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- los llamé aquí para tener un poco más de privacidad. - le dijo el alcalde. - como verán, todos están paranoicos con este tema de las brujas y así. Realmente estamos atormentados, no tan solo han sido niños, sino bebés secuestrados de sus cunas y adultos que se pierden en el bosque.

- eso es realmente malo. - comentó YuGyeom algo serio. - usualmente se los comen, pero se acerca el 31 de octubre, noche donde los demonios y espíritus malignos tienen más acceso a nuestro mundo, el velo entre la vida y la muerte se vuelve estrecho y es vulnerable.

- todos los años celebramos la fecha con un festival. - mencionó la autoridad. - no teníamos un caso así desde hace años.

Ambos cazadores compartieron una mirada cómplice, sabiendo justo lo que pensaba el otro con respecto a este caso.

- la segunda luna del mes; luna llena. - dijo JaeBum. - usualmente, los ritos que se celebran en halloween se ofician con un sacrificio animal. Pero en este caso, la usan para cosas malas.

- ¿qué clase de cosas malas? - preguntó Choi algo preocupado.

- al aquelarre reafirma su amor y devoción a satanás, dándoles niños y bebés, pues ante los ojos de Dios ellos son criaturas puras. - respondió YuGyeom. - a cambio, se les otorgan más poderes, más riquezas, más de lo que la vida les daría.

- ¿y los adultos que desaparecen en el bosque?

- deben hacer un festín para la fiesta, ¿no? - inquirió JaeBum. - los niños se llevan la peor parte.

El hombre se acercó a un mueble y sacó la llave, abriendo un cajón y sacó una pequeña bolsita, dejándola sobre la mesa. Una bolsita llena de oro.

- esto será suficiente para que puedan arrendar un lugar tranquilo para descansar. - le dijo Choi. - es un 40% de la paga total.

- es suficiente por ahora. - añadió Kim, tomando la bolsa.

- le diré a mi hijo que los guíe por el pueblo. - mencionó el mayor.

- eh, no, no es necesario. - interrumpió rápidamente JaeBum. - iremos a buscar una posada.

Sin que siquiera hubieran pasado unos segundos, entró un chico que no parecía pasar de los 20 años, pero era algo muy torpe, pues apenas entró ya se había tropezado con algunos muebles al lado de la puerta. Usaba lentes y era castaño, y aunque JaeBum lo encontrase lindo, no le llegaba a los talones a ese tal JinYoung.

- hola, eh, disculpa... soy Choi YoungJae. - se presentó una vez que se paró firmemente y dejó ordenado con lo que había tropezado. - mi papá me dijo que vendrían 2 personas a solucionar el problema de las brujas, así que yo me ofrecí como voluntario a mostrarles todo el pueblo y las mejores posadas, también tabernas y el mercado. Sé lo difícil que puede ser estar solo en un pueblo como este, así quise darles una cálida bienvenida. Luego del recorrido los llevaré a los lugares donde sucedieron los ataques y les pasaré los informes, aunque claro, deben estar cansados, así que antes de eso podría llevarlos a que tomen algo y coman, y dejarían ya el tema de las brujas para mañana.

La mente de JaeBum empezó a hacerle jugarretas; "¿acaso no tiene un chip de apagado? Dios, ¿qué es lo que trae puesto? Un desastre. Claro, tiene lo suyo, pero, ¿por qué él y no ese chico del lago? Ah... piensa, JaeBum." Pensaba, hasta que llegó una pequeña idea.

- yo debo ir a ver al chico ese... ¿JinYoung? - habló casi por encima de la voz del tal YoungJae. - tengo un par de cosas que preguntarle a cerca de lo ocurrido hace un instante.

- oh, sí, claro. - habló YuGyeom, intentando seguir su plan, aunque JaeBum fue claro cuando dijo el "debo" en singular. Solo él debía ir a ver a JinYoung.

- pero mi hermano con gusto irá contigo a recorrer el pueblo. - golpeó con un poco de fuerza el hombro de su amigo, empujándolo hacia el chico. - yo me retiro.

Salió corriendo de la alcaldía, dirigiéndose hacia el bosque rápidamente. Sabía que no estaba pensando con la cabeza correcta, pero estaba pensando. Y si algo podía razonar era que el chico tenía su casa algo apartada del pueblo, pues nadie tendría un lobo en medio de la ciudad. Recorrió los senderos que había en el bosque, aquellos no muy marcados, pues esos podrían guiarlo hacia a algún lugar, quizás no hacia la casa del chico, pero si a algún lugar interesante. Se desvió del camino comercial establecido.

Caminó por minutos entre el bosque, pisando ramas y subiéndse sobre troncos para encontrar algún indicio de estar cerca de ese chico. No era de insistir, realmente no, pero había algo en ese chico que cautivó su alma. Se subió a un árbol con tal de ver si estaba cerca de su destino incierto.

Miró hacia todos los lados posibles, hasta que por fin logró reconocer una casa entre todos los árboles y flores que habían. Si no era el chico, podría preguntar, y si era una bruja, estaba preparado.

Al bajar, ya supo hacia dónde ir. Paso tras paso tras paso, haciendo crujir las hojas secas y algunas ramitas sin sentido.

Al llegar a la casa, vio al chico de rodillas sobre un pequeño montículo de tierra. Supuso que enterró a su lobo, después de todo, él había sufrido fuerte por él cuando lo vio.

Intentó ir lento, sin pisar tan fuerte para hacer silencio, pero eso no bastó, pues el chico logró oírlo y volteó, encontrándolo.

- ¿qué haces aquí? - preguntó el chico, poniéndose de pie. Esta vez estaba indefenso.

- siento lo que sucedió en el pueblo. - omitió la pregunta. - creo que debí llegar un poco antes para evitar tu pérdida.

- de todos modos... gracias por haberme salvado... - murmuró. - el sheriff WonHo tiene algo en mi contra...

- me di cuenta de ello. - le dio una sonrisa sutil e intentó acercarse, pero los pasos que el chico retrocedió lo hicieron detenerse. - ¿JinYoung, cierto? - el mencionado asintió. - bueno, como apenas llegué al pueblo y tú te llevaste una rara impresión de mí, pues, me gustaría que fuéramos a pasear al pueblo, así tú me enseñas el lugar y yo te enseño que puedo ser más que un exhibicionista. - el pobre chico guardó silencio por varios minutos, con una expresión llena de dudas. - ¿por favor?

- dudo ser bienvenido en el pueblo otra vez. - murmuró. - creo que no podré ayudarte.

Oh, no, no, no.

- si alguien te molesta tengo armas, podré defenderte.

La sonrisa que JinYoung esbozó tímidamente por sus labios fue la más hermosa sonrisa que JaeBum haya presenciado, pues eran de un rosa pastel suave, como si al besarlos fuera algodón de azúcar y a su vez pequeñas alas de mariposas tocaran sus labios.

- por lo menos... - volvió a hablar. - ¿puedo hacerte compañía por un rato?

Esta vez JinYoung no se negó y le abrió las puertas de su casa.

- adelante. - respondió. - supongo que tendré un poco de comida para ofrecerte, es lo mínimo que puedo hacer luego de tu heróico rescate.

witch hunterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora