Sexy Confusión [Imán de Hombres] (Gay)

¿Quién es realmente tu amiga?

=Ed=

Vaya día de mierda, solo esperaba que lo que habíamos conseguido sacar de la oficina de Beck sirviera de algo, apenas llegamos a casa de Scott me lleve una gran sorpresa no precisamente agradable, su padre había contado todo a la policía, pero claro que me podía esperar si el tipo era uno de ellos por supuesto que tarde o temprano iba a terminar por inclinarse de lado de la ''ley'', puta ley de mierda como si de verdad acataran el sistema de justicia, lo único que hacen es manejarlo a su conveniencia todos son iguales siempre buscando la manera de joderle la vida a los demás.

Y encima de todo, mi genial madre estuvo de acuerdo con tremenda estupidez.

No di oportunidad más al Sr. Schneider de explicarse, simplemente no tenía ni las ganas ni la paciencia para escucharlo, no me interesaba lo que tuviera que decir.

Salí de casa de Scott con un humor de los mil demonios y con un fuerte dolor en el cuerpo que no era capaz de especificar donde nacía y hasta donde se extendía, me dolía el estomago, tal vez se trataba de algún golpe o era hambre, lo que estaba claro era que probablemente vomitaría en cualquier instante, tenia nauseas...

-Espera Edgar, estoy seguro que la intención del Sr. Schneider era la mejor, solo estaba pensando en proteger...- Leonardo salió detrás de mí poniéndose justo en mi camino.

-No me interesa, sabes perfectamente lo que va a pasar cuando esos imbéciles policías se pongan a investigar y te aseguro que no van a tocarse el corazón con hacer cumplir ''su ley''.- escupí las palabras mientras con ambas manos lo empujaba lejos de mi.

-Quizá eso es lo que hace falta, no somos santos amigo... hemos hecho cosas que claramente merecen un castigo ¿no lo crees?- volvió a ponerse enfrente.

-No- esta vez respondí con simpleza tomando otro camino.

-Se que no es fácil admitirlo ni mucho menos asumir lo que ante la ley deberíamos pagar pero solo piénsalo Edgar, si de esa manera logramos refundir en la cárcel al maldito de Beck yo creo que bien valdrá la pena, nos tocara pagar a todos por nuestros errores... pero también lograremos que ellos paguen, que paguen por todo, estoy seguro que quieres tanto como yo que el infeliz de Zeth se pudra entre cuatro paredes.- Leonardo me miraba con los ojos cristalizados.

Empecé a reír con ironía -¿Hablas enserio? ¿Tú pretendes que confesemos a la policía? ¡Estas imbécil!- mi risa se intensifico mezclándose con rabia en mi voz -¿Enserio crees que con eso lograremos meter a esos pedazos de mierda entre las rejas? Pero en que maldito mundo vives, ¿Dónde quedo el Leonardo realista? Eso no va a pasar, Beck terminara como siempre sobornando a alguna autoridad o escapándose o vaya a saber que haga, pero se va a librar te lo aseguro, como siempre... al igual que los demás, no seas crédulo Leonardo.

Me miro con lo que parecía ser tristeza, bajo la vista y vio mi brazo cambiando su expresión por una de preocupación -¡Estas sangrando!- Su grito fue lo suficientemente fuerte para atraer la atención de algunos policías y del padre de Scott que salió de la casa, observe mi brazo dándome cuenta que estaba bañado en sangre pero la hemorragia ya había cesado, parecía peor de lo que realmente era.

-¿Todo está bien?- uno de los policías se acerco a hacer aquella estúpida pregunta.

Rodé los ojos con disgusto ignorando aquel comentario.

-Todo está bien David muchas gracias, en un momento vendrá un doctor y atenderá al joven, su nombre es Darren así que cuando llegue lo dejan pasar ¿de acuerdo?- le respondió el Sr. Schneider.

El oficial asintió alejándose un poco pero sin dejar de poner toda su atención en nosotros.

-Oh no, no... yo me voy ahora mismo.- respondí precipitándome a irme.