6. Única

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Viernes, enero del 2020.

Natalia la esperaba para comentarla la noticia de su marcha a Madrid y la intención que tenían sus amigos y ella de olvidarse estos días.

—¿Natalia? —preguntó al verla.
—Hola.
—¿Por qué no habéis bajado a cenar? —se acercó dejando distancia entre ellas.
—Hemos estado... ocupados.

Y bastante ocupados, habían estado discutiendo un rato más después de que decidiesen irse. Según entró Natalia a su habitación María la acribilló con preguntas.

—¿Cómo que nos vamos? ¿Ya es seguro?
—Sí, pero si te quieres quedar... —sacó la maleta de debajo de la cama para empezar a hacerla—. Lo único que te volverías a Madrid sola.
—No, yo me voy con vosotros, ¿a qué hora?
—Seguramente que nos vayamos por la tarde, aún hay que decir lo de la reserva.
—¿Y qué vas a hacer con tu rubia?
—Yo nada, ¿tú con Pablo? —preguntó para cambiar de tema.
—Follar durante toda la noche y mañana —rió.

María no tenía filtro alguno a la hora de expresar su opinión, y quizás eso había hecho que congeniase tan bien con los demás porque a decir verdad, eran muchísimo más cuidadosos con el vocabulario que María.
Cuando terminaron de recoger toda la habitación y haberla reducido en tres maletas, Natalia decidió ir a hablar con Alba.

—¿Al final os vais? —preguntó Alba intentado disimular su tristeza.
—Sí, eso parece, mañana Carlos os dirá lo de la reserva. Siento no tener la oportunidad de disfrutar de estas semanas. Aunque creo que diversión no te va a faltar... —dijo refiriéndose a Claudia.
—Ya, ¿volveréis?
—No sé, puede que estés hablando de unos meses o quizás años, nunca se sabe... —hizo una pausa para respirar profundamente—. Y siento lo del concierto, me hacía mucha ilusión estrenar una canción en vivo...

Por la cabeza de Natalia pasaba la posibilidad de ir a la habitación y hacer lo que tenía planeado.

—Sabes qué, vamos a mi habitación —cogió su mano y la llevó a su habitación.

La morena cogió la funda de guitarra que estaba colocada a los pies de su cama, la abrió y una guitarra negra y perfectamente cuidada apareció.

—Me la regalaron mis padres cuando me fui a Madrid.
—¿De dónde eres? —preguntó Alba expectante sentada en la cama.
—Pamplona —buscó entre su maleta un cuaderno—. Se llama "Don't Ask", y habla un poco de nuestro "pacto".

Aunque ya estuviese escrita desde hace un tiempo, nunca le había dado un significado, solo salió y así se quedó. Pero ahora ya podía darle uno, y además quedaba acorde a la situación.

—No quiero que pienses que esto es una declaración de amor para empezar una relación ni nada, solo quería que la escucharas.

Alba asintió y se preparó emocionalmente para afrontar esto.

Long before we met I saw you under neon lights
No time I was falling
And I wonder if your shape could be melt with mine...

Durante toda la canción la rubia estuvo atenta a los gestos de Natalia y cómo transmitía al cantar.
Mientras, Natalia se imaginaba una historia en su cabeza junto a ella, la quería transportar para que viviese también aquella sensación, sabía que no iba a ser real, pero soñar es gratis.

Why
Don't be shy
Whispers in the dark...

Al terminar la miró, la luz que desprendía Alba con sus ojos podía cegar a cualquiera, pero Natalia estaba dispuesta a seguirla mirando costase lo que costase.

La Posada | ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora