Dieciocho

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A pesar de que a mi lado tenía a Park, me sentía triste. No era para nada fácil dejar ir a una persona con la que «literalmente» pasabas todos tus días completos. Jimin me dijo que era lo mejor porque Taehyung no era bueno para mí. No merecía esto. Y por primera vez, estuve de acuerdo a sus palabras, pero aún así me era difícil. Y esta bien, no hay problema por eso, sabía que poco a poco podría ir saliendo de mi vida. Pero, ¿como haré eso? Si lo veía todos los días, parecía que lo hacía a propósito. Me restregaba en la cara lo feliz que es, y me alegraba. Al menos él si lo era.

— No lo mires, Sora — Me indicó Jimin, desvíe la mirada hasta caer en el rubio. Asentí con una pequeña mueca en mis labios, dejé a un lado el tazón de ramen, el apetito se había ido.

Al principio llegué a pensar que Jimin solo se metía en nuestra relación como un intruso más, que estaba involucrándose en algo donde no lo llamaban. Pero entendí que sus intenciones eran ayudarme y sacarme de ese lugar tóxico. Me contó absolutamente todo lo que Taehyung había hecho a mis espaldas, la pelea entre ellos y el como Park me defendió a pesar de no ser amigos. Lo cual le agradecí, pude notar quien es el verdadero hombre.

— Lo siento, solo fue por algunos segundos.

— Se que es difícil, pero poco a poco te irás desprendiendo de él. Y yo estaré aquí, para ayudarte, no voy a presionarte. ¿De acuerdo? — Me dedicó una leve sonrisa que me hizo sonreír muy grande. Los días a lado de Jimin eran muy lindos, siempre esta al pendiente de mí y del como me sentía. Me vio derrumbarme por una persona que no vale la pena y aún así, él estuvo ahí, abrazándome cuando más lo necesitaba.

— Quiero que me acompañes a un lugar — Le comenté, Park frunció el entre cejo y soltó los palillos para regalarme toda su atención. Miré aquel tazón de ramen que «por cierto» estaba completo, volví a acercarlo hacía mí para seguir comiendo. Mis hermanos me enseñaron a no desperdiciar la comida y era justamente lo que estaba haciendo.

— Claro, ¿a donde? — Recargó su mentón en la palma de su adorable mano. Eran pequeñas pero muy lindas, me gustaba que siempre llevara anillos en sus dedos.

— Lo sabrás cuando lleguemos al lugar.

— Estas un poco rara, ¿no me abandonaras en ese lugar, cierto? — Soltamos unas pequeñas carcajadas, negué con la cabeza repetidas veces.

— Por supuesto que no, se que te gustará. Bueno, supongo. Me trae muchos recuerdos pero... no puedo hacer más. — Me encogí de hombros, Jimin asintió entendiendo que aquel lugar traería a mí los recuerdos con Kim. Dicho eso, inconscientemente mi mirada se desvió del rubio para terminar en Taehyung. Se encontraba en una mesa con sus amigos al rededor quienes reían a carcajadas debido a «tal vez» ciertas anécdotas que contaban o chistes. Pero él no reía, solo... me miraba. Un rostro serio pero a la vez molesto, su ceja izquierda se encontraba arqueada, noté la molestia de inmediato al ver como su lengua jugaba con las paredes interiores de sus mejillas. Me sorprendí al notar dos perforaciones: Labios y cejas.

— ¿Podemos irnos de aquí? Comienzo a sentirme incomoda — Susurré, Jimin asintió enseguida y se levantó de la mesa recogiendo su basura para tirarla en el contenedor más cerca. Tomé mi mochila y coloque el asa en mi hombro, entre mis manos estaba el pequeño tazón de ramen que aún no se encontraba vacío como lo deseaba. Lo único que quería era irme de ese lugar donde no estuviera Taehyung.

Jimin me tomó de la mano para guiarme fuera de la cafetería, no me sorprendía que ciertos alumnos nos miraran con intriga. Por los pasillos rondaba la gran noticia de nuestra traición hacía Kim Taehyung. Tuve el desagrado de escuchar a dos chicas en el baño hablando sobre mí, diciendo que deseaban estar en mi lugar.

Without Me | KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora