Capítulo XXVI

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Llegamos a la superficie y Thristan me ayudó a subir de vuelta a la nave. Cuando estuvimos en la cubierta los demás nos estaban esperando.

—¿Ya completaste la misión?— fue lo primero que preguntó Kian en cuanto nos vio.

—Las cosas serán mucho más difíciles que eso. Son demasiados fomorians, debemos bajar todos. Ese rey Elatha, es un desgraciado que tiene a unas cuantas niñas para hacer no sé qué sacrificio— respondí molesta—. Por ese motivo es que estamos aquí.

—La cuestión es que son demasiados fomorians y por lo menos deben haber más de veinte chicas allá abajo— añadió Thristan.

—Tengo un plan pero los necesito a todos en ello.

—Yo no pienso bajar contigo a ningún lado, es más, que cuando lleguemos a tierra me iré de regreso a Ahrimán— dijo Hayden molesta y se fue del lugar.

—¡Hayden! ¡Hayden!— le llamé para que no se fuera pero ella no me escuchó ¿Podría ser más infantil? Miré a Ulises y luego a Kian— ¿Ustedes también van a dejarme sola en esto?

—Lo siento, Arden, pero yo no tengo ganas de convivir con ustedes por ahora— dicho eso Ulises se fue también.

—Yo hablaré con ellos, Arden, no pienso dejarte sola, pero creo que deberías aclarar tu relación con Thristan— me susurró bajo—. Será lo mejor para todos.

Kian se fue también de lugar y yo fui hasta el barandal del barco, estaba molesta y decepcionada por la actitud de Hayden y Ulises. Ellos no tenían derecho de comportarse así, no había pasado nada, además, las misiones no tenían que verse afectadas por cosas tan insignificantes como esas. Habían vidas en peligro y ellos solo pensaban en sus estupideces infantiles.

—Arden...

—Ahora no, Thristan, no quiero hablar— le interrumpí sin ganas de escuchar nada más al respecto del mismo tema.

—No digas eso. Mírame, Arden— me giró—. Necesitamos hablar, no puedes seguir así conmigo.

—Basta con esto, Thristan— me alejé de él—. Ambos sabemos que esto no es bueno para nadie.

—¿No es bueno para quién?

—Para nadie, Thris. No es bueno ni para ti, ni para Hayden, tampoco para Ulises, ni siquiera para mí.

—¿Por qué no es bueno? ¿Solo porque ellos no quieren que estemos juntos?— preguntó molesto.

—Es que no estamos juntos, Thristan. Tampoco podemos estarlo, yo soy una irin, enamorarme de alguien no es lo mío, ¿entiendes?

—¿Y quién dijo que no es lo tuyo? ¿Acaso no sientes nada cuando estoy cerca?— preguntó acercándose a mí y acariciando mi rostro haciéndome cerrar los ojos ante el contacto— ¿No sientes absolutamente nada cuando te toco, cuando te beso?— era imposible no sentir nada, él desordenada todo en mi interior y tenerlo tan cerca sentía que me cortaba la respiración.

—Esto no está bien, Thristan— retiré su mano abriendo los ojos—. Mi hermana es tu prometida— sonreí con molestia por lo que iba a decir y mis ojos comenzaban a escocerme por retener las lágrimas—, y ella está enamorada de ti, no puedo hacerle eso.

—¿Enamorada de mí? Si no hace nada estaba enamorada del Ulises ese— se quejó exaltado y me sujetó por los hombros para que le mirara—. Yo te quiero a ti y no es algo de hace poco, tú lo sabes mejor que nadie, Arden, no puedes pedirme esto.

—Eso no importa— respondí quitando sus manos—, yo no tengo derecho de arruinar la vida de mi hermana por un capricho. Yo no puedo amar, Thristan, debes entenderlo— comencé a caminar para irme.

Arden (Dark Angel II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora