Capítulo XXXIII

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—¿Aún no sabes lo que buscamos?— preguntó Kian cuando descendimos cerca del pueblo.

—La verdad es que no, por lo menos queda bastante cerca, así que podremos volver hoy mismo a Ahrimán— respondí tranquilamente mientras observaba el lugar.

Salimos al otro día de que Gabriel me contactó para que cumpliera la misión. Decidimos ir volando, mi madre nos prestó a Bargdy para así poder llevar a Anagashi y a Thristan con nosotros también. Íbamos el mismo grupo, excepto Hayden a quien le pedí que se quedara; tenía cosas que resolver consigo misma aún, así que yo era la única chica en ese grupo de chicos.

Entramos al poblado, estaba muy silencioso lo cual me sorprendía porque habíamos oído hablar de él antes, y las descripciones no eran para nada así.

—Esto se parece mucho a nuestra primera misión, ¿no crees?— comentó Kian riendo.

Sí que se parecía, pero no tenía ganas de lidiar con fantasmas de nuevo, la verdad. Miré alrededor, no entendía el silencio y las calles estaban completamente vacías. Me estaba empezando a parecer sospechoso el hecho de no habernos topado con una sola persona en todo el rato que llevábamos caminando alrededor, ni tampoco haber siquiera oído un ruido, voces o algo que delatara la presencia humana en el lugar.

Le pedí a Ulises que alzara vuelo y mirara desde arriba para ver si encontraba algo. Yo caminé hasta una de las casas y abrí la puerta entrando con cuidado al ver que abría sin oponer resistencia.

—¿Hola? ¿Hay alguien?— pregunté pero no me respondieron y esa sala estaba vacía. Entré a la habitación continua y entonces entendí lo que sucedía.

—¿Encontraste algo, Arden?— preguntó Thristan entrando y se espantó al ver lo que había. No le pude responder, solo me di vuelta casi dejando que volviera mi estómago. En la casa solo había una cama y sobre ella estaban una pareja, descuartizada.

—Arden, está llena de cadáveres descuartizados y acomodados como su estuviesen vivos. Es lo más escalofriante que he visto en mi vida— me dijo mi hermano saliendo de una de las casas, pálido como su hubiese visto un fantasma.

Bueno, había visto cadáveres descuartizados, eso es peor.

—La sangre se secó no hace mucho, estas personas estaban vivas ayer en la mañana— comentó Anagashi llegando al lugar también luego de su recorrido.

—¿Ayer en la mañana?— pregunté con remordimientos y él asintió. Aquello me cayó como un balde de agua fría. No podía creerlo, mientras me divertía en mi cita con Thristan estaban masacrando a estas personas en mi propio reino.

—Creo que alguien vino y asesinó a todos, Arden— oí que dijo Ulises descendiendo junto a nosotros.

—¿De qué rayos va esto? ¿Cómo pueden asesinar a todo un pueblo sin que nadie lo sepa? Ni siquiera hay señales de lucha, es como si se hubiesen dejado asesinar ellos mismos— estaba aturdida y completamente desesperada, no podía creer que semejante masacre había sucedido justo en frente de nuestras narices—. Todo esto es mi culpa, no debí tomarme ningún tiempo, tenía que haber continuado con la misión si tan solo...

—Cálmate, Arden.

—¡No puedo calmarme, Thristan!— dije exaltada ante su interrución y con un dolor en mi pecho— ¡Cielos, no puedo hacerlo! ¡¿No ves que mientras ayer estábamos jugando como tontos, asesinaban a estas personas?! ¿Cómo quieres que me calme?

—Arden, estás siendo injusta contigo misma, no podías saber que esto estaba pasando—me dijo mi hermano y yo le miré desesperada.

—Todo es culpa mía, no debí haberme entretenido— comencé a caminar alrededor sin saber qué hacer—. Por favor, revisemos todas las casas y averigüemos de qué se trata esto verdaderamente.

Arden (Dark Angel II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora