Capítulo 24

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Narra Jonathan

La proximidad entre los dos cuerpos me hacía temblar de temor... ¿era la oscuridad pura la que se extendía frente a mi?,¿o simplemente el miedo a morir me hacia alucinar? Sus fuertes ojos azules ardían con la llama de la venganza y de su boca salía un olor pútrido que me daba náuseas.
Por fin logré que en mi mente se formara una frase coherente y traté de abrir mi boca para articular la oración, pero simplemente se escuchaba el tenso ruido del silencio y mi respiración alterada...

Me esforzaba para que las palabras fluyeran como es natural, pero una fuerte presión en el pecho me sacaba el aire e impedía que salieran.

El oxígeno se me agotaba y tenía que actuar rápido. Con el único aliento que me quedaba traté de safarme de su fuerte agarre, pero fue simplemente inútil. Aquella fuerza que me inmovilizada no era natural, y aunque tratara de forcejear con ella, mis esfuerzos eran nulos.

No se que es lo que tengo en frente, pero las facciones de su rostro me hace creer que en algún tiempo fue un ser humano. Largas marcas de heridas lo atravesaban dando a conocer un cuerpo totalmente deforme. Su rostro se encontraba mutilado y sus dientes podridos.

Su cara estaba tan cerca de la mía que podía oír su respirar... ¿o era yo?.

Tomé una última bocanada de aire y la contuve para tratar de oír mejor la respiración de aquella criatura, pero al escuchar la nada, me vino la tenebrosa realidad... Ese cuerpo que se encontraba frente a mi... no respiraba.

Su boca se abrió y una espesa niebla negra empezó a salir de ella en volviéndome desde los pies. Me esforzaba por tomar aire antes de que esa niebla me tragara, pero aunque lo intentara... ya no podía.

Un susurro se empezó a escuchar, sus palabras no parecían de mi idioma. Los ojos de aquella espantosa criatura se hacían mas grandes conforme la niebla subía y temía que ellos fueran los que me devoraran.

La niebla subía y no había nada que la detuviera, de aquel mar negro comenzaban a descubrirse unas manos que me tomaban y me arrastraban cada vez más a las tinieblas.

Una de ellas al tocar mi pecho pareció retirarse con temor. Las que la precedían empezaban a temer y a tratar de evitar ese lugar, pero de el una tenue luz salió de la nada, cada vez se iba extendiendo mas y mas, un viento cálido me reconforto. Las manos huían despavoridas a ocultarse de nuevo en la niebla evitando que aquella luz siquiera los tocara.

La luz rozó la tenebrosa cara de la criatura dejándola hecha ceniza mientas la niebla empezaba a bajar. Los restos de su espantosa cara caían y empezaban a formar a un nuevo ser. La niebla ya se había retirado y yo ya podía volver a respirar.

Los restos del antiguo monstruo se acumulaban en el suelo dejando ver esta vez una silueta humana. La oscuridad se apartaba para que se pudiera ver el rostro de ese hombre. El, al dar un paso adelante dejó una parte de su cara clara y eso me hizo reconocer de quien era ese rostro, retrocedi dos pasos al no creer lo que pasaba y me quedé impactado al detallar lo mejor.

Aquél hombre tenía un rostro que ya había visto antes... Ese rostro era el mío.

Traté de alejarme de esa mala copia mia pero mi espalda choco con una superficie fría. Yo me... digo... aquel hombre se acercaba y conforme avanza la oscuridad volvía a tomar toda la habitación. Ahora se encontraba como a un metro de distancia, poco terreno nos separaba.

Su labio se estiró formando una misteriosa sonrisa. Miré sus ojos pero me sorprendió al ver que al igual que la habitación... se encontraban oscuros, parecían sin alma.

-A..alejate- la distancia que nos separaba se iba disminuyendo- no..m..me toques...¡monstruo!-

Se rio con un toque malvado y levantando la mirada hacia mi dijo- ¿Yo?... ¿monstruo?- Fingió una cara de tristeza, pero luego volvió su sonrisa- Si yo soy un monstruo, ¿qué eres tu?, que yo sepa tu eres el que utilizas a tus llamados protectores como escudos- dio dos pasos mas hacia adelante- y tu te haces llamar su amigo- Me escupió lo último como si fuera veneno y aunque no quisiera, tenía razón.

-No, y..yo trato de cambiar, yo los voy a proteger - Tartamudeaba por el miedo que sentía en ese momento.

-Psss, mírate... Ni siquiera puedes articular bien las palabras, ¿como piensas enfrentarte al supuesto mal, si ni siquiera te puedes enfrentar a mi frente a frente?- Si estiraba mi mano lo podía tocar, ya se encontraba enfrente mío- A mi... a ti mismo, seguramente correrías a esconderte bajo el cuidado de tus guardianes, o prefieres ir y usar como escudo a esa chica... ¿Cómo se llamaba?, Shannon.. ¿verdad?- Puso una cara compasiva- ¿o estoy equivocado?.
Cuéntame Jonathan, ¿si somos tan iguales... que nos hace diferentes?- Cerré los ojos fuerte para tratar de no mirarlo- ¡Dime!, ¡dime Jonathan!, ¡que te diferencia de mi!- Su voz se escuchaba cada vez mas fuerte- ¡Dime!-

Todo se calmó y lo que escuche fue puro silencio, abrí los ojos y ya no se encontraba. Aliviado me volteé para ver la manera de irme de aquel extraño lugar, pero el se encontraba a unos centímetros de mi rostro, y lo último que dijo lo dijo en apenas un susurro audible.

-¿O es que no tienes ni idea?- Su mano se movió velozmente atravesando mi pecho.La misma luz que había ahuyentado a las asquerosas manos y había desintegrado a aquella criatura apareció. Pero esta vez no parecia hacerle nada a él. Sentí una punzada en el corazón y cuando baje la mirada su mano seguía atravesando mi pecho y esta vez la luz se iba desvaneciendo poco a poco. La desesperación me invadió y lo que pude hacer fue gritar, solamente gritar.

Todo se puso oscuro y cuando todo se volvió a aclarar me encontraba en una habitación... La habitación de la cabaña de Brooke. Sentí alivio al recordar que aquello solo había sido una pesadilla. Me encontraba todo sudado y mi corazón palpitaba velozmente. Sólo un sueño pensé... Sólo un sueño.

***

Durante aquella noche lo único que podía ver eran espantosas pesadillas, siempre terminaba con mi propio rostro viéndome sufrir, sólo observándome retorcerme de miedo y dolor. Aquél dolor se sentía tan real y el miedo... el miedo que sentía dolía aún más que artificiales heridas. En muchas de esas pesadillas podía ver a mis amigos morir, y el miedo de perderlos me carcomia por dentro. Tengo hasta un recuerdo borroso de mi madre en aquel sueño, pero ella no sufría... no moría, sólo me observaba con cara de preocupación y cada vez que trataba de acercarme a ella, una mano se posaba en su hombro, y la arrastraba lejos de mi. Mi padre también apareció en uno, estaba... vivo, y sonreía tratando de ocultar desesperación.

Y siempre en el sueño, podía escuchar susurros... Susurros, esos malditos susurros, nunca supe que decían, pero en cada pesadilla, los podía oír más y más fuertes y me preocupa poder escuchar lo que dicen...

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Hola a todos mis lectores.

He tenido problemas para subir los capítulos, y algunos se me han borrado, pero ya estoy devuelta y sigue en pié el maratón ;).

Att : I.V

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