Todo o nada

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=Scott=

Con terror y nervios busque verle la cara a quien me arrastro a ese lugar, ahí estaba, por fin me había soltado el agarre y se posiciono frente a mí.

-Tú- una ráfaga de viento estremeció mi cuerpo haciéndome temblar, soltó una risa divertida que me contagio haciéndome igualmente reír.

-Lo siento, lo siento... no quise asustarte tanto- era aquel chico, el asistente.

-Pues sí que lo hiciste y ¿para qué me trajiste aquí?- suspire relajando mi cuerpo –por cierto, soy Scott.

-Y yo Elliott- me miro coqueto –de nuevo perdón, se me ocurrió de pronto y pensé que podría ser divertido pero en cuanto vi tú reacción supe inmediatamente que era una muy mala broma.

-Y de muy mal gusto Elliott- reprendí con una sonrisa.

Correspondió a mi gesto tomándome de la mano y guiándome a la salida de aquel lugar por la misma puerta en donde entramos.

-¡Vamos! Salgamos de aquí.

-¡No! Espera, se me ocurre que tu idea no fue tan mala- hable un poco inocente.

-¿A no?- Elliott aun no soltaba mi mano y me miraba con interés.

-Podríamos quedarnos aquí mientras acaba el partido y...- solté su agarre para pasar mis dedos por sus pectorales –No sé, ¿Qué se te ocurre que podamos hacer mientras tanto?

-Se me ocurren muchas cosas Scott- se acerco mas a mí posicionando sus grandes manos sobre mi cintura -¿quieres que te las diga o que te las haga?

-Siempre he sido un chico de practica la teoría me aburre- conteste sugerente.

Me sonrió ladino ejerciendo presión sobre mi piel, acerco sus labios a los míos y lamio de ellos con lentitud –Pues vayamos a ella.

Sus manos me despojaron rápidamente de la camisa que llevaba puesta mientras su boca devoraba la mía.

Me aferre a su espalda a la vez que sus dedos se introducían en mi pantalón buscando la manera de deshacerse de el, abrió la pretina y los llevo al suelo dejándome en ropa interior, sus manos tomaron mis glúteos masajeándolos con firmeza, mis labios comenzaron a emitir pequeños gemidos que se perdían entre los besos.

Se separo de mí haciéndome girar e inclinándome sobre una de las bancas que había ahí separo mis piernas recorriéndolas con las manos mientras se posicionaba sobre mí presionando aun con ropa su erección en mi trasero, besaba mi cuello entre lamidas y succiones jugando entre mis omoplatos provocando que arqueara la espalda, su lengua hizo camino en mi espina dorsal hasta llegar al cóccix, su aliento caliente y su boca húmeda inundo mi estrecha apertura introduciendo con lentitud la punta de su lengua.

La sensación pecaminosa que su tacto me provocaba me hacia soltar sollozos vergonzosos y deseosos de mas intromisión, quería sentir más de él y de su ardiente cuerpo que encendía mis sentidos y mi piel casi en llamas, estaba desnudo pero sentía tanta calor.

Una de sus manos tomo mi erección masturbándola con precisión y experiencia, mis ojos se cerraban con fuerza disfrutando de aquellas lascivas caricias, escuchaba su respiración acelerada chocar en mis glúteos mientras lamia entre ellos, otra de sus manos busco aquel sensible lugar para introducir uno de sus dedos, al sentir aquello millones de sensaciones viajaron por mis vertebras hasta la garganta emitiendo un fuerte gemido de placer, unos cuantos segundos más bastaron para que un segundo dedo se introdujera, el chico movía con parsimonia sus dedos dentro de mi haciendo círculos, abriendo y cerrando estos de manera tortuosa y deliciosa, comencé a mover mis caderas en busca de mas contacto quería sentirlo más adentro.

Sexy Confusión [Imán de Hombres] (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora