Crepa es mi OC más querido, así que decidí volverla la protagonista de mi fictober de este año. Originalmente ella es una híbrida (mitad ángel/mitad demonio), hija de Zira y Crowley (protagonistas de Good Omens); en cada capítulo de este fictober le...
El pueblo de Tadfield estaba habitado principalmente por ángeles y demonios: esto se debía a que los fundadores del pueblo habían sido un ángel y un demonio respectivamente, y como líderes respetados de sus comunidades habían atraído al lugar a muchos de los suyos. Ya con el tiempo habían venido pobladores de otras etnias, como la gente serpiente, las personas pájaro y los vampiros, pero en esencia seguía siendo un pueblo con mayoría de ángeles y demonios.
La sana convivencia de tantas criaturas diferentes era producto de dos cosas: un pasado turbio y un presente comprometido con mejorar. Décadas atrás una guerra había asolado la región y había causado innumerables desgracias, debido a las ideas supremacistas de ciertos grupos. El gobierno actual había prohibido todos los actos de discriminación por raza, una medida necesaria para proteger la integridad de sus ciudadanos. Así, las generaciones más jóvenes habían tenido la dicha de crecer en un ambiente mejor, donde todos respetaban a todos y nadie era apartado por pertenecer a una minoría.
-Entonces... papá... ¿me aseguras que cuando vaya a la escuela, nadie se burlará de mí?- preguntó Crepa con temor a uno de sus padres, Crowley. El demonio le sonrió y asintió con seguridad.
-Te lo aseguro, princesa. Serás la chica más admirada de la escuela, ¡ya lo verás! Y si alguien te dice algo, tú solo písalo con tus cascos...
-¡Crowley! ¡No le enseñes esas cosas a nuestra hija, que horror!- lo regañó Aziraphale mientras el pelirrojo se esforzaba por no reír a lo loco. Crepa, nerviosa, también se puso a reír y a agitar la cola.- Crepita, tesoro, ve por tu mochila y quédate tranquila. Sé que eres la primera centáuride en vivir en este pueblo, pero te garantizo que no tendrás ningún problema. No solo por lo que dice la ley, sino también por lo maravillosa que eres. ¿Cómo podrías caerle mal a alguien?
Crepa obedeció a su padre y se metió en su cuarto para tomar su mochila y observarse en el espejo. Era una centáuride de tamaño mediano, medía 1,75 y pesaba 600 kilos. Su parte equina era delgada y lozana, color beige, y su cabello y cola de un rubio claro muy suave y sedoso. Sus cascos eran delicados y no tenían herraduras, algo que había evitado por miedo. ¿Quién quería a un doctor que le clavara esas horribles cosas en sus patas? Pero tendría que hacerlo tarde o temprano, sobre todo si empezaba a ir a la escuela.
"No podré hacer la clase de educación física sino tengo herraduras. ¡Dios mío, no quiero ni pensarlo!" se dijo agitando la cola con nerviosismo. Al final suspiró y se arregló el cabello con dos grandes rodetes, se alisó la camisa del uniforme y se colgó la mochila al hombro, volviendo a la sala para que sus padres la despidieran.
-Bueno, tesoro, ya es hora que vayas yendo... ay... ¿segura que no quieres que te acompañemos? Lo haríamos con gusto sabes, ¡dile, Crowley!
-Se los agradezco mucho a ambos, papá, pero en serio creo que es mejor ir sola. Es verdad que estoy nerviosa, pero bueno, ya tengo quince años. Yo...