Diecisiete

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Solté un pequeño suspiro antes de salir del auto que Seokjin me había prestado a escondidas de Namjoon, se volvería loco al saber que conducía tal cosa. Según mi hermano menor, aún pensaba que no tenía la capacidad para conducir uno.

Dirigí la mirada hasta el espejo retrovisor pensando una y otra vez si era buena idea bajar del auto y presionar aquel timbre. Sentía la necesidad de pedirle disculpas, no podía estar tranquila sin haberlo hecho. Acomode mi cabello y salí del auto, decidida. La zona por la que vivía Jimin era realmente bonita, quiero decir, todas las casas tenían su toque que las hacía resaltar. Tenía entendido que es hijo de los Park, una familia de abogados muy importante en Seúl. Pero él no quería seguir aquella cadena.

Presione el timbre por algunos segundos y retrocedí un paso esperando que abrieran la puerta. Me sentía demasiado nerviosa, mis manos sudaban tanto que las pasé por mi pantalón para secarlas un poco.

— ¿Que haces aquí, Sora? — Me sobresalte al escuchar su voz, trague saliva y jugué con mis manos. Su rostro era serio, con la ceja izquierda alzada esperando mi respuesta.

— Eh, quiero hablar contigo. ¿Puedo entrar? — No entendía de donde había sacado todo el valor para hablarle, Park me miró por algunos segundos, debatiendo en su mente si sería buena opción, supongo. Al final, asintió y se hizo a un lado para permitirme pasar a su casa. Había buenos recuerdos aquí, Jimin estuvo todo el tiempo conmigo tratando de hacerme entender que debía separarme de Taehyung. Pero no funcionó.

Me sentí un poco incómoda cuando lo miré por completo, solo llevaba unos pantalones chándal, su cabello rubio se encontraba despeinado y dando a la luz su torso donde adornaba un tatuaje. He de admitir que tiene un bonito cuerpo. Pareció percatarse que lo miraba mucho porque soltó una carcajada.

— No deberías hacer eso, ¿no crees? Lo que menos deseo es tener a Kim frente a mí reclamándome porque su adorada novia quedó encantada con mi cuerpo. ¿O me equivocó? — Se cruzó de brazos, coloque los ojos en blanco y me desplome en el sofá con toda la confianza del mundo. Jimin chasqueó la lengua e imitó mi acción, no tenía la iniciativa de ir a su habitación para colocarse una camiseta.

— Déjalo así, vengo a hablarte de otro tema...bueno, tiene mucho que ver con Taehyung.

— Ya, es impresionante hasta donde has llegado, Sora. Quiero decir, ¿te has dado cuenta de los hombres que has perdido por culpa de Kim? Chicos que realmente son buenos para ti, te lo han demostrado pero no entiendo cuál es tu obsesión con Taehyung, porque lo es — De acuerdo, lo sentí como un regaño. Ni siquiera mis hermanos me habían dado una buena platica sobre ello, eso no quiere decir que no me quieran o algo parecido, es mi culpa. Por no comentarles todo lo que ha pasado, aunque, ya tenían a Taehyung en un concepto no muy bueno.

— Es difícil, ni siquiera sé cómo explicarte esto — Dirigí mi mirada a mis manos las cuales fueron tomadas por Jimin, tenía unos bonitos anillos plateados en la mayoría de sus dedos. No se parecían a los de Kim, solía usar un poco más extravagantes y coloridos, de vez en cuando. Recuerdo el día que golpeó mi mejilla por accidente, dolió como nunca.

— Eres tonta, así de fácil.

Miré a Jimin con el entre cejo fruncido, él me sonrió sin mostrar sus dientes, parecía más una sonrisa falsa. Mordí mi labio inferior volviendo mi mirada a nuestras manos, por alguna razón, me gustaba su tacto. Eran suaves, como las de un bebé.

— Se que lo soy por todo lo que me ha hecho, pero vamos, él puede cambiar — Dije, con esperanzas de que así fuera. Mientras tanto, Jimin soltó una risa nasal, burlándose de mis palabras. Me sentía cómoda con él, a pesar de todo. ¿Estaba bien sentirlo?

Without Me | KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora