Crepa es mi OC más querido, así que decidí volverla la protagonista de mi fictober de este año. Originalmente ella es una híbrida (mitad ángel/mitad demonio), hija de Zira y Crowley (protagonistas de Good Omens); en cada capítulo de este fictober le...
Al norte del bosque Tadfield, entre el territorio de la gente lobo y los humanos, vivían las personas gato. No eran tan apegados a la vida salvaje como los lobos, ni tan sociales y civilizados como los humanos. Eran criaturas de una extraordinaria belleza e inteligencia, capaz de convivir con ambos mundos sin dejarse arrastrar por ninguno de ellos. Algunas personas gatos tenían sus viviendas apartadas del poblado principal, lo más cerca posible de la naturaleza, y otros tenían cabañas tan al límite del pueblo humano que con frecuencia viajaban allí a conocer más de su cultura.
-Pero viajar al mundo humano es peligroso- le advirtió Aziraphale a su hija, la pequeña Crepa.- Nunca debes ir sola allá, ¿entendiste, tesoro?
-Sí, papi...
-Cuando seas grande podrás ir sola si quieres, pero mientras seas niña no harás excursiones sola. No queremos que te pase nada, cariño, así que por favor no olvides esto.
Crepa le prometió a su papá que no lo olvidaría y luego fue a su cuarto a jugar, mientras se preguntaba por qué los adultos tenían tanto miedo de mezclarse demasiado con los humanos. Ella había ido solo dos veces, en excursiones de la escuela, y no le había parecido nada peligroso. Los humanos sabían de la existencia de criaturas fantásticas en el bosque y no los perseguían, por lo que sinceramente no entendía la razón de tantas precauciones.
(...)
-¡Pst! ¡Oye, Crepa!
-¿Eh?- Crepa apartó la vista de sus ratones de juguete y escudriñó entre los arbustos de su patio, en busca de quien fuera que le había chistado. De los arbustos no salió nadie, pero si de un árbol enorme detrás de ellos: una niña gata rubia y de grandes ojos amarillos se balanceó con gracia hasta el suelo, aterrizando de forma impecable y sobresaltándola un poco.
-¡Lilith! ¡No hagas eso de nuevo, me asustaste!
-Ohh, ¿qué clase de gato eres tú, que te asustas tan fácil? Vaya...
-¿Qué quieres, Lil? No creo que hayas venido a jugar nada más.
-Y tienes razón, vengo a invitarte a salir. Crepita, ¿dónde se ha visto que los gatos vivan encerrados en casas? Los gatos tenemos que ser libres.
-Tenemos diez años...
-¿Y qué? Tenemos piernas, y agilidad, y somos más fuertes que cualquier criatura. Siempre pensé que los adultos se preocupan demasiado por todo, y que nos creen débiles para salir solos al mundo. ¡Tenemos que demostrarles que no es así!
-¿De qué hablas?
-He planeado una excursión al poblado humano- susurró la gata rubia.- Será pan comido, iremos Raven, David tú y yo, es decir, si te nos unes. Oímos que hay una tienda de dulces humanos nueva, y como nunca probamos dulces, ¡es nuestra oportunidad!