TERCERA PARTE.

7K 883 521
                                    

No hay forma de que él este celoso.

Simplemente estaba mirando al cabeza de payaso conversar "muy feliz" con la otra esa que debería estar trabajando. No hablando con los clientes.

Observaba como la chica jugaba con un mechón de su largo cabello y movía sus caderas de vez en cuando. Taehyung solo sonreí y Jungkook le miraba. Tranquilo. Sin problema alguno.

Doblando un tenedor con su mano.

- ¿No te gustaría unos Hot cakes con chocolate? - Preguntó Yangmin y Taehyung no supo si su sonrisa podía ser más incómoda en ese momento -. Preparo los mejores del lugar.

- ¡Que bueno, te felicito! - Era como la quinta vez que lo hacía -. Pero en serio no quie-

- ¿No? ¿Que me dices de una torta solo para ti? ¡Puedo hacerla ahora mismo!

La mujer irradiaba arcoiris y estrellas y Taehyung supo que si seguía mirándola le daría cáncer visual.

Tiró de la manga de su suéter y rodó los ojos cansado, topándose con la mirada del pelinegro y levantándose de inmediato para ir hasta él cuando notó sus ojos brillando en dorado. Molesto.

Ignoró a la pelinegra que le llamaba un tanto confundida.

Yangmin tenso su mandíbula cuando vio a Taehyung prácticamente correr hasta Jungkook y comenzar a abrazarlo. El pelinegro no movía ni un dedo para conrresponderle, en su lugar se veía molesto y hasta incomodo con lo que hacía Taehyung.

Sin embargo, cuando notó la mirada molesta de ella Jungkook pasó sus manos bajo el buzo de Taehyung y se apegó más él. Recibiendo un beso en la coronilla de su cabeza por parte del pelirrojo y sonriendo con orgullo. Su ojos destilando veneno hacia Yangmin.

No era justo. Por culpa de él, Taehyung ya ni se acordaba de ella. No era capaz de recordar que por un tiempo él trataba de conquistarla. Que ella era quien recibía esas sonrisas rectangulares.

Aunque no sabía que Taehyung se las daba a todos. Era su deber hacerlo.

- Imbécil... Él es mío - Masculló molesta.

En ese momento Jungkook giró a verla, como si hubiera sido capaz de escuchar lo que había dicho, y sonriendo con burla colocó sus manos tras el cuello de Taehyung y lo empujó hasta su rostro, besándose con el pelirrojo mientras ella los observaba.

Taehyung ni siquiera sabía por qué Jungkook le besaba de esa forma, devorando su boca y tratando de reclamarlo, no soltando su cuello para continuar con el beso aún cuando el aire se les estaba terminando.

Jungkook no estaba celoso. Solo era algo posesivo.

Taehyung se sonrojo cuando el menor le mordió juguetonamente el labio, tirando de este y volviendo a unir sus bocas.

¿Que estaba pasando? No lo sabía, pero le gustaba.

- ¿Tae? - Le llamó bajito y Taehyung tardó un momento en reaccionar.

Bajó su mirada hasta la mano de Jungkook, atragantandose cuando le vio subir un poco el ruedo de su falta y mostrarle la piel de su pierna que no era cubierta por las medias pantis.

- Jungk-

- ¿Me acompañas a la cocina?

Si si si.

Y prácticamente volaba de la emoción mientras seguía al pelinegro, quien sonreía triunfante ante la mirada perpleja de la pelinegra. Aquello se sintió como un juego.

Taehyung quería llorar. Podía ver su alma llorando como una nube gris en un rincón de la cocina. Su lobo también lloraba como un cachorro...

- Oh Tae, ya terminaste.

Sé Sólo Mío | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora