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La noche de Halloween, el día en el que todos los muggles se disfrazan de algo aterrador, o eso intentan.
Muchas se disfrazan de brujas, como si fuésemos el peor monstruo que puede haber.
Sus historias de terror suelen comenzar con un Érase una vez... y acaba con la bruja muerta. En mi historia eso no pasa, en mi historia la bruja gana.
Pero no es el caso, los brujos no somos malos... no todos. Para algunos magos/brujas nuestra prioridad es llegar a tiempo a pociones, aprender un nuevo hechizo, ganar ese partido de Quiddich o lo más importante... los TIMO.
Hoy es la noche de brujas, y ¿que mejor lugar para celebrarlo que hogwarts? El hogar de nosotros, los brujos.
-Vamos Ronald, tenemos que ir a ver a Hagrid, no quiere enseñar algo. -le meto prisa a Ron quien come como si la vida le fuera en ello.
Hagrid nos aviso ayer que tenia algo que quería enseñarnos, Hermione y Harry ya estarían alli.
-Vamos vamos. -hablaba con la boca llena mientras bebía un sorbo de su jugo para bajar la comida.
Todo Howgarts estaba decorado, en el gran comedor había calabazas en el aire, el ambiente era acogedor, era sin duda la mejor época del año.
Cuando llegamos a la cabaña de Hagrid ya estaban alli Hermione y Harry.
-Por fin, pasad y cerrad la puerta. -eso hicimos y tomamos asiento en los grandes sillones.
-Y bien Hagrid. -inquirió Harry esperando.
-Mirad. -se da media vuelta y sacar un cubo con un paño por encima, lo destapa y de el se asoma una cabeza.
-¿Que es eso? -pregunté mirando a la criatura.
-No lo tengo claro, lo encontré en el bosque prohibido y... -Hermione salta interrumpiendo.
-¿El bosque prohibido? Estás loco Hagrid, por algo está prohibido, habitan misteriosas criaturas y a saber que más. -agita sus manos en lugar de la criatura, está le miró con lo que pareció ser una cara de desprecio.
-Estaba sola bajo un árbol, no podía dejarla ahí sola, cualquier otro ser vivo de alli podía haberla matado. -Hagrid miró a la criatura con amor.
-O matarte a tí. -le dije.
-Se que estuvo mal y deberia devolverlo, pero no hoy. -negó rápidamente.
