CAPITULO 49

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____: Es navidad, es navidad. Papa Noel ha traído regalos.

Los Gritos de la pequeña niña resonaban por toda esa casa.

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Ahora una ronca pero maravillosa voz llamaba a la niña. La pequeña miraba por todos sitios, pero esa misteriosa persona no aparecía por ningún sitio. Parecía que esa mágica voz saliera de todas las paredes de esta casa, de todas y cada una habitación de esta preciosa casa.

La voz desapareció sin más, aun así, a la pequeña ____ no le importaba eso, ella seguía con su enorme sonrisa adornando su hermosa cara. La niña se acercó a los regalos que se encontraban debajo del árbol. Se agacho, posando sus rodillas contra el suelo. Sus pequeñas manos cogieron uno de los paquetes. Marta. Ese no era para ella, aun así no perdió la esperanza para que el siguiente fuera suyo. Marta. Dentro de ella la luz se fue apagando, ese regalo nuevamente no era de su propiedad, aun así sus fuerzas y esperanza para encontrar el suyo no faltaban. Marta. Marta. Marta. Marta.
Todos y cada uno de los regalos que habían pasado por las manos de ____ no había su nombre escrito por ningún sitio, sino que el de su hermana. Eso hizo que sus esperanzas se esfumaran sin más y que la luz que había dentro de ella, mostrando su felicidad, se fuera apagando poco a poco. Ya no quedaba ningún regalo que no hubiera mirado la pequeña niña. Sin más, recostó su cuerpo al suelo, mirando los regalos de su hermana menor de 4 años. Suspiro. Marta ahora era la princesa de esta casa, hasta Papa Noel lo sabía, ya no habían regalos para la pequeña princesa descoronada de la casa.
Sus ojos se abrieron como platos volviendo a brillar como lo hacían des de un principio, a lo lejos y debajo del árbol se encontraba una pequeña cajita envuelta con papel de diario. Sin pensarlo dos veces arrastro su cuerpo por el suelo, pasando por debajo del árbol, para así poder llegar a ese pequeño paquete. Cuando llego a él, lo cogió como si fuera un precioso diamante de lo más valioso. Le dio mil vueltas al pequeño regalo, buscando el nombre de la persona a la cual le pertenecía, pero al parecer ese regalo no tenía dueño.
Con cuidado, salió de donde se encontraba para ocupar un pequeño puesto del sillón, de su sagrado sillón que solo ella sabía encontrarle lo perfecto con el simple hecho de que nadie más que ella se sentaba en aquel viejo sillón.

Sus ojos miraban atentos a sus padres y a su hermana abrir sus enormes regalos. Muñecas, ropa, maquillaje, ropa para su muñeca, un carrito para pasear a su muñeca... Hasta una corona se encontraba a lo alto de su cabeza, adornando su precioso y largo pelo rubio. Todo para su hermana era perfecto, tenía millones de regalos con los que disfrutar con papa y mama. En cambio ___ solo tenía un pequeño paquete envuelto con papel de diario de mala manera, del cual no sabía si realmente era para ella.
Con cuidado rompió el papel, encontrándose con una caja de cartón en sus manos. La abrió, encontrándose un papel doblado a lo alto del paquete. Sus pequeñas manos lo cogieron y desplegaron. Era una carta, que con dificultad empezó a leer.

"Quizás no sea una corona de oro con preciosos diamantes, pero debes saber que una corona no hace a la princesa, sino que la persona se hace a si misma princesa. Quiero que seas la princesa de tu propio mundo.

Alguien que te quiere xx"

La pequeña miro dudosa dentro de la caja. Una preciosa corona de flores blancas se encontraba al fondo. Con cuidado la saco de allí, admirándola. Recordando la carta de esa misteriosa persona, coloco la corona a lo alto de su cabeza, como si estuviera hecha expresamente para ella encajo a la perfección y haciéndose así misma princesa de su propio mundo al que ahora se encontraba.

***

Caricias, eso era lo que me despertaba. Abro mis ojos despacio, así viendo mi silueta de hombre preferida y esa curva que formaban sus labios, junto con esos ojos verdes brillando al ver a los míos por primera vez en este dia.

no desde siempre, pero si para siempre [Harry Styles y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora