Capítulo 26

940 107 0
                                    

Percy estaba más tranquilo o al menos eso es lo que parecía.

Varios semidioses aun le temían al chico, otros tantos preferían ignorarlo, mientras que Nico y Will intentaban animarlo de alguna forma.

—Mira, Percy. Hoy visitamos a tu mamá y me dio estas galletas para ti —dijo Nico sacando una bolsa de galletas azules.

—Oh... —una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro, toma una de las galletas y se la comía, suspiro—. Hace mucho que no como una de estas.

—Lo sabemos, la señora Jackson pensó que sería buena idea mandarte unas cuantas —Will le sonríe al chico.

Ese par era el único con el que podía hablar, también estaba Rachel, pero la chica se había ido hasta París y era difícil comunicarse con ella.

Todo estaba tranquilo, claro hasta que un gran dragón de bronce aterrizó cerca del pabellón.

De este bajo Leo, el hijo de Hefesto había decidido ir a ver que tal iba todo, sin su novia era aburrido estar en la estación del paso.

Percy decidió irse a su cabaña y comer sus galletas en paz, por alguna razón la llega de Leo Valdez no le agradaba.

Después de un largo rato el hijo de Poseídon salió un rato de su cabaña, le había dado hambre, estaba camino al pabellón cuando escucho una conversación.

—Así que el sirenito se ha vuelto gruñón —había dicho Leo, quien platicaba con algunos campistas.

—Si, cualquier persona que le diga algo respecto a su actitud o sobre ya sabes quien, se pone histérico —el campista negó, en realidad le temía al chico.

—Bah, por lo menos ya no tendremos que verlos comiéndose la boca, cuando los vi por primera vez me sentí incómodo —al hijo de Hefesto se encogió de hombros como si no tuviera mucha importancia.

Aquel comentario había sido escuchado por el príncipe del mar, al igual que por Will y Nico.

—¿Qué dijiste, Valdez? —la voz de Percy sonó dura y cargada de veneno.

Leo se sobresalto al escuchar a Percy, lo miro alto asustado y sorprendido.

—Eh... Percy, tranquilo. Solo fue una broma, no es enserio —intento calmarlo, pero estaba claro que no iba a conseguirlo.

—Callate —gruño.

Los ojos de Percy brillaban con una intensidad que asustaría a cualquiera.

Leo termino huyendo de allí.

Percy Jackson Into the madness [Jercy] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora