Cuando desperté estaba de vuelta en la habitación, no recordaba cómo había vuelto hasta allí. En ese momento, mientras me estrujaba los ojos para asimilar la claridad, volvió a mi mente el recuerdo de que había estado con el príncipe y que me había ayudado a dormir, de seguro él mismo me había llevado de vuelta a la habitación. Miré hacia el lado y vi que Hayden no estaba. Me levanté y noté que había otro vestido aparte del que me había traído mi hermana la noche anterior. Estaba somnolienta aún, pero fui como pude a tomar un baño. Cuando terminé me puse el otro vestido y salí de la habitación.
Estaba caminando por el pasillo y me encontré con Ulises quien luego de saludarle se ofreció galantemente a hacerme compañía hasta mi destino, el salón del trono, donde tenía planeado hablar con Tritón. Esperaba que luego de haberle ayudado el día anterior dejase de darle largas y me dejara decirle lo que me había llevado hasta su reino.
Cuando llegamos a nuestro destino me sorprendió ver allí al rey, al príncipe y la chica del pelo rojo; me parecía bastante temprano para reuniones, aunque tal vez yo había dormido de más.
—Buen día, majestad, altezas— les saludé con formalidad al tiempo que hacía una reverencia.
—Me alegra verla en pie, princesa Arden.
—A mí también me alegra estar en pie— sonreí ante mi propia broma, dudaba que en algún momento no pudiese estar en pie luego de una batalla, después de todo, nada podía matarme—. Tenemos un tema pendiente usted y yo, majestad.
—Veo que eres una chica muy decidida— comentó con una sonrisa que más que amable, me pareció cortesmente ensayada, así como las que usaban muchos de los nobles de la corte que solo querían hacernos la pelota a mí y a mis hermanos—. Por supuesto que hablaremos, solo espera unos minutos a que termine mi plática con mi hijo y mi futura nuera.
Futura... ¿nuera?
Eso sí que fue un golpe bajo y ni siquiera sabía por qué me importó el hecho de que el príncipe tuviese una prometida. Estaba afectada, debía admitirlo, pero traté de ignorar el hecho, haciendo una cara de que no me importaba para nada el tema y solo me quedé allí parada como una tonta mientras ellos hablaban.
—Hoy en el baile anunciaremos el día de vuestra boda— escuché decir al señor Tritón.
No me gusta fisgonear en estas cosas pero debía admitir que la curiosidad me estaba matando, así que empecé a escuchar los pensamientos del príncipe a ver qué tal le sentaba eso de tener una prometida.
—«¿Tenía que ser hoy? ¡Es mi cumpleaños!»— reclamó él por la mente pero por fuera solo asintió de mala gana.
—«Cobarde»— pensé sin darme cuenta de que al estar en su cabeza él podía escucharme también. Me miró mal y yo le sonreí plásticamente—«Disculpa, no quería interrumpir tu monólogo»
—«¡Sal de mi cabeza ahora!»
—«¿Y si no lo hago qué vas a hacer?»— le desafié.
—«Maldita sea, Arden, deja de fisgonear en mi mente»
Yo reí por lo molesto que estaba y como trataba de discimular para que no se dieran cuenta de nuestra conversación, me estaba divirtiendo muchísimo.
—«¿Por qué no le dices a tu padre que no te gusta y ya?»— pregunté con algo de burla y él casi me asesina con la mirada.
—«Eso no te incumbe»
—«Pues creo que te pondrán la correa, principito»— le piqué para hacerle molestar aún más y le vi apretar los puños. Esto estaba siendo demasiado divertido.
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Arden (Dark Angel II)
Fantasy¿Qué pensarías si hubieses vivido más de un siglo sin poder amar? ¿Sin sentir en absoluto ese sentimiento por nadie? Arden ha vivido así durante más de un siglo, está condenada a vivir sin poder amar a nadie, ni familia, ni amigos y mucho menos cua...