— dije acostándome y dándoles la espalda. Lo último que sentí antes de cerrar mis ojos fue la puerta cerrarse y luego abrirse, pero ya estaba dormida—Thristan... Thristan... ¡Thristan!— grité exaltada mientras me despertaba agitada.
—¿Thristan?— escuché que alguien preguntó a mi lado y cuando miré, era Hayden.
—¿Hayden, cuando llegaste?— pregunté algo asustada.
—Llegué hace unas horas, estabas dormida. Pero me causa curiosidad, llevas balbuceando el nombre del príncipe todo el rato.
—¿Qué cosas dices? Por supuesto que no— negué nerviosa. Maldita la hora en la que me dio por soñar con él nuevamente, no me gustaba tener que darle explicaciones a mi hermana al respecto cuando ni yo misma me sabía explicar.
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Arden (Dark Angel II)
Fantasy¿Qué pensarías si hubieses vivido más de un siglo sin poder amar? ¿Sin sentir en absoluto ese sentimiento por nadie? Arden ha vivido así durante más de un siglo, está condenada a vivir sin poder amar a nadie, ni familia, ni amigos y mucho menos cua...